Capitulo 7- Parte 2

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-¿Porque no llevas a Valentina al London Eye? De pequeño te encantaba y la pobre estará deseando salir de esta calle, con lo grande que es Londres.

Por una parte deseaba volver a sentir a los turistas chocandose contra mi hombro en los pasos de cebra pero por otra, no me gustaba la idea de tener que montarme en esa gran noria giratoria, le tenia demasiado pánico.

-Por mi vale, si ella quiere - dijo dejando la decision en mis manos.

-Esta bien, vayamos - dije haciendome la valiente.

Cogimos los abrigos y salimos de casa. Rozaban las cuatro de la tarde y hacia muy bien dia. Alan y yo andabamos demasiado juntos, tanto, que a veces nuestras manos chocaban y nos reiamos de lo torpes que pareciamos. Pasamos por un verde parque donde las ardillas corrian de arbol en arbol escapando de los niños que iban tras ellas y donde las personas se tumbaban bajo los arboles a leer. Me gustaba ese sitio, volveria a visitarlo. El viaje se me hizo muy ameno hasta que mire el reloj y me di cuenta que llevabamos una hora andando.

-¿Queda mucho? No puedo mas.

-Queda poco.

-Eso decias hace media hora Alan.

De pronto se paro en seco, me cogio y me subio a su espalda.

-Asi iremos mas rapido, tanta niña floja nos retrasa el paso.

-¿Que haces loco? ¡sueltame! Todo el mundo nos esta mirando.

-Que le den al mundo.

Y asi, subida a la espalda de Alan llegamos al gran ojo de Londres.

-¿Lista?

-Lista

¿Lista? No estas lista Valen, no estas lista. El panico se apodero de mi pero no podia dejar que viese que le tenia miedo a una estupida noria. Esperamos un buen rato la cola mientras tomabamos un chocolate caliente, el frio ya estaba apareciendo.

-¿Cuantos sois? -dijo el encargado.

-Dos.

Entregamos las entradas y entramos en una gran cabina con grandes ventanales. Al momento el suelo de la cabina comenzo a moverse y poco a poco nos fuimos elevando. Desde lo alto se veia todo Londres, y junto al atardecer, formaba un paisaje maravilloso. De pronto la noria se paro.

-¿Que? ¿Que le pasa ahora este trasto?

Alan comenzo a reirse y comence a ponerme de de los nervios.

-No se de que coño de ries ¿no ves que estamos aqui atrapados?

-Valentina, esto siempre es asi.

-¿Asi como?

-Pues asi, se queda parada un buen rato para que disfrutemos del paisaje. No me digas que no es bonito.

Di un paso hacia delante y mire hacie el exterior de nuevo. No era bonito, era precioso. Alan se acerco a mi y rodeo mi cintura con sus manos. Un escalofrio recorrio todo mi cuerpo.

-Desearia que el tiempo se parase y poder contemplar esto siempre.

Paso seguido me giro y nuestras caras quedaron una frente a la otra. Podia notar su respiracion cerca de la mia y su olor a perfume. Nuestras bocas comenzaron a juntarse hasta chocar nariz con nariz y senti como el corazon me iba a mil. Introdujo una de sus manos por mi pelo y con la otra me acaricio la espalda. De nada sirvio, de pronto la noria se puso de nuevo en marcha y el romanticismo se rompio.

-Joder- susurre apartandome.

Tras bajar, nos compramos unos perritos calientes y nos dirigimos de nuevo a casa. No dejaba de pensar en lo que podia haber pasado en la noria ¿Alan iba a besarme? Si fuera asi, me dejaria encantada. Al llegar, Susan aun estaba reunida con sus amigas, quienes le dieron la bienvenida a Alan y no paraban de repetirle lo guapo que estaba. Subi a mi cuarto y me tire sobre la cama. El cansacio podia conmigo.

-¿Se puede?- dijo Alam dando unos toquecitos en la puerta.

Con un gesto le dije que entrara.

-¿Puedo?

-Claro.

Le hice un sitio en la cama y se tumbo junto a mi. De nuevo volvimos a quedarnos unos minutos en silencio mirando el techo.

-Me gusta estar contigo Valen, eres como un tornado en calma que en cualquier momento puede despertar.

-¿Me estas llamando bipolar?

-Si

-Idiota- dije mientras nos reiamos.

Introdujo su mano por debajo de mi cabeza y hizo que me apoyase en su pecho.

-Me gusta estar contigo Valentina, me gusta.

No me dejes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora