48_El partido

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Capítulo 48

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Capítulo 48

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El día del partido, Soleil era un hervidero de emociones. El instituto parecía a punto de explotar.

Para un pueblo pequeño donde lo más trascendental era cuando hacían rebajas en el centro comercial, tener un partido de fútbol contra la ciudad vecina, se convertía en el evento de la década.

Hace años no se celebraba en nuestra ciudad y hasta los adultos estaban fuera de sí. Habían hecho espacio para asistir un sábado en la tarde a presenciar el partido.

Para los de mi edad, era lo mejor del año por otras razones.

No solo se vivía la emoción del evento, sino la de tener chicos nuevos rondando el pueblo desde la noche del jueves. Las hormonas estaban revolucionadas por los desconocidos de Regen.

A la mayoría le preocupaba más la fiesta que tendría lugar después del partido. Los únicos interesados por el resultado, eran los miembros del equipo.

Dax estaba nervioso y alterado cuando le deseamos suerte en la tarde. Era su última oportunidad de ganar antes de irse a la universidad.

—Espero que ningún novato esté ocupando nuestro lugar —dijo Rosie por encima del bullicio en lo que avanzaba entre las concurridas gradas a codazo limpio y haciéndonos espacio para ir detrás de ella.

—No se atreverían —se burló Victoria que iba detrás.

—Si dejaste tu nombre, seguro no se acercan —dije guiñándole un ojo a la rubia y casi pisando a un chico de primer año en lo que avanzaba—. Todos tienen miedo de que Rosie les vaya a pegar.

Victoria rio con ganas y Rosie no se vio ofendida. Nos miró con suficiencia por encima del hombro como si llamarle problemática fuera un halago.

—No entiendo cómo te dejaron hacer eso —escuché decir a Sophie a mi espalda. Tenía que gritar para que su voz se escuchará pro encima del bullicio—. Se supone que está prohibido reservar asientos.

—No para mí —sentenció la castaña cuando llegamos a nuestros asientos que seguían vacíos al estar marcados con una cartulina de medio metro.

En gruesas letras rojas se leía una clara amenaza: «Si te sientas aquí, te las verás con Rosie».

—No necesitas ni usar tu apellido —me desternillé de la risa—. Solo con poner «Rosie» la gente sale corriendo.

No te enamores de Nika © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora