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Oh mierda...

Claro que no me iba a dejar joder la vida

Estaba segura que Jungkook podía sentir la incomodidad que me generaba su toque, odiaba la cercanía de sus brazos a cada costado, como si procurara que no me diera por saltar del caballo. Cometería locuras con el solo placer de ver su expresión al no tenerme.

A medida que intentaba alejarme de él, mas cerca se ponía con mi espalda y mas constantes sentía sus suspiros en mi cuello. Cuanto más empezábamos a alejarnos de la mansión, más apresuraraba al caballo, hasta que en algún momento este se encontraba casi corriendo.

A lo lejos podía ver a JiMin Y TaeHyung, venían conversando mientras recogían cada uno un par de canastas llenas de provisiones. JungKook soltó una ronca carcajada, mientras seguía avanzando decidido.

- ¡Hey chicos! Vinimos a hacerles compañía-

Ambos chicos voltearon a ver mientras sonreían y murmuraban.

- ¿Como se la quitaste a NamJoon? ¡Esto es toda una osadía! - Exclamó el más bajo con emoción

- Se supone que estamos en el jardín. No sabía lo mucho que le gustaban las flores a nuestra chica - Respondió JungKook

Le ví con una mirada afilada mientras fruncía el seño y me mordía la lengua para no soltar un improperio.

No sería conveniente meterme en problemas con tres chicos inmaduros sin supervisión.

- Oh nena, no pongas esa carita. Me dan ganas de comerte a besos - Parecía un maldito conejo, con su sonrisa pequeña de dientes grandes. Mientras apretaba mi nariz y me hacía ver cómo a una niña.

- Quítate - Murmuré entre dientes mientras golpeaba su mano para alejarla de mi cara

- Oh no te pongas rebelde cariño, todos sabemos que eso sería una estupidez y tu no eres una niña estúpida ¿O si? -

- ¿Eso a ti que te importa? -

JungKook me miró molesto, apretaba la mandíbula con fuerza, marcando las venas de su cuello.

Cuando pasó sus dedos por al rededor de mi garganta y me obligó a verle, me asusté. Su mirada era penetrante, completamente fría. Malditos problemas de control de ira.

No intentaba asfixiarme, solo me obligaba a verlo. Pero no fue intencional el momento en el que pasé saliva, tenía ganas de llorar, mis ojos se hicieron agua y sentía que temblaba mi mentón.

JungKook casi de inmediato se asustó, dejo de mirarme con molestia y en cambio pasó la palma de su mano sobre mi mejilla. Acariciaba mi rostro con cuidado y parsimonia intentando tranquilizar mis ganas de llorar, pero la calidez de su toque solo las alentó.

Con ira y las emociones a flor de piel, sujeté sus muñecas para alejarlo de mi. No quería seguir viendo su rostro en una expresión de miedo, me recordaba a mí.

- Oh nena, no llores - Hablaba despacio y con un tacto que jamás creí podría ver en él.

Intentaba sostenerme, pero cada vez que sus manos me rozaban, yo me quitaba con brusquedad.

- Déjame - Murmuré suavecito, con la nariz tapada aún cubriendo mi rostro

Después de dejar las provisiones en su lugar, en la carreta de la que tiraban los caballos de JiMin y Tae, el más bajo se acerco.

JungKook no se veía molesto o preocupado del todo, más bien una combinación de ambas. Pero miro extrañado a su hermano cuando me extendió la mano para bajarme del caballo.

No sabía que pensar ¿Sería peor ir con JiMin y Tae?

Pensaba agarrar su mano, pero entonces los sonidos de galopes resonaron en el suelo acercándose con rapidez.

De repente, entre la neblina del frio de la noche. Un corcel de un porte elegante y color completamente negro, se veía a la distancia acercándose con una impensable velocidad.

Era el caballo de NamJoon.

Jamás en vida me había sentido tan aliviada. Pero evidentemente no todo podía ser perfecto.

- ¿¡QUE MIERDA HACES CON MI CHICA!? - La voz gruesa y fuerte de NamJoon acabó con el momento de tensión.

Me hizo dar un respingo de lo inesperado, jamás había escuchado a NamJoon alzar la voz de esa manera, mucho menos hacia uno de sus hermanos.

JungKook se disponía s responder, cuando nuevamente el líder lo interrumpió.

- ¿Sabés? Ni me interesa Que hacen en este maldito lugar. Pensé que habías madurado. - Seguido de esto soltó una carcajada carente de gracia. Una demasiado escandalosa como para significar algo más que ironía - Ven Em, nos vamos -

Sin preguntar, se acerco con su caballo y me tomo por la cintura. Dejándome justo frente a él en la silla, sentada con ambas piernas hacia el lado derecho del caballo.

Entonces le devolvió una mirada fría a JungKook y los demás chicos, indicándole al caballo que comenzara a cabalgar.

- Nam, yo-

- No digas nada. No quiero escucharlo - Interrumpió

Me quedé en silencio mientras nos acercábamos poco a poco hacia la mansión. Aún resbalaban algunas lágrimas por mis mejillas y hacía sonar mi nariz intentando destaparla.

Me sentía cansada, pero ya no tenía frío. Por lo mismo sentí que comenzaba a quedarme dormida. Estas situaciones tan agotadoras no hacían mas que aumentar mis nervios y descontrolar mi rutina.

Era jodidamente agotador...

ɴᴜᴇꜱᴛʀᴀWhere stories live. Discover now