34_Cicatrices no tan visibles

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SETSO SETSO SETSO

Ahora que tengo tu atención, te digo que hay un capítulo antes de este y si Wattpad te trajo aquí, te perdiste todo el SETSO del capítulo 33...

🤡🤡🤡

Si ya leíste y votaste el anterior sabes de lo que hablo ;), entonces estás listo para leer este...

Si ya leíste y votaste el anterior sabes de lo que hablo ;), entonces estás listo para leer este

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Capítulo 34

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No dormí nada, fue imposible.

No sabía la hora exacta. Después que Nika se movió por primera vez y me libró de su abrazo, la habitación comenzó a iluminarse. En ese momento se veía de un tono violeta que pronto avanzaría al rosa hasta que terminara amaneciendo.

Me giré lentamente para quedar de costado y poder observarle.

Sus facciones se apreciaban relajadas. Respiraba lentamente en un sueño profundo y tranquilo. Era increíble que hace unas horas hubiese sucedido aquello. Todavía no creía haberle visto llorar y lamentarse de la manera en que lo hizo.

Detallé su cuerpo. Era enorme, tenía que medir más de metro ochenta y no era delgado precisamente. Se veían bien formado con sus músculos definidos y las proporciones correctas para alguien de su estatura, las perfectas para alguien de su edad, quizás demasiado perfectas.

Por alguna razón su fachada y su actitud, en muchas ocasiones indiferente, me hacía difícil entender que pudiera romperse como lo hizo. No por ser hombre y fuerte no puedes sentir, pero jamás imaginé que detrás de todo lo que mis ojos veían hubiese alguien que sufriera de esa manera.

Por eso veían a mi madre.

La opresión volvió a mi pecho. Me sentía incapaz, yo que había estado jugando al detective intentando descubrir lo que sucedía con los Bakker.

Bajé la vista a su brazo derecho que era lo que más cerca tenía. Por primera vez detallé sus tatuajes. Al nivel de la muñeca se terminaban entrelazando dos colas, plumas y escamas. Subí entendiendo que me había equivocado la primera vez que le vi sin camisa al creer que eran varios dibujos uniéndose arbitrariamente.

Eran dos cuerpos de animales, un reptil y un ave. Se entrelazaban patas y garras, alas y escamas, envolvían por completo su brazo. En algunos lugares no se mezclaban sino que eran un mismo cuerpo.

El dibujo ascendía hasta perderse dentro de su desvencijada camiseta roja llena de agujeros. Uno era tan grande que dejaba ver su hombro y pecho. Fue allí donde identifiqué las cabezas. Un dragón, sin dudas, y lo otro podría ser cualquier ave. Pensé en un fénix por la postura ofensiva ante el dragón, como si ambos se encontraran en medio de un pelea.

No te enamores de Nika © [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora