❁ EXTRA: NIKA POV

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Nika POV

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Nika POV. Capítulo 2

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Pegué la frente al cristal de la ventana controlando mi sonrisa.

La chica de cabello corto acababa de acertarle en la nuca a su amiga con una bola de barro. Tenía buen brazo. La otra cayó de lado salpicando barro y riendo con un extraño sonido de cerdito pequeño. Se escuchaba incluso en el segundo piso de la mansión. Les había notado mientras bajaba la escalera.

Tuve que reír en voz baja cuando la lanzadora intentó atacar con más barro y se resbaló para terminar en el suelo con un chillido. Negué divertido antes de seguir mi camino a la planta baja.

Acababa de desmontar las ventanas que mi madre quería reparar. Por mucho que avanzábamos, aquella casa seguía pareciendo una pocilga. El crujir de los escalones de madera me hacía pensar que terminaría colapsando de un momento a otro. Si sucedía, iba a convencer a Aksel para construir un tobogán. Mamá no lo permitiría, pero soñar no costaba nada.

Al entrar a la cocina le localicé ordenando sábanas y toallas. Aksel se entretenía en limpiar la meseta de la cocina.

—¿A dónde vas con eso? —dije deteniendo a mamá que a duras penas podía cargar el cesto gigante de la ropa.

—Me gustaría quemarla por lo vieja que está —dijo intentando sonar graciosa—, pero voy a lavarla.

—Suéltalo —dije ignorando su protesta y dejando el pasado cesto a un lado—. Me ocupo de lavarlo mañana. Deberías organizar mi ropa, sabes que soy un desastre.

Me mostró una de sus angelicales sonrisas. Tenía mejor semblante y eso me tranquilizaba. Pellizcó mi moflete como si fuera un niño antes de perderse hacia el comedor.

—No puedes engañarle toda la vida con eso de que no sabes colgar tu ropa —dijo Aksel alzando la vista de su labor—. Algún día sabrá que es por quitarle tareas y no hacerle sentir inútil que nunca has colgado tus cinco sudaderas.

—Tengo más de cinco —me ofendí falsamente—, y mientras no lo note, todo está bien.

Me fijé en las manzanas verdes que habían traído esa tarde y recordé que desde el desayuno no comía nada.

—¿Qué cenaremos?

—No se me ocurre que preparar.

Le miré alzando una ceja.

—Eres el puto amo de la hipocresía, Aksy-Boo —dije riendo.

Supe que me lanzaría el cepillo con que limpiaba y lo intercepté con facilidad.

—Vete a la mierda —dijo al atraparlo de vuelta.

—¿Qué pasó, Aksy-Boo? —ironicé poniendo mi mejor puchero—. ¿Descubrí que te ofreciste a cocinar porque también te gusta quitarle labores a mamá? —Tolerar bromas no era lo suyo y hacérselas, mi entretenimiento favorito—. Creo que no —añadí sonriente—, debe ser porque te estoy diciendo Aksy-Boo.

No te enamores de Nika © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora