17.

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—Esto es ridículo —dijo Taehyung —. ¿A dónde se supone que vamos?

El chamán miró como el contrario cruzaba el camino de piedras en el río con una facilidad sorprendente y él tuvo que tomar una profunda respiración para atreverse a dar el primer paso.

Llevaban caminando por un largo rato, Taehyung sentía que lo que hacían estaba mal. Ni siquiera se habían comunicado con Yoongi y Jungkook sobre esa salida, y estaban desviándose por completo del plan original. Pero Seok Jin no dejaba de insistir y Taehyung sentía una amplia debilidad al verle pedir algo con tanta vehemencia.

«Maldito, Kim Seok Jin, estoy arruinado por tu culpa» pensó, tambaleándose un poco en cuanto decidió dar un segundo paso y apoyar su pie en la piedra resbaladiza.

—¿Tienes miedo de caer? —se mofó Seok Jin, cruzándose de brazos mientras le veía con una sonrisa divertida.

—No voy a caerme —se defendió, frunciendo el ceño y poniendo toda su concentración en cruzar aquel camino —. Y voy a demostrarlo.

—Si tardas demasiado entonces los Nachalsa pueden aparecer por aquí —se mofó Seok Jin, notando como el terror invadía el rostro contrario y trataba de acelerar el paso —. ¿No dijiste que ya no te asustaban?

—Lo menos que quiero hacer es toparme con uno de esos, fue una completa pesadilla intentar luchar con uno.

—Pero te deshiciste de él.

Taehyung asintió y soltó un jadeo al sentir que se resbalaba. Jin, al ver que
El chamán luchaba contra su propio desbalance, se acercó un poco a él y estiró ambas manos para que las tomara. Este ladeó la cabeza confundido, pero luego de pensárselo un poco, las tomó y sintió un alivio en todo su cuerpo al pisar tierra por fin.

Con cada paso se inmersaban más al bosque, Taehyung manteniéndose muy cerca al lado de Seok Jin. El bullicio de la villa se hacía cada vez menos audible. Durante el camino, el chamán no dejaba de sumirse en sus pensamientos de vez en cuando.

El ambiente le parecía extrañamente familiar.

Durante su niñez y adolescencia en Hanyang su madre le tenía prohibido tan siquiera acercarse a las orillas del bosque del norte, aludiendo a que, gracias a sus capacidades de chamán, podría atraer a espíritus no deseados.

Pero el bosque era totalmente lo opuesto a lo que ella alguna vez le contó. El ruido de las cicadas era calmante, la fresca brisa que llegaba hacia ellos estaba lejos de darle escalofríos.

Taehyung sentía emociones positivas al estar ahí.

—Puedes sostener mi mano si quieres —mencionó Yeomra, sin voltear a verlo. Taehyung soltó una risa.

—¿Por qué querría hacer eso?

Seok Jin subió y bajó sus hombros —. Parece que disfrutas hacerlo.

Por más que su mente repiqueteaba una y otra vez para que sucumbiera ante ese deseo, no flaqueó. En vez de ello, siguió con la mirada firme en el frente y manteniendo la misma poca distancia que desde el inicio, con sus hombros rozando de vez en cuando.

—Sigo sin comprender por qué me está buscando —mencionó de repente Taehyung. El Dios le miró de soslayo —. Hablo de Hoseok. Me dio la espalda durante ese tiempo, y ahora dice que quiere darme una vida digna que me fue arrebatada. Tonterías.

—¿Tú y él fueron pareja? —preguntó Seok Jin por mera curiosidad.

—No —respondió el muchacho con un tanto de vergüenza por haber traído el tema de Hoseok a colación —. Él nunca me vio de esa manera.

Death God; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora