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Jeno recuerda muy bien esa noche, y como no olvidarla si esa noche fue cuando le arrebataron al amor de su vida.

Las velas del castillo habían sido apagadas, dejando en completa oscuridad los pasillos y los cuartos, no se escuchaba ningún ruido, y como iba a haberlo si eran las 2 de la mañana. 

Jeno estaba listo y seguro de que era el momento perfecto para salir sin ser descubierto. Tomó su bolsa de tela donde llevaba un poco de ropa y algunos alimentos, sabia que la comida que llevaba no les duraría demasiado pero tampoco podía llevar más, esperaba que Jaemin llevara algunas semillas por ahí. Por ultimo tomó aquel recuadro que una vez pintó donde retrataba a Jaemin.

 Echó un suspiro para después asomarse por detrás de la ventana buscando con la mirada a su amado quién se supone debería estar esperándolo pero, no vio nada, probablemente era la oscuridad quien no le permitía ver con claridad, o seguramente no había llegado aún.

Bajó por los escalones sosteniendo con una mano aquella vieja vela y con la otra su pequeña bolsa. Todo parecía estar bien, o al menos eso pensaba. Trataba de ser cauteloso para no despertar a nadie aunque podían escucharse con un eco los pasos que hacía al bajar los escalones.

"tap, tap, tap" 

Abrió aquella gran y pesada puerta que  rechinó por unos instantes que parecían eternos.

"chiiiiiiiiir"

 Mordió su labio, esperando que aquel molesto sonido no hubiese despertado a nadie. Echó un último vistazo a lo que era su hogar tal vez lo iba a echar de menos, o simplemente se olvidaría de el.


Se encontraba  por el extenso  jardín pero no lograba ver a Jaemin por ninguna parte.

"Seguramente no tarda en llegar" 

Estaba apunto de volver a entrar cuando escuchó un quejido detrás de los arbustos.
Corrió con todas sus fuerzas hacía aquel sonido encontrándose con Jaemin tirado en el suelo.
Su nariz parecía sangrar y todas sus prendas estaban cubiertas de lodo, tierra y agua.

—¡JAEMIN! ¿QUIEN TE HIZO ESTO?—Sus pies cayeron inmediatamente al suelo tomando por la nuca el la cabeza del chico que no paraba de sangrar. 

—No, Jeno.. Estoy bien.—Respondió con una pequeña sonrisa, tratando de relajar al mayor quien parecía estar muy preocupado

—¿Quien te hizo esto?—Volvió a preguntar.

—Yo no vi aquella roca y me tropecé.—Mintió

Jeno volteó a su alrededor pero no había ninguna roca cerca. Tomó un pañuelo que siempre llevaba consigo y lo colocó sobre la nariz sangrante. —Jaemin, dime la verdad.

Hubo total silencio.

—Me dijeron que se desharían de mí si volvía a verte.—Habló por fin el menor.

—Jeno, vuelve a dentro ahora mismo.—Interrumpió una voz varonil la cual se escuchaba intimidante. 

—No, púdrete no lo haré.—le contestó a su padre.

—Más te vale que me hagas caso—amenazó el señor mientras obligaba a Jeno a ponerse de pie tirando de su cabello.—Ya basta de bromas ¿a caso pensaste qué no iba a enterarme que tenías un noviecito?

—¿Quién te lo dijo?—En su mente sólo había una respuesta, Jieun.—No es así, es sólo un malentendido.

—Por favor Jeno, sólo vuelve a dentro.—Rogó la débil voz de Jaemin.

—No importa quien me haya dicho todas las mentiras salen a la luz.—Respondió su padre quien lucía más molesto que antes.—Y aunque sabes eso, aún así te atreves a seguirme mintiendo.

—Pero si querías golpear a alguien debiste golpearme a mí de todas maneras ya estoy acostumbrado. ¡Tú no eres nadie para tocarlo a él!—Su mirada era desafiante y llena de rabia. Jamás había tenido el valor de desafiar a su padre, pero no iba a permitir que lastimara a la persona que mas amaba.

—Entonces, ¿es verdad?—Preguntó con una risa burlona.

—¿Qué cosa?—Miró una silueta a través de la ventana, una silueta femenina, la cual observaba toda la situación.

—¿Qué te follas a ese pordiosero?

—¿Y qué si es así?¿vas a quemarme, a mí tú único hijo?

—¡Tú ya no eres mi hijo, eres hijo de satanás!—tomó el cuello del chico y comenzó a estrangularlo.

—Me alegra serlo—Contestó con el poco de aire que le quedaba en los pulmones.—Ya no ser parte de tu prestigiosa familia.

—No, yo necesito un heredero. Pero eres tan marica que ni siquiera puedes darme uno.—Soltó el cuello del chico quien volvió a tomar aire nuevamente.

—Por eso no te preocupes, Ya lo hice—Volteó hacía la ventana pero aquella chica había desaparecido.—Perdón por haberte defraudado y no ser el hijo que tanto esperabas, sé que iré al infierno por amar a ese chico, y si tuviera que morir para estar con él lo haría.

Tomó entre sus brazos al Joven junto a todas sus pertenencias, y comenzó a caminar hasta su nuevo hogar, o el que iban a construir juntos. Se sorprendió que su padre no los siguiera y los dejará partir sin reprochar más; caminó como una hora cuando por fin sus pies tocaron la arena.

Al pasar los minutos de gran silencio llegaron a la orilla del mar. Aquellas olas que reflejaban a la luna blanca, hacía un poco de frío pero eso no le importaba. Cargaba a Jaemin en sus brazos quién parecía dormir profundamente. El sangrado de su nariz  había cesado. Sus ojos lucían perdidos entonces Jeno aprovechó para robarle un beso que no fue correspondido.

se tiró a la arena.

 las olas del mar sonaban como una canción de cuna.

"hushhhh"

Entonces Jeno se preguntó así mismo que se sentiría ser un pez y ser arrullado por las olas hasta dormir eternamente.

Final alternativo.

Gotas de lluvia /NoMinWhere stories live. Discover now