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Me sentía abrumada, poco a poco fui abriendo mis ojos a medida que sentía como todo a mi al rededor se acostumbraba a la luz que entraba por la ventana. Inmediatamente me encontré con unos fuertes brazos rodeando mi cintura y su suave y relajada respiración se escondía entre mi cuello.

¿Pero que mierda...?

Con brusquedad me separe del fornido cuerpo junto al mio, no traía camisa y por el contrario vestía únicamente unos pantalones holgados color negro.

Le había empujado tan fuertemente que incluso lo bote de la cama.

Y más que claro, su mirada molesta no faltó.

-¿¡Que carajo te pasa!? - Su voz sonaba adormilada y algo ronca, pero sin duda su tono era exigente a una respuesta

-Eso te pregunto yo a ti imbécil -

Su ceño se frunció y en ese preciso instante la puerta se abrió. El líder del grupo estaba de pie junto al umbral de la puerta, su mirada fría y calculadora como siempre, se fijo en el chico que se encontraba al otro costado del la cama.

-Jungkook, sal de aquí -

Este le miro con sorpresa y sorna a su vez, pero sin decir nada al respecto salió de la habitación.

Le miraba atenta a sus movimientos, estaba en total alerta a cualquier mínima intención amenazante.

-¿Que quieren de mi? -

La pregunta salió de mi boca con un sonido acusador, la ira en mis palabras y miradas era evidente, no estaba dispuesta a cooperar a menos de recibir a cambio una explicación.

-No quiero asustarte y no planeo hacerte daño - Un pesado suspiro escapó de sus labios mientras se acercaba y lentamente cerraba la puerta tras de sí - La única excepción a mi palabra sería con una clara justificación, como un mal comportamiento. No te pido que entiendas y no te pido que te agrade, pero nuestra relación se basará en tu obediencia y disciplina. Entre mejor te comportes con cada uno de nosotros, mejor te recompensaremos. Yo estoy a cargo y seré tu principal preocupación por ahora, los demás chicos no van a presionarte a nada, solo yo estoy autorizado para exigirte algún tipo de conducta respetable o al menos así será durante esta semana. -

-Eso no responde ni la mitad de dudas que tengo... -

Mis mejillas se tiñeron de rojo y mis vista se cristalizó, sentía mis ojos llenos de lágrimas a punto de resbalar por mi rostro. Sentía el pánico correr por mis venas y mi pulso acelerado.

-No quiero verte... Q-quiero que te vayas... - Mi voz se entrecortaba y mi respiración se volvía irregular, eran demasiadas sensaciones

-No estás en la posición de exigir algo - Su voz fuerte y figura imponente me aferraban aún más.

-Quiero ver a HoSeok... -

Mi suave murmullo al parecer le tomó por sorpresa

- ¡¡¡Quiero a HoSeok!!! ¡Quiero verlo! -

Mis gritos resonaban en toda la habitación y aseguraba a que incluso los escuchaban en la planta baja.

Estaba atenta a todos los sonidos a mi al rededor mientras me encontraba apegada a la pared mientras abrazaba mis piernas y mis ojos amenazaban con llorar con aún mayor intensidad.

A los pocos minutos escuché unos pasos subiendo las escaleras apresuradamente y en cuanto levante la mirada sonreí.

Era HoSeok...

Su suave sonrisa me calmo al instante y en cuestión de segundos lo vi acercándose cautelosamente en mi dirección.

Suspiré en cuanto sentí sus brazos a mi al rededor, en el poco tiempo que llevaba con estos hombres, había sido él, el único que me veía con cariño...

Me recordaba a los ojos de mi madre...

-¿Que sucede linda...? ¿Por qué lloras? -

No pensaba responder a su pregunta, sonaba simplemente estúpida.

Acababa de ser secuestrada por siete hombres que no conocía, me corretearon como a una presa, me hacían sentir humillada y como si fuera poco la culpabilidad de sentir seguridad entre los brazos de uno de los culpables de alejarme de mi hogar, me atormentaba la cabeza.

-No me preguntes eso... No es algo que quiera mencionar en voz alta... - Mi voz sonó quebrada y mi tono era bajo, me sentía vulnerable, pero tampoco era consciente de lo que podría ocurrir si no seguía las reglas.

Sentí como ambos brazos me estrechaban contra su pecho, aún me sentía cansada y el llorar no ayudaba en demasía a tranquilizar mi ansiedad. Por el contrario sólo sentía ganas de dormir.

A medida que me acurrucaba contra sus brazos, su dulce aroma me arrullaba.

Siquiera me alarme en cuanto me levantó entre sus brazos.

Estaba tan tranquila, que me fue casi imposible no dormir.

...

No sabía cuanto tiempo llevaba dormida, pero cuando abrí mis ojos me encontraba entre otros brazos distintos.

Su aroma era mas delicado y sus brazos más fornidos, en definitiva era alguien más alto y tenía una espalda más ancha.

Con apresuro me retorcí entre sus brazos.

-Hey... tranquila, no pasa nada -

Sus voz era arrulladora y sonaba delicada, aún no distinguía quien era.

Mientras observaba a mi al rededor, me encontré recostando mi mejilla contra su hombro y abrazando más mis piernas a su cintura.

La luz iluminaba la sala, los sillones eran oscuros y amplios, el piso brillaba como si fuera de porcelanato.

El resto de la decoración era muy sencilla, pero admiraba su sentido del arte; pues en las paredes se apreciaban variados cuadros con pinturas bellísimas.

Seguía mirando con atención la sala hasta que sentí una mano posarse sobre mi espalda, era un toque inocente, en sí suponía era para sujetarme y que no me cayera. Pero fue tan repentino que me puso en tensión al instante, a la vez que me hacía caer en cuenta de la situación.

¿Quién me sostenía entre sus brazos...?

ɴᴜᴇꜱᴛʀᴀWhere stories live. Discover now