𝙾𝚍𝚒𝚘

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Hubo tres ocasiones más en las que estos chicos se reunieron pero toda la situación era igual, Jeno con una cara inexpresiva y un tanto cansado mientras que, Jaemin tenía que resistirse las ganas de lanzarse a besarlo cada que sus miradas se cruzaban.
No le importaba mucho no tener un tema de conversación con Jeno, aunque siempre que trataba de decir algo el mayor respondía a secas. Ya estaba empezando a acostumbrarse a soportar los fríos tratos de este pero seguía ahí sólo porque adoraba pasar un rato juntos, sin importarle que tan duro era eso.

La pintura estaba casi terminada y aunque eso podría ser buena noticia, realmente no lo era ya que sabía que era la única excusa que los mantenía juntos, seguramente después de eso ambos perderían contacto.

Llegó al tan reconocido hogar del más mayor, y fue atendido por el mismo Mayordomo cómo ya era costumbre.

—Estas buscando al Sr. Jeno ¿verdad?—Mencionó el mayordomo.

—Sí, permiso..— Dio una reverencia para después dirigirse a las escaleras pero fue interrumpido por el mismo sirviente.

—Él no esta en su habitación, esta por ahí.

—Oh, gracias..

Jaemin comenzó a dirigirse al lugar indicado, pero entre más se acercaba más se daba cuenta lo alejado que estaba del resto de habitaciones. Cuando llegó notó que este cuarto era muy pequeño pero no le tomó tanta importancia, estaba a punto de tocar la puerta pero se detuvo al escuchar unas risas de mujer, que murmullaba pequeños quejidos. Jaemin se acercó más hacía la puerta un poco curioso, pero su sorpresa fue cuando escuchó un gemido, se sentó en el pasillo mientras trataba de controlar las lágrimas que amenazaban en salir. Se sentía estúpido, con el simple hecho de imaginarse lo que Jeno estaría haciendo con aquella mujer, y claro, el tenía todo el derecho de acostarse con su futura esposa y tenía que aceptarlo, tenía que aceptar que el hombre que amaba no era para él y aunque eso le doliera mucho, debía dejarlo ir.

Aquellos murmullos retumbaban en su cabeza, quería abrir la puerta y  gritarle a Lee que estaba enamorado de él pero, no podía simplemente decirlo sin tener consecuencias. No debía enojarse con él ya que al fin al cabo su alma y cuerpo le pertenecía a una joven chica que sólo tenía dinero y era bonita.

Se levantó del suelo dejando salir las lágrimas, ya no le importaba si mojaba todo su rostro sólo quería ir al cuarto del mayor, tomar el retrato e irse de su vida. Jeno ya no lo necesitaba, ni siquiera le importaba si este no estaba terminado completamente, sólo quería tener la pintura en sus manos y marcharse lo antes posible.

Sus lágrimas corrían por sus mejillas mientras recordaba aquellas veces dónde estuvieron juntos, bajo la luz de la luna, o cuando sus labios se besaron lentamente pero, estos recuerdos ahora eran amargos y le dolía tener que marcharse. 

—Te odio Lee Jeno. — dijo mentalmente, y es que realmente odiaba amarlo tanto.

Cuándo llego a la habitación pudo visualizar una silueta sentada sobre la silla parecía estar sosteniendo un libro.

—¿J-jeno?

Gotas de lluvia /NoMinWhere stories live. Discover now