Capítulo 31

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Kay

—Entonces de verdad son vecinos —comenta Paiton cuando Sam coloca unos vasos en la mesa.

Él no parece estar muy feliz... aunque pensándolo mejor, es bastante normal que tenga esa expresión seria en el rostro. Aunque Emi y yo sabemos que a él no le agrada Paiton.

—Sí, Sam y yo hemos sido vecinos desde que su familia se mudó a lado cuando estábamos en primaria y Kay se mudo al frente de nuestras casas hace algunos años —le contesta Emily, aunque en Paiton no ha preguntado nada, solo hizo el comentario.

Samuel tomo asiento a mi lado y tomo un libro.

Sonrío, aunque el momento es algo incómodo. Es claro que él no tiene intensiones de hablar a menos de que sea para el trabajo. Emi parece notarlo porque gira para verlo, ha quedado en medio de ambos para evitar a Paiton.

—¿Recuerdas cuando conocimos a Kay? —pregunta Emily.

Sam eleva su vista para poder verla, frunce un poco el ceño, pero regresa su mirada al libro casi al instante.

—Ajá —se limita a decir.

Emily parece enojada y le da un golpe en el brazo, pero Sam no se inmuta.

—¿Cómo se conocieron? —pregunta Paiton para romper la tensión del momento.

Emi esta a punto de contestarle cuando Sam se aclara la garganta y pone el libro sobre la mesa, este hace un ruido bastante fuerte al caer sobre la superficie de madera.

—¿Cómo nos vamos a repartir la información? —dice de la nada.

—Cierto —concuerdo con él, aunque me gustaría seguir escuchando a Paiton, prefiero terminar o avanzar lo más que pueda con el proyecto.

—Parece que tienen prisa —dice Paiton sonriendo. Toma un libro que esta frente a ella y después saca un cuaderno de su mochila.

—Ah, sí, tengo que regresar antes de... —las palabras se me escapan de la boca antes de que pueda procesarlas.

Giro para ver a Sam como si pudiera ayudarme, pero en realidad no parece importarle lo que acabo de decir.

—¿Tienes que llegar temprano a casa? Pensé que habían elegido esta cafetería porque queda cerca de sus casas —dice la chica de ojos grises.

—Sí, pero yo hubiera preferido ir a la tienda de Ágata —comenta de repente Sam.

Mis ojos se abren de par en par y no tardo en dirigir mi mirada hacia él, pero Samuel no notaria que quiero enterrarlo vivo porque sigue con la vista clavada en su libro, fingiendo que lo que acaba de decir no es algo grave.

No puedo decirle a Paiton que estoy viviendo en la misma casa de una chica un año menor que nosotros.

—¿Ágata? —pregunta ella de repente.

Trago saliva y sonrío.

—Sí, ella me gusta, su mamá tiene una cafetería cerca de la escuela. A veces Kay y yo vamos a visitarla, su comida es muy buena.

Tanto Emi como yo giramos a verlo. No sé quien de los dos esta más sorprendido, Emi conoce a Ágata, pero no sabe que Sam ha venido a la cafetería un buen par de veces y que no parece nada interesado en la hija de mi jefa.

—¿De verdad te gusta Ágata? —Emi parece entre sorprendida y algo dolida.

Mi amigo sigue sin dar señales de inmutarse, de hecho, toma un subrayador y resalta algo en el libro.

Bajo El Mismo CieloWhere stories live. Discover now