El chamán lucía una expresión que no había visto en su rostro desde hacía un par de años. Era como aquel muchacho asustado con el que tuvieron la suerte de encontrarse en el Palacio.

Sus cejas estaban fruncidas, pero su rostro estaba lejos de demostrar enfado. Yoongi intentó alzar una mano para llamar su atención y calmarle, por que aunque estaba sereno por fuera, no era difícil adivinar que estaba reprimiendo todos aquellos sentimientos negativos dentro.

Y le preocupaba que, de cierta forma, los recuerdos de los eventos traumáticos y de los castigos previos a la pena de muerte llegaran hacia él. Parecía haber tenido un

—Pero es el mejor chamán y...

—Puede ir a la Agencia Estatal de Hanyang y requerir ayuda de ellos —contestó, con un tono de voz oscurecido que provocó la incomodidad del que estaba frente a él —. No veo por qué venga a hacerme perder el tiempo.

—Creí que usted podría, se sabe que se especializa en este tipo de cosas y...

Taehyung levantó la mano para que callara —. No lo haré...

—La Agencia cada vez se involucra menos con temas como esos —mencionó el hombre, con un tanto de pena en su voz —. No tenemos a nadie más a quien recurrir, no podemos conducir un funeral sin el ritual.

El hombre parecía estar suplicando que aceptara y Taehyung no lo soportaba más.

Yoongi se incorporó y dejó uno de los libros a un lado, acercándose para sentarse más cerca de Taehyung —. ¿De verdad que no vas a aceptar? Suena como algo que siempre has querido intentar.

—Quiero hacerlo pero... —empezó a decirle, haciendo que el hombre sonriera con esperanza. Taehyung se maldijo por haber abierto la boca.

—¿Eso quiere decir que lo hará? —preugntó el cliente. El chamán se tensó.

—No dije que lo haría.

—Puedo ofrecerle ciento cincuenta nyang —intervino, pareciendo ya tan desesperado y arrojando una cantidad al azar al aire.

Yoongi soltó una exclamación y le dió un golpecito a Taehyung en el hombro, como queriendo animarlo —. ¿Has oído eso? Ciento cincuenta nyang es una buena cantidad. Acéptalo y nos invitas a comer.

—No lo haré —insistió, esbozando una sonrisa falsa hacia la parca, luego regresando la mirada hacia el hombre frente a él —. No me haga perder más de mi tiempo, retirese.

El ángel de la muerte negó con la cabeza y le sostuvo del brazo para llamar su atención —. ¿Te pones así por que es en Hanyang? ¿Debería recordarte que nos tienes a Jungkook y a mí como guardias personales? Acepta y te acompañamos.

—Pero...

—Sé que te estás escapando, pero nosotros somos buenos escondiendo. Seremos buenos escondiendote y...

—Mañana —murmuró Taehyung con la paciencia colmada. El cliente ladeó la cabeza —. Regrese mañana y le daré respuesta, necesito pensar.

—¡Muchísimas gracias! —exclamó el hombre con una sonrisa iluminada en su rostro.

Taehyung hizo ademán de restarle importancia —. Dije que lo pensaría, no que he aceptado. Si ha acabado puede retirarse.

El cliente asintió con ávidez y respondió que iría al día siguiente a por su respuesta. En cuanto se retiró y cerró la puerta tras él, Taehyung dejó soltar un suspiro sonoro y volteó a ver al ángel de mala forma, sintiéndose muy nervioso de que le hubiera convencido de hacer algo como eso.

Death God; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora