6* No me alejaré de su lado

2.9K 419 251
                                    

Había pasado una semana en donde Luzu iba de vez en cuando a visitar a Samuel, asegurándose de manera casi paranoica de que ninguno de los demás chicos (Sobre todo Rubius) los pillase juntos. 

No es que estuviese enamorado de Vegetta, o Samuel, cómo fuese, tampoco estaba obsesionado ni nada, era solo que Vegetta había sido uno de los pilares más grandes de su vida, aquel que más lo había apoyado y ayudado luego del fiasco de la alcaldía y las votaciones, y se negaba a dejarlo ir.

Luzu ya no era realmente una buena persona, lo sabía, ya no le importaban los errores que hubiera cometido, no le importaba si en algún momento y por algún motivo llegó a hablar mal de Vegetta, había cometido un error, si, pero esta vez iba a ser egoísta. Vegetta era su amigo, y, con memoria o sin ella, se iba a quedar a su lado, sin importar lo que dijesen los demás.

-Entonces... dime Borja ¿Por qué tienes ese aspecto de chico emo? ¿Es alguna especie de moda, alguna fase o...?- Dejó la pregunta a medias, indicando que esperaba la explicación en respuesta.

-¡¡No es una fase!! ¡¡Y no es Emo!! ¡¡Soy Evil Luzu, no Luzu Sad!!- Samuel lo miró con una sonrisa y una ceja alzada -Borja, perdón, soy Evil Borja... en fin- El Emo suspiró y se volvió a sentar al lado del oji morado. 

Samuel se rio un poco, pensando en lo extraño y ridículo, además de adorable, que llegaba a ser el peli castaño a su lado -Entonces... ¿Por qué eres así? ¿Eres malvado? Sinceramente, a pesar de todo, no tienes pinta de malvado, eres demasiado buena gente como para eso- Luzu suspiró, sabiendo que su acompañante pensaría algo como eso.

-No es que... no, tienes razón, no soy malvado en realidad, no me nace serlo, tengo la estúpida idea de que todo se puede remediar y todos pueden tener una segunda oportunidad... pero sé que no es verdad, es solo un estúpido sueño- Se abrazó a si mismo, recordando todos los momentos en donde sus amigos y seres queridos le habían fallado.

Todos ellos al menos una vez, todos menos Vegetta.

-No creo que sea una idea estúpida, quiero decir, siempre puedes darle una segunda oportunidad a alguien, el problema está cuando no se lo das, o cuando le das más de dos, ya sabes "Si te dañan una vez puede ser un error, si te dañan dos veces es su culpa, pero si te dañan tres veces la culpa ya es tuya" o algo así era, no me acuerdo muy bien...- Se quedaron los dos en silencio unos minutos, simplemente hundidos en sus pensamientos -El punto es... Tienes un problema con alguien, y no logras superarlo, estas haciéndote cargar con un peso que podrías dejar atrás si solo dieses una oportunidad-

-¿Dar una oportunidad? ¿Se supone que debo perdonarlo y ya está?- Luzu levantó la cabeza con el ceño fruncido ¿En serio Vegetta le estaba diciendo eso?

No es Vegetta, es Samuel.

-No, me entendiste mal, con dar una oportunidad me refiero a que tienes dos opciones, no sé cual es problema que tienes, no conozco la historia, pero ya me confirmaste que hay un "Él" así que... si esta persona te falló una vez, claramente no puedes perdonarlo, pero, y no es por ser malo ni que apoye a ese tipo, pareces tan molesto que no creo que le hayas dado una segunda oportunidad ¿O si?- Mientras Samuel levantaba las manos en señal de paz, Luzu negaba lentamente con la cabeza -¿Ves? Quizá deberían hablar, no que lo perdones ni nada, pero puedes darle una segunda oportunidad, siendo más cuidadoso, o si no quieres, solo hablen y date a ti mismo la oportunidad de superarlo y ser feliz, a eso me refería con que "Dieses una oportunidad"-

Luzu suspiró, mirando el suelo de forma perdida y murmurando -No quiero darle otra oportunidad, no lo merece, él...- Fue interrumpido. 

-Pero no lo hagas por él, joder macho, hazlo por ti- Samuel obligó a Luzu a mirarlo a los ojos -Deja de hacer las cosas por los demás, hazlas por ti, por que a ti te sirven, por que tú quieres, por que a ti te ayuda ¡¡Se egoísta hombre!! ¡¡Que la vida no existe para vivirla complaciendo a los demás!!- Luzu no pudo evitar reír y sus ojos, actualmente de color rojo, se volvieron por un segundo de color azul cielo -Wow...- 

-¿Qué? ¿Qué pasó Samuel?- Se miraron a los ojos, uno confundido y el otro repentinamente emocionado. 

-¡¡Tus ojos cambiaron de color!! ¡¡Pasaron de rojos a azules!! ¿Cómo haces eso?- El oji rojo se sintió ligeramente incómodo y se sonrojó ante la mirada de admiración que Samuel le daba, usualmente era él quien admiraba la figura de Vegetta, no al contrario. 

-Eh... magia, un poco de práctica y demás, no es la gran cosa- Samuel se levantó de su asiento con una gran sonrisa plasmada en su cara y los ojos todavía brillantes en admiración. 

-¡Enséñame por favor! ¡Yo también quiero hacer eso!- Un sentimiento de dolor y nostálgica familiaridad se instaló en el pecho de Luzu. 

-Entonces Luzu ¿Quieres ser un hechicero, no?- El nombrado asintió, ansioso y emocionado -Bien, te enseñaré todas las cosas básicas que sepa durante un mes, después de eso veremos que eres capaz de hacer ¿Te parece?- Volvió a asentir. 

-¿Realmente crees que puedo lograrlo? Todavía no estoy seguro de esto de ser héroe, no soy bueno en nada y...- Vegetta lo silenció de forma inmediata con un gesto de mano. 

-Todos comenzamos sin saber, y todos tenemos una habilidad es algo, tú eres muy bueno con el arco, y no dudo de que con un poco de práctica podrás ser incluso mejor que yo, y además, la magia es para cualquiera que desee aprenderla- Sonrió un poco y le pasó un libro con tapa de cuero -Puedo ver en tu mirada el poder que posees, créeme, sé que no me decepcionaras- 

-Cla... claro... si ¿Por qué no?- Se levantó del asiento y le sonrió al oji violeta -Venga, te enseñare a hacer magia, pero...- Se detuvo un momento, creando expectación -Me gusta tu color de ojos, así que si vas a cambiarlo, promete que no será permanente- Samuel asintió repetidamente, la felicidad que brotaba de él le hacía brillar de una manera curiosamente inocente, era como un niño pequeño al cual le iban a comprar un helado. 

De camino a casa de Luzu, este se dio cuenta de una cosa; Vegetta nunca se había comportado de esa forma, al menos no frente a ellos, entonces... 

¿Por qué Samuel si?

¿Por qué Samuel si?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
No Puede RecordarWhere stories live. Discover now