Capitulo 20

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El regreso a Múnich transcurrió entre risas y conversaciones un poco subidas de tono. Lali se mostraba animada, se sentía a gusto con el giro que había tomado la relación. Peter y ella se compenetraban en niveles que ella nunca imagino que existieran.

Llegaron a la casa y fueron directo a saludar a Majo y Frederick, quienes se encontraban cenando en la terraza. Al ver a los recién llegados, se mostraron contentos y los recibieron con los brazos abiertos y les pidieron que se unieran a la mesa.

Al ver la felicidad que reflejaba el rostro de su hija, supo Majo que había hecho lo correcto al proponerle a Peter que la llevara de paseo. Lali pocas veces se tomaba un tiempo libre para relajarse, por ello vio la oportunidad cuando Peter le comento que no habían tenido mucho tiempo a solas, pues siempre se veían en el trabajo y fuera de este estaban en compañía de su hijo.

Después de cenar, Majo le pidió a Lali que la acompañase a su habitación, quería estar a solas con su hija para poder preguntarle todo lo referente al viaje que había realizado horas antes.

- Cuéntame ¿Cómo les fue?

- Bien. – Se encogió de hombros, fingiendo indiferencia. Sabía a donde quería llegar su madre. – el sitio era encantador.

- ¿Qué me dices de la compañía?

- ¡Mamá!. – puso los ojos en blanco.

- ¿Qué? ¿Acaso no puedo preguntarte nada?

- Claro que sí. – a pesar de tener una buena relación con su madre, no se sentía muy cómoda teniendo este tipo de conversaciones. – digamos que la compañía ha hecho que todo sea mágico. – esbozó una sonrisa.

- Que feliz estoy por ti.

- Yo también lo estoy. Creo que nunca en mi vida me he sentido así. No tengo palabras mami, solo sé que estoy feliz y que no puedo dejar de sonreír.

- Así es el amor mi niña. – le acaricio la mejilla. – es único e indescriptible. Así que disfrútalo. Peter es un hombre maravilloso, me alegra que le hayas dado una segunda oportunidad.

Lali ensancho su sonrisa, ella también pensaba lo mismo y haría todo lo posible por alimentar ese amor todos los días.

- Escuche mi nombre. – intervino Peter, que acababa de ingresar a la habitación con su teléfono celular en la mano y cubriendo el auricular. – disculpen la interrupción, pero Bruno insiste en darte las buenas noches.

Se acercó a Lali y le entrego el celular. Ella lo tomo y camino hacia la ventana para poder conversar con el niño.

-Entonces suegrita. – dirigió su mirada a Majo. – ¿Puedo saber porque era nombrado en su conversación? – le dedico una sonrisa pícara.

- Intentaba sacarle información sobre el viaje a mi hija, pero ya la conoces. Y le decía que estaba muy feliz de que te diera otra oportunidad, lo mereces.

- El más feliz soy yo. – giro a donde se encontraba Lali, y al ver que continuaba sumergida en su conversación con Bruno, agregó. – Créeme que a pesar de haber amado, no se compara ni un poquito con lo que tu hija me hace sentir.

Al escuchar esas palabras a Majo se le empañaron los ojos, no se había equivocado. Desde que vio a Peter por primera vez y vio la manera en que este miraba a su hija, supo que lo de ellos era un amor de esos que traspasaba barreras. De igual manera se sentía identificada con él, ambos sabían lo que era perder a la persona amada y sentir que es imposible el volver a querer. Pero la vida da muchas vueltas y nos demuestra que siempre se puede volver a amar.

Lali que ya había colgado la llamada, al ver los ojos empañados de su madre se preocupó.

- ¿Te pasa algo mama?

El Viudo Joven (Laliter)Where stories live. Discover now