Capitulo 14

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Me levanto con cuidado de la cama para no despertar a Alan y me pongo lo primero que veo, su sudadera. Huele a el, y me encanta. Bajo a hacerle el desayuno y mientras lo hago no dejo de pensar en lo que paso anoche. El también se esta enamorando de mi y quería dejarme marchar para no hacerme daño. No lo dejare, nunca. No me lo perdonaría. Lo ayudare con esto como hasta ahora y todo saldrá bien, seremos felices. Saco del frigorífico un par de huevos y los echo a la salten. Entonces vuelvo a pensar en la noche anterior ¡joder lo habíamos hecho! ¿eso hace formal nuestra relación? No lo se, solo se que estoy loca de contenta y que reboso de felicidad. Al cuarto de hora tengo el desayuno en la mesa y subo corriendo las escaleras hasta el dormitorio.

-¡Vamos dormilón! Te he hecho el desayuno.

Abre sus ojos despacio y bosteza como un bebe. Me mira con una pequeña sonrisa y me derrito ¿como se puede ser tan guapo? Me coge entre sus brazos y me besa.

-¿No podemos seguir durmiendo?

-No, el desayuno se enfriara.

-¿Te has levantado antes para hacerme el desayuno?

Asiento.

-Por cosas como esta te quiero.

Me da otro beso en los labios y baja corriendo las escaleras. Adoro verlo feliz, y mas si es gracias a mi. Bajo detrás de el y lo veo sentado en la mesa.

-Huele de maravilla Valentina, muchísimas gracias.

-Que aproveche.

Me siento y comenzamos a desayunar. Hablamos de todo tipo de temas hasta que llegamos al tema tabú: el sexo.

-¿Que tal anoche?

-¿Que? Ahh si.. anoche. Estuvo bien.

-Vamos Valentina ¿no te gusto?

-Ahh.. si, si. Me gusto mucho.

-Te estas sonrojando Valentina.

Se levanto y se coloca detrás de mi.

-Ven, vamos a darnos una ducha.

Cogidos de la mano nos dirigimos al baño y cuando estamos allí, se quita los pantalones del pijama y luego me quita la sudadera. Ambos quedamos totalmente desnudos y de pronto comienzo a temblar, aquí comenzó todo. Enciende la ducha y con cuidado nos metemos en ella. El agua caliente me roza la piel y un escalofrió recorre todo mi cuerpo. Alan se da cuenta y me besa, muerde mi labio inferior y estira de el.

-Te deseo, aquí y ahora- dice con un susurro.

Llevo mis manos a su pelo y lo acaricio. Yo también lo deseo, y mucho. Unimos nuestros labios y nuestras lenguas comienzan a juguetear. Lo necesito, lo necesito dentro de mi ¿como puede causar este efecto en mi? De pronto coge mi mano y la lleva hasta su miembro, el cual acaricio. Suelta un pequeño gemido y comienza a acariciar mi sexo, el cual no aguanta mas ese juego.

-Rodea mi cadera con tus piernas.

Me agarro a su cuello y de un pequeño salto, me subo encima de el.

-No tengo aquí un preservativo, así que esto sera rápido.

Asiento y me penetra. Comienzo a moverme lo mejor que puedo y de un momento a otro lo saca para terminar corriéndose. Se acerca y me besa en la frente.

-Te quiero Valentina, nunca he estado tan seguro de algo- dice con un brillo en los ojos que hace que vuelva a derretirme por dentro- Ven, quiero enjabonarte.

Tras la ducha, estamos sentados en el salón. Susan ha llamado, su hermana se ha recuperado y volverá la semana que viene. La echo de menos, y mucho. Se me viene a la cabeza la imagen de papa, mi carrera, mis amigas, mi vida. Si me quedase con Alan aquí ¿que seria de todo lo anterior? Ese pensamiento hace que me estremezca, tendría que comenzar desde cero. Anne era mi amiga si, pero nada como las amigas de la infancia. Susan seria como mi madre, pero nada como un padre que te conoce bien. Dios ¿estoy preparada para este cambio? ¿Echar todo por la borda por amor? Alan me devuelve a la realidad.

-Valentina, ¿en que piensas?

-Nada, no te preocupes Alan. Solo son tonterías.

No se lo cree, pero intento pasar del tema. Ya solucionaría todo ese corto circuito yo sola.

-Queria hacerte una pregunta.

-Claro, dime.

-Veras.. el otro día en la discoteca, un amigo de hace años me invito a una fiesta en su piso y quería que me acompañases.

-¿Ese amigo también siente cierta atracción por la bebida?

-Si.

-Pues entonces mi respuesta es no.

-Joder Valentina, por favor.

-¿Tu quieres ir?

-Si.

-Pues ve.

-¿Y tu? ¿No vendrías?

-No, creo que ya eres lo suficientemente “maduro” como para controlarte tu solito ¿no?


-Pero a mi me gustaría que vinieses conmigo, me gustaría presentarte a mis amigos..

-¿Cuando es?

-Esta noche.

-Pues pásalo bien.

Me levanto sin mirarle a la cara y subo a mi habitación ¿como puede tener la poca vergüenza de querer ir a una fiesta después de todo? Tal vez tendría que pensarme eso de quedarme aquí a vivir con Alan toda una vida. Tal vez nunca cambie, tal vez sea así siempre. Me tumbo en la cama y miro al techo durante un rato, ¿tal vez después de ver mi reacción no se atreva a ir no? ¿o si? Joder, que difícil es esto. La preocupación de toda chica es que su novio se lía con otra, no que acabe borracho con un coma etílico tirado en la calle. Me doy la vuelta y me pongo la almohada encima de la cabeza intentando acabar con todo ese mal rollo que tengo en mi mente. Tragame tierra.

No me dejes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora