C a t o r c e.

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América esperaba, en específico, los Estados Unidos de Norteamérica. Una cultura diferente y un acento bastante particular pero debo decir que me encontraba más emocionada por el viaje a Estados Unidos que la gira por Europa, resultaba realmente excitante cruzar medio mundo y conocer nuevas costumbres de aquel continente. Al parecer, tanto era mi deseo que no podría disfrutarlo plenamente, un jodido resfriado me atacó justo un día antes de partir hacia América. Me había convertido en una incubadora de gérmenes y un asqueroso dispensador de mocos. Nuestra primera parada era en San Diego, California y suplicaba porque el clima cálido me hiciera sentir un poco mejor. Fue todo lo contrario.

Esperábamos nuevamente en esa aburrida sala de abordar un par de horas antes a que nuestro vuelo despegara. Makhi y Jude dormían plácidamente en la alfombra de la habitación aprovechando cualquier instante para dormir pues una vez que pisáramos suelo americano, no tendríamos un descanso en los próximos tres meses. Mientras tanto, Ethan, Gabe, Harry y yo no despegamos la vista de Love Actually que se transmitía en una de las pantallas planas. El resto del equipo leía, se aferraban a su teléfono celular o dormían.

Un par de manos frías se posaron sobre mis ojos y el sobresalto casi me hace caer el asiento. Por mero instinto me llevé las manos hacia los ojos cubriendo las de aquella persona que me había imposibilitado la vista.

-Adivina. - dijo en mi oído y gracias a ese acento tan distintivo supe que se trataba de Niklas.

- ¿Qué diablos haces aquí?- dejó caer sus manos hasta abrazarme por los hombros, depositando un beso en la comisura de mi boca. -Es decir, no me molesta, pero...

- ¡Mierda! Ya dile Niklas. - se quejó Gabe a mi lado, llevándose un golpe en el brazo por interrumpir mi arrumaco con Niklas.

Vi por el rabillo del ojo a Harry quien por primera vez en todo ese tiempo que llevaba conviviendo con él, le noté un vislumbre de fastidio en su expresión. No despegaba los ojos de la pantalla y se mantuvo ajeno a la pequeña reunión que celebraba con Niklas.

Niklas rodeó la fila de sillas arrastrando una enorme maleta y entonces me desconcerté aún más.

- ¿Harry, te importa?- Niklas señaló el asiento que Harry ocupaba, el interpelado simplemente se recorrió un asiento a la derecha sin emitir palabra alguna, su comportamiento comenzaba a preocuparme pero me abstuve de preguntar algo en presencia de Nik. Se sentó a mi lado y me pasó el brazo por los hombros atrayéndome hacia su pecho. -Tengo una audición en California. - escupió.

- ¿Vendrás con nosotros?- abrí los ojos como platos y en ese instante me olvidé por completo del comportamiento de Harry.

-Si no te molesta, bonita. - negué frenéticamente con la cabeza y en cuanto me di cuenta de que podría contagiarlo fue muy tarde, los labios de Niklas ya se habían unido a los míos en un ínfimo beso.

Resulta que Gabe sabía sobre cierta audición y guardó el secreto para que Niklas pudiera darme la sorpresa en el aeropuerto. NIk finalmente había aceptado la ayuda de su padre a regañadientes pero después de ser rechazado en Pepper Records sus esperanzas se apagaban. Hablé con él y lo convencí de aceptar la ayuda que su padre le ofrecía, después de todo, el señor Herrmann poseía una cadena de tiendas musicales en Viena y tenía los suficientes contactos como para conseguirle una audición a su hijo. Ahora entendía que cierta audición tomaría lugar en California. Niklas iría a Los Ángeles por un día para presentar su música en Memorex Music y volvería a San Diego y San Francisco conmigo.

-Harry. - alcé un poco la voz para que me escuchara antes de que se acomodara en el asiento del avión. Él levantó su vista sin decirme nada y posó toda su atención en mí. - ¿Estás bien?- él asintió levemente con una débil sonrisa que no tocó sus ojos.

Starstruck | h. s. | a. u. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora