O2 [🍑]

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Los rayos del sol se colaban por pequeños espacios que las gruesas cortinas no cubrían queriendo iluminar cada parte de aquella oscura habitación.

Yoongi se removió sobre la cama, tiró el edredón color negro al suelo, se estiró con pereza para poco a poco ir abriendo sus párpados.

—Umm —gimio al sentir su cuerpo destensarse.

Se vistió, luego de una ducha relajante, con una camisa blanca, un saco negro, pantalones del mismo color y zapatos de vestir. Peino su cabello negro y fue por una taza de café que se llevó al auto.

Condujo por varios minutos y de vez en cuando tomaba pequeños sorbos de su café.

Una llamada entró y al notar el número de su mejor amigo, contestó.

—Buen día Yoon, tengo en mi oficina los estados de cuenta de la fábrica a prueba, si gustas pasar a revisarlas conmigo.

El palido soltó una risita que resultó tierna para la persona en la otra línea

—¿El estrés del fin de semana te llego? —bebió de su café y avanzo en el tráfico. —Namjoon relájate y no me hables tan, joder, tan formal que haces que se me pongan los pelos de punta.

El moreno soltó un suspiro.

—Yoongi, cariño, es mi trabajo, eres mi jefe.

—Namjoon, cariño, también es mi trabajo, mi empresa y eres mi mejor amigo. No te quiero de mal humor, por favor no volvamos a los tiempos oscuros cuando no sabíamos ni sacar un estado de cuenta y tu humor era una mierda.

—Yoongi, groserías.

—Ya, esta bien, estoy llegando, iré a ver los estados contigo y luego iremos a almorzar... oh no, espera, mejor a cenar, tengo un almuerzo con mamá hoy, ya sabes, lo de siempre.

Namjoon rió bajo.

—La idea del matrimonio otra vez ¿no?

Un largo silencio se escuchó, luego Yoongi volvió a hablar: —Ya llegue, nos vemos en tu oficina.

Camino por todo el edificio, saludo a los empleados del lugar y subió al ascensor. Llevaba su café en mano y teléfono en otra.

Sus pensamientos se encontraban en otra parte, de sólo pensar en visitar a su madre para darle fin a todo aquello de las citas y la loca idea de buscarle esposa. Lisa había logrado que al fin reuniera el valor necesario para enfrentarse a su bella madre y hacerle trizas la idea de él con pareja o una familia, él no quería eso. Él era feliz siendo soltero, saliendo con sus amigos, sin necesidad de alguna pareja a lado. Era hora de ponerse firme y negarse a las citas o búsqueda de esposa. Lo haría, si.

—Buen día señor Min, Namjoon lo espera en su oficina.

Yoongi asintio  y siguió caminando hasta llegar a la oficina del moreno.

—¡Kim Namjoon, baja el porno ahora! —entro gritando asustando al más alto de paso.

Namjoon dio un brinco en su asiento y frunció el ceño al mirar a su mejor amigo riéndose por su travesura.

—Joder Yoongi, madura ya.

El nombrado arrugó la nariz y tomó asiento en una de las sillas enfrente del escritorio del mayor.

—Treinta años y aún te sigues comportándo como un niño —volvió a regañar.

Yoongi puso los ojos en blanco. Namjoon y él se tenían mucha confianza, se habían hecho amigos cuando su abuelo lo llevó a Japón y se enteró que ese niño de tez algo bronceada había sido adoptado por el abuelo Min.

¡Oh no!  | TaeGi |Where stories live. Discover now