𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 13

1.4K 218 17
                                    

- Mami~ ya salgo - avisó el castaño. 

- Okey mi amor, no te tardes. 

- Si~ cuidad a canela por favor. 

- Okey cariño. 

- Canela~ vamos cariño, volveré pronto - el castañito intentó convencer a su perrito que se negaba rotundamente - Cuando venga jugaré mucho contigo Cane, te lo juro¿si? - canela asintió dubtatibo pero aún así se apartó de la puerta. 

Hoy hacía buen tiempo así que se puso unos shorts negros hasta las rodillas, una camisa blanca y una camiseta a botones encima de esta pero dejandola abierta con rallas rosas, además de sus vans blancas, un collar negro ajustado y una mochilita donde llevaba su móvil las llaves de casa, algo para picar y un botiquín de primeros auxilios. 

Con esa ropita se veía demasiado adorable y su madre se preguntaba como había hecho para crear a semejante uke que hiciese lo que hiciera o del modo que se vistiera se veía jodidamenre adorable y tierno.  El perrito ladró despidiéndose de su amo que caminaba con paso tranquilo observando todo y respirando el fresco aire que se desprendía esa mañana. 

[...] 

- Ya le habéis dado su merecido - habló un peliverde dirigiéndose a las dos chicas. 

- Si, se fue llorando - informó la castaña. 

- No se quedó a ver el partido - le siguió la pelimorada soltando una carcajada. 

- Ese pequeño idiota tiene que sufrir las consecuencias de lo que hizo - soltó una carcajada llena de maldad pensando en cómo acabar con él por completo. 

[...] 

Joa ya se encontraba en el caminito de ese bosque de Seúl, que estaba muy bien cuidado. Con montones de árboles verdosos en donde ya empezaban a salir las flores, también había flores de todos los colores y tamaños, hermosas flores silvestres de embriagador aroma. 

En definitiva ese es uno de los bosques más hermosos que tiene la ciudad para poder retratarlo y fotografiarlo, para poder mantener esa imagen de ese maravillosa lugar. 

El castaño cogió su cámara fotográfica para empezara captar todo el maravilloso lugar, ese día el clima acompañaba a Joa.  Luego de venir del instituto quiso salir ya que hacía tiempo que no salia para captar la belleza de las cosas con su cámara. 

De pronto oyó un ruido de ramas moviéndose, se giró extrañado ya que él no había visto a nadie por ahí.  Espero un poco más y apareció un pequeño conejito blanco con una estrella negra en su frente, le pareció muy curioso ya que nunca vio a un conejito. 

Se agachó a verlo y el animalito se acercó a él dondo pequeños saltitos. 

Joaquin lo agarro en brazos mientras se senava en el suelo y acariciaba su pelaje suave y tan blanco como la nieve.  El pequeño conejito aceptó gustoso las caricias del castaño soltando algunos ronroneos. 

- ¿De dónde viene pequeñín? 

El conejito como si lo hubiese entendido se soltó de sus brazos y fue dando saltitos en otra dirección a lo que Joa lo entendió como si le dijera sigueme y así lo hizo. 

- ¿A dónde me llevas conejito? 

El conejito paró de golpe y cuando Joa levantó la cabeza sus ojos se iluminaron, ese lugar era impresionante, nunca jamás había visto ese lugar aunque el pensaba que conocía todos los rincones de ese lugar.  Ese lugar tenía un arrollo tan cristalino que brillaba y se veía todo, había demasiadas flores pero diferentes a las de antes, estas habían crecido por si solas no las habían plantado, había árboles verdes y hierba que olía fresca.  Era como estar en una pradera de las montañas, aunque Joa sabía que no se había alejado demasiado se olía frescura y libertad en ese lugar.  El pequeño conejito le había mostrado un maravilloso lugar para estar. 

Hola princesa➪𝐸𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎𝑐𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora