Gotas de lluvia /NoMin

𝕃𝕦𝕟𝕒 𝕕𝕖 𝕞𝕚𝕖𝕝

Jaemin se despertó un tanto mareado por la noche anterior, sentía que su cabeza dolía un poco y sus ganas de beber agua aumentaban. Volteó a mirar a su costado topándose con un bello rostro dormido, pensó despertarlo sin embargo, era demasiado noche para hacerlo, aun ni siquiera salía el sol ni cantaba el primer gallo.
No entendía porque sus mejillas ardían ante tal simple vista, obligándole a acercarse cada vez más hasta el cuerpo del otro joven. Era demasiado pálido y sus brazos estaban demasiados duros, parecía que hacía horas ejercitándose o algo por el estilo, mientras que Jaemin tenía sus brazos delgados por la falta de nutrientes que sus apenas comidas podían ofrecerle.
Se sintió totalmente acorralado cuando el mayor puso su mano sobre la cintura creando un abrazo. Escuchó entre suspiros como su nombre era nombrado desde los labios de Jeno.

—Jaemin.. mm.. —mencionó el más mayor entre jadeos.

Jaemin comenzó a preocuparse por los sueños de su esposo, probablemente estaba teniendo pesadillas o eso parecía ya que, cada suspiro que emitía era acompañado un ceño fruncido.
Tocó las mejillas de su pareja que se encontraba totalmente dormido para después sentir como estas ardían, estaba apunto de despertarlo cuando sintió un tercer acompañante que se encontraba despierto. Soltó una pequeña carcajada al darse cuenta que en realidad no estaba teniendo pesadillas simplemente estaba teniendo un sueño húmedo.

—Jeno para de mencionarme, eres un chico cochino— mencionó entre susurros hablando con su pareja que estaba totalmente dormido.
Se acercó hasta sus labios para dejar un pequeño beso y así volver a dormir.
Su cuerpo se puso de piel china al sentir como el otro joven sonreía y abría sus ojos.

—¿no puedes dormir?— mencionó el mayor con su voz ronca. —Tus besos nocturnos son tan lindos.

—¿sueñas cosas sucias conmigo todo el tiempo?— Preguntó el menor un tanto avergonzado.

—¿Cómo lo sabes?— cuestionó un tanto alarmado.— d-digo, yo no sueño eso.—se retractó totalmente apenado.

—No te hagas el tontito, ¿realmente no tienes ni un poco de ganas de hacer eso?— no entendía como podía ser tan atrevido en ese momento, tal vez la noche lo a sinceraba bastante.

—Jaemin, no me preguntes esas cosas yo no sé de que.. —se quedó en silencio al darse cuenta de la erección que tenía en ese mismo momento. —¿Hable mientras dormía verdad?

—Creo que sí, hablaste demasiado.

—Yo, lo siento tanto pero es que no sé  que le sucede a mi cuerpo últimamente, aveces siento pequeñas cosquillas al besarte, lo lamento, es demasiado vergonzoso e irrespetuoso.

—Pero Jen, tú y yo somos esposos, no debes sentirte avergonzado por algo que tu cuerpo pide.— suspiró un tanto cansado para después acercarse y dejar un pequeño beso sobre sus labios. —Buenas noches

—¿Podrías tocarme un poco antes de.. dormir o algo así? —interrumpió un tanto sonrojado el más adulto.— solamente si tú quieres, si no puedo hacerlo yo mismo, pero es que de verdad me duele un poco.

Jaemin se sintió un tanto nervioso por tal propuesta de Jeno, y es que considerando eso probablemente estarían teniendo su "luna de miel" o algo similar. Puso su mano sobre el miembro de su pareja y comenzó a masajearlo suavemente tratando de ser lo más satisfactorio posible. Mientras tanto, Jeno ahogaba sus gemidos tapándose la boca con su propia mano, realmente estaba disfrutando de las manos que frotaban su entrepierna.
Jaemin quiso ir más allá que sólo caricias así que decidió subirse sobre el cuerpo de su pareja quedando montado sobre este. Comenzó a frotarse suavemente sientiendose cada vez más ansioso por besar sus labios, comenzó a sentir ese peculiar cosquilleo sobre su miembro haciéndole jadear suavemente.
El ambiente era demasiado bueno para ser verdad, sus cuerpos frotándose y sus labios tocándose gimiendo calladamente.

—J-Jaemin te amo.— confesó. — Estoy totalmente enamorado de ti, y-yo..

—Shh Jeno.— dijo mientras ponía sus labios sobre los ajenos. —Yo te amo muchísimo más.

Después de unos movimientos más ambos terminaron quedando totalmente exhaustos y demasiado cansados. Jaemin bajó encima de él y con un puchero lo miró a los ojos en la oscuridad.

—ahora sí Jeno, despierta.

—¿Esto fue un sueño?—Preguntó totalmente confundido.— se sintió demasiado real.

—¿Dije despierta?quise decir duérmete, espero que no sea un sueño o voy a golpearte mañana por la mañana.

—pero ¿por qué me golpearías a mí?

—por hacerme soñar cosas cochinas.

—Bueno, entonces ya duérmete amor mío, mañana vamos a desayunar tu comida favorita.

Después de unos minutos ambos quedaron totalmente dormidos sintiéndose realmente aliviados y relajados.