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Después de un par de minutos, pareciese que me hubiera quedado sin lágrimas, mi cuerpo dejo de temblar y encontré reconfortante el calor del cuerpo de SeokJin junto al mío.

En esa postura relajé mi cuerpo para sorpresa de los dos hombres en la habitación, el líder solo miraba perplejo la escena, ni yo podía creer que acababa de bajar la guardia, pero de cierta manera me encontré más tranquila.

- Deberías dejar que yo le enseñe primero, aún no está acostumbrada a nada parecido -

NamJoon puso los ojos en blanco y continúo con su trabajo como si nada

- Apresúrate con volverla a dejarla aquí cuando acaben de comer -

Sentí un suspiro casi de resignación en el pecho del hombre de espalda ancha, su brazos a mi al rededor me acogieron casi con anhelo, como si apesar de esta situación no pudiera tenerla bajo control, estoy segura que el quería quedarse conmigo.

Sus pisadas resonaron hacia la cocina, y su leve paso parecía mecerme, dormitaba mientras mis manos y mis piernas buscaban un mejor agarre, mis brazos al rededor de su cuello y mis piernas sutilmente abrazadas a su torso. El hombre sonrió ante mi actitud, pero no hice más que ocultar mi rostro entre su cuello, para evitar la vergüenza.

Parecía un pasillo infinito, está casa se veía enorme y en verdad lo era.

Al cabo de unos minutos en los que me sentía aún más adormilada entre su agarre,  sentí su pecho vibrar al hablar con alguien, su respuesta poco clara a mis oídos igualmente pareció cordial y al terminar su corta conversación se sentó sobre la mesa aún conmigo en su regazo.

No pronunció ni una sola palabra, solo acariciaba mi rostro y mi cabello, sus dedos al enredarse entre las hebras de mi cuero cabelludo me generaban escalofríos en el placer de recibirlas, amaba la sensación de sus caricias.

Cuando dejó de consentirme, se ubicó mejor en su asiento y tomo de la mesa una servilleta. Después con un asentimiento hacia la figura detrás nuestro, trajeron un plato de comida con un aroma delicioso.

- Muy bien, que rico huele ¿Verdad? -

Su mirada se veía complacida con mi leve asentimiento. Pero también noté el reflejo de una pequeña sonrisa entre sus labios al verme en esa posición, me sentía pequeña y protegida y sin embargo, no me sentía agobiada.

Cuando sus manos se posaron sobre mis costados, precio ando levemente mis costillas le mire apresurada buscando en su rostro una respuesta, pero este solo asentuó su sonrisa y me dió la vuelta quedando con mi espalda junto a su fornido pecho.

En ese momento perdí toda la serenidad, volví a mi actitud defensiva y me tense sobre su agarre.

Nuevamente suspiro, pero supongo que ya no tenía demasiado tiempo teniendo en cuenta las exigencias de NamJoon y tal como lo esperaba, dejo sobre la mesa un cubierto junto al plato para que pudiera comer.

No quise mirar hacia ningún lugar, pero me sentí insegura al tomar el frío cubierto de acero entre mis manos, fijé mi vista en el plato frente a mí y sentí un nudo en el estómago, para ese momento ya no tenía hambre.

- Vamos linda, come -

Me sentí nerviosa, presionada. Con molestia al tener que seguir sus órdenes.

En el plato aparecía un trozo de pollo con una salsa blanca y champiñones encima, junto a esto una ensalada con varias frutas y un vaso de jugo de color amarillo.

A pesar del rico aroma que llenaba el comedor, no me atreví a probar bocado alguno. Sentía náuseas de solo imaginar la comida en mi boca.

- ¿Por qué ya no comes? ¿Ya no tienes hambre? -

Negué lentamente a lo que el imitó mi acción negando lentamente conmigo

- Mhm -

Con delicadeza, volvió a acunarme contra su pecho, pero esta vez de espaldas a su cuerpo, sus manos abrazaron con cuidado mi cintura y su cabeza se mantuvo sobre la mía mientras se mecía con cuidado. Nuevamente me dió sueño, SeokJin conseguía tranquilizarme rápidamente y esto me dejaba en una especie de transe que me volvía maleable a su parecer.

Pero también me hacía sentir mejor, puesto que su aura imponente y a la vez su dulzura, me hacían sentir cómoda. Cuando volví mi vista a la comida mi apetito regresó con euforia. Él me acomodó mejor sobre su regazo y me sonrió en cuanto tome el primer bocado de mi comida.

Estaba delicioso.

ɴᴜᴇꜱᴛʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora