XLI

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La habitación de Joaquín estaba al final del pasillo del segundo piso. Su madre le había dado la habitación más grande cuando era más pequeño, pero desde que se había mudado al departamento de Nicandro y Eddie, esa habitación pasó a ser de Renata. Ahora, su habitación era la más pequeña que había en la casa, puesto que no era muy común que él estuviese en casa. Solo solía ir algunos fines de semana o pasar los días festivos ahí, pues en las vacaciones él y su familia se iban de vacaciones fuera de la ciudad o del país. 

-Es pequeña, porque nunca estoy aquí- anunció cuando abrió la puerta. Ambos se adentraron a la habitación y Emilio se dedicó a observar el sitio.

-¿Esto es pequeño para ti?- preguntó mirándolo. 

-Sí, ¿por?

-Es tan solo un poco más pequeña que mi habitación. 

-Bueno, es que la que tenía antes es el doble de esta- río- pero ahora esa es de Ren- hizo un pequeño puchero con los labios.

-Eres tan lindo- le acarició con su dedo pulgar los labios y su mirada se quedó centrada en ellos.

-¿Q-qué pasa?

-Quiero besarte, pero me da miedo.

-¿Miedo?- asintió.

-De no poder detenerme,- lo miró a los ojos y Joaquín tragó saliva- pero tengo que ser un hombre bueno, así que mejor hay que dormir ya.

El castaño asintió separándose lento de él, se dirigió al armario y sacó algunas prendas. Le entregó un par a Emilio y él se quedó con otras. Sin decir nada fue hasta el baño para cambiarse, dejando al rizado solo para que hiciera lo mismo. Mientras ambos retiraban sus prendas, recordaron la noche del viernes. Esa noche en que se dejaron llevar por el amor que sentían y se entregaron el uno al otro por completo. Sin saberlo, sonrieron al mismo tiempo mientras con sus dedos palpaban sus labios, recordando la sensación de los labios del otro. Un largo suspiro, una sonrisa y un pequeño temblor en su pecho se hizo presente en ambos. 

Para cuando Joaquín salió del cuarto de baño, Emilio ya estaba en la cama con las cobijas cubriendo su cuerpo. Tenía los ojos cerrados y una sonrisa en su rostro. Joaquín no pudo evitar pensar en lo hermoso que su novio era, y en que era solo suyo. Caminó hasta el lado libre de la cama y se recostó también. Entonces Emilio se giró en su dirección y lo abrazó por la cintura, posicionando su cabeza en el pecho de Joaquín, quien no tardó en también rodear su cuerpo con sus brazos. 

-Buenas noches amor. 

-Buenas noches.

La luna se fue, dando paso al sol. La luz de sus rayos entraron por la ventana de la habitación y cayeron sobre los cuerpos sobre la cama. Un quejido se hizo presente cuando un sonido molesto comenzó a escucharse. Emilio fue quien despertó y miró su teléfono móvil, era hora de levantarse. 

Justo como el padre de Joaquín había dicho, él se encargó de llevar a su hijo hasta la universidad, mientras que Emilio se dirigió a su departamento a tomar una ducha y cambiarse de ropa para poder ir a la oficina. 

-¿Tuviste un buen fin de semana?- preguntó Airam cuando Emilio entró a la oficina- te ves radiante.

Sonrió- sí, creo que tuve el mejor fin de semana de mi vida. 

-¿Tu chico tiene algo que ver en todo esto?- asintió- me alegro por ti, por ambos.

-Gracias. ¿Hay alguna novedad al momento?

-Oh sí, el señor Briceño llegó hace unos minutos, pidió que apenas llegaras te dirigieras a su oficia.

Todo rastro de felicidad se borró de su rostro para ser ocupado ahora por el temor. 

-¿Dijo para qué?

-No, solo dijo que era urgente.

-Iré entonces, deséame suerte.

-Tranquilo Emilio, todo estará bien- le sonrió intentando tranquilizarlo.

El rizado caminó a paso lento hasta la oficina de su jefe, sentía un frío recorrerle la espalda y sus manos comenzaron a temblar. Estaba nervioso. 
La secretaria de Briceño lo hizo pasar apenas lo vio, al parecer su presencia sí era requerida con demasiada urgencia.

-Emilio, pasa.

-Gracias señor, ¿necesita algo?

-Sí- abrió uno de los cajones de su escritorio y dejó una carpeta frente al rizado- necesito que firmes esto.

-¿Q-qué es?

-Tu renuncia.

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¡Gracias por acompañarme hoy en estos dos capítulos!

Les deseo que su fin de semana sea totalmente bueno. También les quiero desear que ahora que entra septiembre, tengan un mes lleno de felicidad. Si ya iniciaron o inician clases próximamente, les deseo que su curso sea productivo y que les vaya increíble. 

También quiero decirles/ recordarles que cualquier cosa que necesiten (hablar con alguien, desahogarse, un consejo, lo que sea) pueden mandarme un mensajito y estaré para leerlos y responderles. Cuentan conmigo. 

En fin... ¡Nos leemos el próximo sábado!

Les mando un chorro de besos y mucho, mucho amor💜









Pd: Sí, dice renuncia bebés no me equivoqué de palabra.

Danzón|Emiliaco|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora