31_Reconciliación

215K 18.6K 12.2K
                                    

✨Editado✨

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Editado

Capítulo 31

~❁ ❁ ✦ ❁ ❁~

—Soph —llamé por encima del sonido de la música.

Giró con una sonrisa, quitándole su atención a Julien que le daba de comer gelatinas.

—¿Pasó algo?

Negué.

—Te necesito un momento. —Miré de reojo a su novio para que aportara su granito de arena al plan.

—Ve con ella, Soph —concordó el pelirrojo, sonriente y actuando mejor de lo que creí—. Los del equipo no me dejan en paz, así salgo de ellos y no te aburres con sus idioteces.

Mi amiga sonrió, aliviada de evitar las charlas de fútbol que en ese momento tenían lugar en el comedor. Atravesamos la sala de estar, donde un grupo jugaba algún extraño juego en el piso que incluía vasos de alcohol y naipes.

Aquello no se podía llamar fiesta.

Había algunos en el patio trasero bailando con música baja, pero la mayoría estaba bebiendo y haciendo historias idiotas producto del grado de alcohol que cargaban desde la tarde. Apenas llevábamos una hora en el nuevo año y los pocos que habían asistido a casa de Paul, iban borrachos.

—¿Dónde estabas? —preguntó ella cuando subíamos la escalera al segundo piso.

—Con Aksel —dije, eliminando a Nika de la ecuación.

Cada vez que estábamos cerca, me empeñaba en negarlo. No quería que descubrieran lo que estaba sucediendo entre nosotros, mucho menos Sophie.

—¿A dónde me llevas? —quiso saber cuando busqué la habitación al final del pasillo.

Se escucharon un par de ruidos extraños de los ocupantes de las demás habitaciones. Los adolescentes no perdían el tiempo.

Tiré de su brazo para que accediera a la habitación.

Al entrar, Dax se puso de pie. Se había quedado donde mismo le dejara hace unos minutos.

Miré a Sophie, que tampoco se movió del lugar. No esperaba encontrarse la emboscada.

Cerré la puerta y forcé a mi amiga a adelantarse hasta quedar a tres pasos de Dax antes de tomar mi lugar de mediadora.

La castaña se veía inquieta, balanceándose sobre sus talones, y el moreno no sabía a donde mirar sin dejar de retorcer las manos que mantenía entrelazadas a la espalda.

—Es obvio que esto no puede seguir. —Pasé la vista de uno a otro, esperando un asentimiento que jamás sucedió—. Lo haremos como hacen en el equipo.

No te enamores de Nika © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora