53 [🍑]

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Fue cuando tenía catorce años que su padre le llamó para hablar sobre un tema que su abuelo no se sentía capaz de abarcar. Si bien el abuelo Min solía ser un gran hombre de negocios con mirada intimidante, al parecer no podía hacerle frente a su nieto con sus dudas sobre "¿por qué no soy como los demás?".

Es por ello que había recurrido a Dawn.

Recuerda bien la expresión de su padre al otro lado de la pantalla, al igual como su abuelo había huido con la vaga excusa de ir a trabajar un domingo por la tarde. Incluso Namjoon fingió ir al cine solo, ¿quién va al cine solo?

Papá —insistió cuando su padre no parecía decir nada.

La expresión burlona de su padre transmitió todo el cariño y comprensión que necesitaba.

—Estas hablando japones, pequeño duende, sabes que no lo entiendo muy bien. —El rubio mencionó aquello con un tono burlón mientras se acomodaba en la silla del jardín.

Un hermoso fondo verde lo acompañaba junto a los montones de plantas que se encontraban a su espalda, sin duda su padre tenía el más hermoso jardín.

—Lo siento —murmuró apenado sin saber para donde mirar. Fue cosa de unos minutos hasta que tomó el valor suficiente para decir lo que tenía que decir. —Papá, ¿recuerdas a Mahiro-kun? —Su padre asintió mientras bebía algo de una taza de porcelana. —Ella me ha confesado sus sentimientos el viernes por la tarde. Mahiro es la chica más linda del edificio, según mis compañeros, también es educada además de provenir de una familia respetable de la ciudad. Su abuela se lleva bien con el abuelo, su familia es agradable y tienen un cachorro llamado tocineta...

No quiso continuar, una sonrisa estaba en su rostro, pero sólo por recordar el nombre de aquel lindo cachorro golden con pelaje tan suave como las mantas en el castillo de Jeon Jungkook.

Su padre quedo pensativo un buen rato mirando la taza mientras sus labios se apretaban.

—Lo que me dices es que ella es realmente una buena candidata para matrimonio —afirmó. Yoongi asintio lento. —¿Estas consciente de tu edad, Gig's? —otro asentimiento. —¿Por qué querrías casarte a esta edad?

—Comprometer —corrigió rápido, pero la duda en su voz estaba más presente que su propio ánimo. —Un matrimonio seria bueno para la familia, asegurar un heredero, una buena esposa que me ame. Una familia, como tú y mamá.

Los ojos de su padre se pasearon por algo al otro lado de la pantalla, luego dio un largo suspiro.

—¿Es que acaso tu madre te ha mencionado algo de eso? —preguntó con un bufido que no llegaba a ser enojado. —No estamos en la época de tus abuelos Yoon, aquí nadie tiene que intercambiar una vaca por la mano de una chica de buena familia —dijo con algo de sarcasmo al final.

No pudo evitar morder sus labios sintiéndose descubierto.

—Ella, supongo que tiene algo de razón —susurró decaído ignorando lo de la vaca y las manos.

Su padre negó.

—Escucha hijo, no importan los deseos de los demás —dijo firme con esa sonrisa que compartía con su pequeño hijo —, los únicos deseos que te deben de importar son los tuyos.

Yoongi asintio aún desconfiado.

—Papá, en realidad no era eso de lo que quería hablar. —El rubio lo miro por largos minutos sabiendo que su hijo no insistía en una videollamada solo para contarle sobre una chica. —Yo rechacé a Mahiro, ella es mi mejor amiga, es linda, pero no siento correcto salir con ella. —Yoongi se quedó callado mirando ambas manos sintiendo como estas sudaban a pesar de tener el aire encendido en la oficina de su abuelo. Se sentía enfermo de alguna manera, en cualquier momento vomitaria por la presión. —En realidad, no siento correcto salir con ninguna chica.

Silencio.

Solo podía observar como las cejas de su padre se fruncian al igual que su boca se torcia hacia un lado dándole indicios de que se encontraba pensando. Era algo que compartían, esa manera de quedar encerrados pensando con una expresión atractiva en sus rostros.

—Pequeño Gigi, ¿es acaso que te atraen los chicos? —Lo ojos en pánico del muchacho le hizo reír. —Eso no sería ningún problema.

Negó varias veces sintiéndose un poco mejor.

—No papá, no me refería a eso —murmuró en medio de una sonrisa tímida. Suspiro fuerte, era momento de sacar todas sus dudas. —No me gusta nadie, no siento esa atracción hacia nadie. Muchos de mis compañeros hablan de chicas todo el tiempo, pero no me siento cómodo, tampoco con los chicos. Me es indiferente, al igual que el tema de... eso —susurró lo último sacandole una sonrisa a su padre.

—¿Hablas de sexo? —preguntó Dawn en un susurró siguiéndole el juego a su pequeño duendecillo. Yoongi enrojecido asintio. —Bueno, supongo que igual es normal. No todos somos iguales, así como existen chicos que les gustan los de su mismo sexo existen chicos que le es indiferente el tema. Hablando más abiertamente, ¿es el sexo lo que te perturba? Me refiero a que te estresa no sentir las hormonas adolescentes como tus amigos.

Yoongi frunció las cejas mirando sus manos. ¿Era eso? No lo sabía, era difícil de explicar. Era como si esa parte de él estuviera dormida sin muchas ganas de despertar. Incluso su abuelo lo llevó con un especialista, por cierto paso mucha vergüenza durante los chequeos.

Pero, ¿qué era entonces? No sentía ganas de enrollarse con ninguna compañera de su clase, tampoco con ningún chico. Y dejando de lado lo sexual, tampoco se sentía cómodo pensando en él con una pareja amorosa. ¿Qué estaba mal con él?

Sus manos picaban por la ansiedad constante de no saber que decir cuando sus amigos preguntaron si le daría una afirmación a la propuesta de Mahiro. Al final terminó negándose a salir con ella siendo sincero, justo como su padre le había enseñado.

No podía simplemente aceptar algo que no quería, terminaría lastimandose a sí mismo y a su mejor amiga.

Fue entonces que decidió hablar con su padre, primero dándole todo la información de su amiga por si a su padre se le ocurria tener alguna crisis en la que había decidido por fin seguir los caprichos de su madre con convencerlo al "buscar futuras postulantes". Ni que fuera un concurso o algo parecido.

Grata fue su sorpresa con toda la conversación, pero ahora se encontraba inquieto. ¿Qué era lo que tenía?

Quería llorar, y eso lo notó su padre.

—Yoon, es normal no saber con certeza lo que ocurre. No te sientas presionado a buscar una respuesta, mejor sigue con tu vida fluyendo. —Una sonrisa con labios temblorosos fue lo que recibió Dawn. —Es mejor descubrir todo a su tiempo. Somos seres humanos, cambiamos de opinión cada cierto tiempo. ¿Recuerdas cuando Nam decía ser fanático del helado de menta? —Yoongi asintió. —¿Cuál es su sabor favorito ahora?

Yoongi rió.

—El de chocolate con trozos de bombóm. —Estaba más tranquilo, las ganas de vomitar se habían ido. —Pero papá, es sólo helado.

—Tal vez, pero sigue siendo cuestión de gustos.

[...]

Miró con una sonrisa la espalda desnuda de Kim Taehyung. Esta bajaba y subía conforme su respiración tranquila.

Ese recuerdo era algo que le dejaba una sensación tranquila cuando en esos años lo único que provocaba era ansiedad.

Con el paso del tiempo había cerrado la etapa de "nunca haber experimentado la época adolescente hormonal" para dejarla olvidada en alguna parte de su cerebro concentrándose en el imperio de su abuelo, el cual haría crecer más y más.

Pero ahora esa etapa lo estaba golpeando con impaciencia cada que veía a su novio rubio teñido con las raíces café claro asomándose en lo alto de su cabeza. Rió por aquello.

Tal vez debería investigar las diversas sexualidades, aunque al final de todo solo era una etiqueta más en este mundo lleno de ellas.

¡Oh no!  | TaeGi |Where stories live. Discover now