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Quizás después de comer me quedé dormida, ni siquiera lo recuerdo, pero sentía mi cuerpo tibio y fresco. Cuando intenté abrir los ojos una fuerte luz me cegó, un cálido rayo de sol acariciaba la piel de mi rostro.

Y tres golpes concisos sonaron contra la pared, sobresaltada por no recordar nada me senté en la cama mirando directamente a los pies de esta, en dónde encontré al líder de los chicos, con un pantalón oscuro y una camisa clara apretada a su torso.

En cuanto levanté la mirada me encontré con sus ojos fijos en mi dirección, apenada bajé la vista rápidamente, intentando ignorar el sonrojo de mis mejillas.

- Buenos días... -

- Esa no es la forma de saludarme a mí Em.- Hizo una pausa hasta que le mire nuevamente, confundida. - Ven aquí - completó.

Le miré extrañada pero igualmente accedí a su orden, me puse de pie y avance con cuidado hasta quedar frente a él, a una distancia prudente.

- Arrodíllate-

Le miré aún más extrañada y casi dispuesta a retroceder nuevamente hacia la cama, pero este previniendo mis acciones, se acercó a tomar mi hombro, con delicadeza.

- Vamos arrodíllate Emily, no hay de que preocuparse -

Él empujó mi hombro hasta que estuve a mitad de camino del suelo, por lo que en cuanto mis rodillas tocaron el suelo, volví a mirarlo con mis mejillas rojas.

Él sonrió con delicadeza y se acercó estando aún de pie, hasta que su entre pierna quedó casi junto a mi rostro. Algo incómoda intenté apartarme, pero NamJoon tomo mi cabeza desde la parte de atrás y acercó mi rostro hasta quedar mi nariz sobre la tela de su muslo, muy cerca de su intimidad.

Aunque podría verse en una situación comprometedora, su tacto era fuerte y seguro casi reconfortante, no sentía presión alguna, y con tranquilidad respiré sobre el pantalón de su firme pierna, mi aliento cálido hacía todo aún más cómodo.

Su mano acariciaba mis cabellos, haciéndome sentir tranquila y a la vez haciéndome consiente de la posición en la que me encontraba. Suspiré con delicadeza cuando una de sus manos subió el toque acariciando otra parte de mi cabello, me encantaban sus suaves manos y a la vez su fuerte cuerpo en contacto con el mío.

- Me alegró que comieras ayer, después de tantas horas, ya era tiempo ¿Verdad? -

Asentí suavemente

- Mhm - Murmuró copiando mi asentimiento

Mis ojos se dirigieron a su rostro que me veía con cariño, a la vez que no encontraba dónde poner mis manos, estás estaban nerviosamente escondidas en mi regazo.

En cuanto baje la mirada nuevamente avergonzada, escuché su risa tranquila como un sonido sórdido y absoluto en la habitación.

- Veo tus manos inquietas ¿Quieres dejarlas cruzadas tras tu espalda por mi? -

Parpadee un poco atónita ante su orden, no quería hacerlo así que negué con la cabeza nuevamente

- ¿No? ¿Por qué no? -

Frente a su pregunta me encogí de hombros, realmente no quería sentirme aún más vulnerable, con SeokJin entendí que la única manera de ganarmelos es con confianza, cuando ellos vieran como podían confiar en mí y cuánto pudiera yo demostrales mi fragilidad, más sencillo iba a ser apuñalarlos por la espalda.

No podía ser tan sobre actuado, de repente ser la chica sumisa no iba a ser convincente, tenía que ganarmelos poco a poco o al menos eso haría está semana con NamJoon.

- Vamos Em. No hay de que preocuparse. - Con el mayor tacto que le había sentido jamás, se inclinó de a poco, quedando aún así más alto que yo al agacharse. Tomando mis pequeñas manos entre las suyas y guiandolas con calma detrás de mi espalda.

- Asi mejor - Su sonrisa cálida me cayó como una balde de agua fría, este hombre era extremadamente guapo

Me acaloré inevitablemente, el bochorno de la situación era difícil de manejar.

Y a pesar de todo, me obligué a continuar obedeciendo, mis manos cruzadas tras mi espalda y mi mirada baja.

Cuando nuevamente, tuve su mano acariciando mi nuca, relajé mi posición inconscientemente. Mi frente volvió a juntarse con su pierna y mi respiración era profunda y tranquila.

Pero me puse alerta en cuanto, escuché un ruido venir del pasillo, unas pisadas apresuradas que se acercaban inminentemente hacia la puerta.

Con ansiedad, me moví hacia atrás y llevé mis piernas a mi pecho, abrazándolas, justo en el momento en el que Jimin abrió la puerta.

- Jefe yo-

- Silencio- Le cortó NamJoon

El líder me miraba fijamente con incredulidad al ver que me había separado de él en ese momento, siquiera había mirado al chico que se encontraba apresurado en la puerta y que había venido exclusivamente a verle a él. Sus ojos sobre mí me ponían aún más nerviosa

¿Cuál era su maldito problema?

Ya había hecho lo que el quería

- Emily, vuelve aquí- Ordenó señalando con el dedo índice el suelo frente a él

Me dieron hasta ganas de reírme con semejante estupidez. Mierda, ya había cedido demasiado y no deseaba hacerlo frente a otro miembro del grupo.

Nam, al ver que no obedecía soltó una amenaza que no veía venir.

- Si no vienes aquí ahora, te haré caminar con JiMin por el resto del día sobre tus manos y rodillas -

Mi rostro enrojeció solo de imaginarlo, no podía creer que fuera capaz de algo así. El no podía hacerlo

¿Verdad?

ɴᴜᴇꜱᴛʀᴀWhere stories live. Discover now