𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔

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– Yeonjun, Choi Yeonjun, mi rey – dijo haciendo una reverencia.

– Más vale que te esfuerces muchacho. Hay peso en tu trabajo.

– Sí, señor – Yeonjun tragó duro y siguió a los reyes por detrás.

Bambam cabalgaba con el caballo a trote con los lobos siguiéndolo por ambos lados, miraba a sus alrededores y se mantenía atento a cualquier cosa. El único sonido que estaba era el de las pisadas del caballo y de los lobos, y de una lechuza que se encontraba en algún árbol.

– ¿Detectan algo? – preguntó el beta.


"No señor", respondió el lobo café "No hemos olido nada"


– Bien – respondió – Me parece que tendremos que ir más lejos.


Dicho esto, golpeó leve en las costillas del caballo para indicarle que avanzara un poco más rápido. Siguieron así, hasta que llegaron al lugar habitual donde Seokjin hacía guardia por un largo rato, donde tenía una visibilidad más amplia; pero, Bambam no era un lobo y no veía como uno. Aun así, decidió quedarse en ese lugar junto con los lobos.

Escuchó un aullido, segundos después otros más, hasta que los lobos que se encontraban sentado a sus lados también aullaron.

– ¿Y bien? – preguntó al ver que los lobos terminaban de aullar.


"Cada cierto tiempo aullamos para dar nuestra ubicación" dijo el lobo café.


"Pero no es la exacta" ahora habló el lobo gris, el cual no había dicho una palabra en toda la noche "Por aquí debe haber desertores rondando. Bien podrían tender una trampa y emboscarnos"


– Entiendo – respondió empezando a tiritar. El lobo café se le pegó más para poder brindarle calor y siguió vigilando – Tal vez debería seguir en movimiento, quedarme quieto hace que me congele.


"Si sigues cabalgando más, seguirá entrando aire frío en tus pulmones" dijo el lobo gris.


La noche siguió transcurriendo mientras los lobos seguían patrullando, algunos pasaban donde Bambam y los otros seguían en la misma posición. El beta empezaba a quedarse dormido, pero golpeaba un poco su rostro para poder despertarse.

Un aullido distinto a los que el beta escuchó casi todo el tiempo sonó en medio de la penumbra; era más grueso y sonaba tosco. Ambos lobos se levantaron y Bambam quedó solo en el suelo, se levantó y apretó más su capa a su cuerpo porque empezaba a perder calor rápidamente.

– ¿Qué es lo que está pasando? – preguntó Bambam.


"Un joven cayó al río" respondió el lobo café, "Los lobos jóvenes suelen ser testarudos y no quieren obedecer órdenes, terminan haciendo lo que quieran y estas cosas pasan"


– ¿Está bien?


"Si. Lo están ayudando ahora mismo" volvió a responder y se sentó con su costado pegado a la espalda del beta.


La noche siguió transcurriendo con normalidad, Bambam empezaba a quedarse perdido entre el calor que los lobos emanaban, su sueño se estaba apoderando de él, hasta que se quedó completamente dormido.

𝐋𝐄𝐀𝐕𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀 ᵏᵒᵒᵏᵛWhere stories live. Discover now