Capitulo 04

294 30 0
                                    

La alarma de mi celular comienza a sonar y tengo que rodar un par de veces en mi cama para decidirme a apagarla. Y aun cuando deslizo mi dedo por la pantalla, parte de mi cara sigue hundida en la almohada. 

Este es el momento de la pregunta del día: ¿Quién tiene una alarma para despertarse los sábados? No, esa no es buena, tendría que ser algo como; ¿Por qué tengo una alarma en pleno sábado?

Ruedo una última vez.

Bien Ágata, ponte de pie, tienes un nuevo día por delante, con suerte tal vez me quede aun medio día...

Me siento en el borde de la cama y bostezo, cuando mis pies tocan el suelo, este esta frío pero retengo el impulso de querer volver a meterme entre las cobijas, porque se que si hago eso, entonces si será mi fin y seguramente no despierte hasta mañana.

Camino hasta la puerta de mi cuarto dando pequeños tropiezos de vez en cuando, mi objetivo es llegar al baño para poder lavarme la cara y con algo de suerte poder despertarme, mamá probablemente ya desayunó, ella si es de las personas que se despiertan temprano por naturaleza, aunque también es como las aves; si ya no hay luz de sol, ella ya esta en la cama. Yo no podría llevar ese tipo de vida.

El cuarto de baño esta a la mitad del pasillo, así que no tengo que caminar tanto, aunque le hubiera agradecido a mamá poner un baño completo para mi cuarto, quiero decir, mi recamara tiene baño, pero solo la regadera, ¿De qué me sirve eso? pero básicamente el cuarto de baño de este pasillo es para mí, el del otro lado, es para mis padres y el de abajo es para los invitados, ¿Qué más podría pedir? No voy a decir que no me gusta mi casa.... aunque si querría el baño completo en mi cuarto. 

Llego a la puerta del baño en menos tiempo de lo esperado, lanzo otro bostezo y llevo mi cabello hacia atrás, aunque algunos mechones regresan para tapar parte de mi visión.

Tomo la perilla de la puerta pero no la giro, aun así la puerta se abre y tira de mi hacia adentro.

Casi caigo al suelo pero mi vista se despeja en ese instante, si había sueño en mi cuerpo seguro que hasta el más mínimo gramo de él ha desaparecido.

―Pero que... ―mis palabras quedan en el aire cuando comienzo a elevar mi mirada y me encuentro con el cabello castaño levemente rizado y los ojos color café...

No retrocedo, en realidad, me quedo pasmada, lo miro con los ojos abiertos de par en par sin terminar de creer lo que esta frente a mi.

Seguro que aun estoy soñando y esto es una pesadilla.

―¿Ágata? ―pregunta― ¿Estás bien? ―su tono de voz y expresión indican clara preocupación pero aun así, mi cabeza parece estar en las nubes, aun no comprendo...

―¿Qué estás haciendo aquí? ―murmuro.

Tengo ganas de gritar pero en lugar de eso, mis pies giran sobre el suelo cuando una de sus manos se acerca a mi y salgo corriendo del baño tan rápido como puedo, apenas llego a las escaleras, me sostengo del barandal y me apresuro a bajar.

¿Qué esta haciendo aquí? 

¿Qué esta haciendo aquí?

¿Qué esta haciendo aquí?

Mis pies repiquetean sobre los escalones, mi respiración esta agitada y el corazón me late de prisa. Veo que mamá esta por ir para la puerta del jardín que da a la cocina de la cafetería. Me apresuro a seguirla y casi la derribo cuando tomo sus hombros y alcanzo a frenar.

―¿Ese era Kay, no es verdad? ¿Qué esta haciendo aquí? ―me apresuro a hablar cuando ella me mira con lo que creo es confusión. 

―¿Kay? ―pregunta con una de sus cejas fruncida y la otra elevada y luego como si su mente se despejara, su expresión cambia y sonríe, una curva bastante larga sobre su rostro.

Bajo El Mismo CieloWhere stories live. Discover now