Capitulo 21- Parte 2

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Tras comer y darme una buena ducha, me cuelgo el bolso y salgo en dirección a casa de María. Hacia tanto tiempo que no andaba por estas calles que parece que hoy es la primera vez que las piso. No ha cambiado nada, todo sigue igual. Los niños juegan con globos de agua y las señoras están sentadas a la sombra de los arboles resguardándose de asador sol. Adoro vivir en un pueblo, todo es paz y tranquilidad. Cuando llego al bloque de pisos, llamo al telefonillo y la puerta se abre. Subo hasta el cuarto piso y una vez delante de la puerta, llamo al timbre. Al instante la puerta se abre y me encuentro con una María totalmente distinta.

-¿Que te has hecho en el pelo?- digo sin apartar la vista de este.

-¡Me lo he teñido de rojo! ¿te gusta?

-Si, te queda genial.

-¿Quieres entrar? -me ofrece.

-Me gustaría..

-Claro, entra.

Me deja pasar y cierra la puerta. Me invita a que pase al salón y nos sentamos en el sofá.

-¿Te apetece algo de beber?

-Un vaso de agua por favor, estoy seca.

El piso es pequeño pero esta bien equipado. La cocina se comunica con un gran salón y en un gran pasillo se encuentran las habitaciones y el cuarto de baño. Cuando me trae el vaso de agua se sienta justo al frente de mi y apaga el televisor.

-¿Castle?

-Castle.

Ambas nos echamos a reír . Recuerdo como desde hace años teníamos por costumbre ver Castle todas las tardes. Era nuestra serie preferida y aun lo sigue siendo.

-Valentina lo siento mucho, de verdad - dice de pronto - Me arrepiento tanto.. no hay ni una sola noche en la que no me sienta mal por lo que te hice.. no quiero perderte.

De pronto comienza a llorar y se me parte el alma. No estoy enfadada con ella, ha pasado tanto tiempo desde lo que ocurrió con Jim que no le guardo ningún rencor. Me acerco a ella y nos abrazamos durante varios minutos. Todo el mundo comete errores, lo importante es aprender de ellos y no volver a equivocarse.

-Tranquila mi niña, ya esta todo olvidado. Te perdono.

Una vez se ha tranquilizado, nos contamos nuestras cosas y todo lo que ha pasado en nuestras vidas. Su relación con Jim acabo a los pocos meses de irme a Londres. El se fue con otra y se invento que María le ponía los cuernos para que no hablasen mal de el, tíos... Yo también le cuento todo lo que ha pasado con Alan y me dice lo mismo que todos los demás, que si no vuelve es un completo estúpido. Me siento muy bien ahora que volvemos a ser amigas, sentía como algo me faltaba.

-Esta noche vamos a salir ¿te apuntas?

-No se Valentina, desde paso eso en el bar Andrea no me mira igual, me odia.

-No te odia María, ya sabes como es, una cabezota.

Tras insistirse mucho, consigo convencerla y acepta salir con nosotras. Por lo visto mi padre no es el único que ha rehecho su vida, su madre también tiene nuevo novio y estará todo el fin de semana fuera. Decidimos arreglarnos aquí, por lo que voy a casa a por la ropa y cuando vuelvo comenzamos a arreglarnos.

La tarde se pasa muy rápido y a las diez de la noche ya estamos arregladas. Dentro de un cuarto hora debemos estar en el bar por lo que nos damos los últimos retoques en el maquillaje, nos echamos perfume y salimos. María se ha decantado por un vestido azul marino y yo me he puesto un mono corto de color rojo pasión. Cuando llegamos, el bar esta abarrotado y nos cuesta llegar hasta el grupo. Al verlas, grito el nombre de Andrea y todas se giran a saludarme hasta que ven a María junto a mi. Comienzan a cuchichear a lo bajini y cojo la mano de María, que por su cara debe sentirse muy mal. Tras varios segundos de incomodidad, Andrea se nos acerca y se coloca justo enfrente de nosotras.

-Decidme que os habéis perdonado.

-Si, lo hemos hecho- digo con una sonrisa de oreja a oreja.

Al escucharlo, se abalanza sobre nosotras y nos abraza.

-No sabéis lo mucho que os he echado de menos.

-Y yo a vosotras, no era nada sin mis dos mejores amigas.

Tras esto, Eva y las demás se unen al motivo abrazo y vuelvo a emocionarme. Durante estos días mi animo estaba por los suelos, me sentía la chica mas sola y desafortunada del mundo. Todo esto hasta que las he visto y con tan solo un abrazo me han hecho feliz. Nada como tus mejores amigas para sacarte una sonrisa. La música comienza a sonar y aunque no me guste ponerme muy borracha, me bebo el primer chupito de la noche. Ver a tantos hombres beber me recuerda a Alan, ¿que estará haciendo en estos instantes? Emborracharse seguramente. Intento sacarlo de mi cabeza y me voy al centro de la pista a bailar junto a María y las demás.

-Y esta ronda va por Valentina, que ha vuelto de Londres después de un año.

Todos levantan la copa y se beben su chupito. Me giro hacia la barra donde el tío de Eva acaba de hablar a través del micrófono y le sonrió. Me siento importante y no se si es por el alcohol, pero tengo ganas de gritar. De vez en cuando esta bien perder la cabeza, hacer una locura. Mientras espero en la barra el quinto chupito, veo a lo lejos a alguien que me resulta muy familiar.

-Deja, yo me sirvo.

Cojo la botella de licor que el camarero me ha dado y sin pensarlo dos veces, me adentro entre toda la gente buscándolo. Tras buscar por todo el local y no tener ni rastro de el, vuelvo a apoyarme el la barra y cuando miro hacia mi derecha lo veo. Te vas a enterar. Le doy dos toques en el hombre y cuando se gira, lo hago. Levanto la botella y comienzo a derramar todo el pegajoso licor sobre su cabeza. No sabe que decir, todo el mundo se nos ha quedado mirando y me rio, me rio mucho.

-Señores y señoras, os presento a Jim, el hombre que se cree que vale tanto como para tener a dos mujeres e su vida.

No me dejes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora