Capítulo 18

38 4 0
                                    

--Habla Shiki--
Me pareció muy gracioso ver a Shiro de esa forma, asustada e impotente  ante esta situación, la hora en la que debía recoger a Rena para la supuesta fiesta en el centro nocturno se acercaba y yo simplemente no podía dejar de sonreír.
-¿Por qué lo harás? - Escuche un leve susurro por parte de Shiro la cual estaba en la parte más alejada del salón.
- ¿ No es obvio? - me encontraba sentado en mi sillón con un libro de mi infancia el cual se titulaba " torturas para humanos"- primero por qué me apetece mucho y segundo por que es tu castigo por mentirme. - Dije cerrando el libro y acto seguido levantarme del sillón. - Y ahora me tengo que marchar... Rena me espera. - Cambie mis ojos a un negro tan oscuro como la noche y puse la sonrisa de niño bueno que mejor me salía.
-Por favor... No te vayas...- Sonreí ante aquellas palabras y me acerque a la puerta que daba al recibidor donde unos pasos más adelante se hallaba la puerta que daba a la calle, bueno mejor dicho al bosque. - Por favor... - Suplico de nuevo.
-Tranquila, volveré pronto con tu amiga. - Y tras esas palabras la deje allí llorando sin remedio e intentando salir pero la puerta tenía seguro así que simplemente lo puse nada más cerrar la susodicha.
Camine por el bosque con calma, respirando con tranquilidad pues debía relajarme si quería jugar un rato antes de llegar a casa. El camino era muy sencillo hasta el centro diurno y allí se encontraba Rena tan sonriente como si de una niña se tratará, llevaba un vestido oscuro por arriba y que se iba degradando hasta la falda quedando azul cielo, también se podían apreciar leves decoraciones blancas que personalmente pintaría de rojo. Solo de imaginarla llorando y con el vestido totalmente manchado de rojo me hacía enloquecer y más al recordar que Shiro participaría involuntariamente.
-Buenas noches, Shiki. - Sin darme cuenta había llegado hasta ella, por suerte me había hablado sino hubiera perdido el control...
-Buenas noches, Rena. Bonito vestido. - La hice enrojecer y simplemente sonrió susurrando un leve "Gracias"
-Tu también vas muy bien. - Al menos intentaba quedar bien ya que simplemente llevaba unos pantalones negros y una camisa roja junto a unos zapatos negro y decoraciones de color plateado.
-Gracias. - Dije con una sonrisa de niño bueno, no se como en ese momento me podían salir pues solo pensaba en cómo jugaría con ella. - Rena... Me vas a llamar despistado pero olvide las invitaciones en casa, podria haber vuelto pero entonces te haría esperar... Y me sabia bastante mal. - Y de nuevo se ruborizo pero esta vez apretó un poco su mano. - ¿Te importa esperar aquí hasta que yo vuelva? - Por supuesto no la iba a dejar sola.
-No... Quiero decir... No me gusta estar sola y menos por la noche... ¿Te puedo acompañar? - Ahora empezaría mi juego, sonreí y asentí indicándole que comenzaríamos a caminar. En mi cabeza solo tenía cientos de situaciones para esa humana la cual son saberlo se había convertido en mi juguete. - Seguro que piensas que soy una gallina... - Decía mientras apresuraba el paso pues al parecer si que temía a la oscuridad.
- Que va para nada, todos tenemos nuestros miedos... - en ese momento no pensaba en nada solo le decía lo que quería escuchar. - Pero tranquila llega un momento que se superan o se olvidan. - Dije apartando una rama del camino.
-Oye... Shiki una pregunta... ¿Dónde vives exactamente? - No respondí pues sabía que ya estábamos cerca.
Tras varios minutos de silencio nos hallábamos en las grandes puertas que daban la entrada a mi casa. - Pues vivo aquí. - Dije con una sonrisa e invitándole a pasar, ella sin dudar camino delante de mí observando cada detalle en el jardín y las ventanas, caminaba son decir una sola palabra hasta que vio la luz del salón y una sombra que pronto identificará. Continuo sin decir nada y comenzó a correr hacia la ventana en la que vio a su amiga llorando.
-¡SHIRO! - Camine con Calama hacia esa posición y sonreía al ver cómo la nombrada le hacía señas indicándole que huyera. - ¿Qué demonios haces aquí, Shiro? - Gritaba una y otra vez sin descanso, mientras golpeaba el cristal.
-Oh, vamos... - Mi voz la notaba más fría, algo más sádica de lo normal. - No golpeen los cristales. - mis ojos seguían oscuros aunque luchaban por cambiar a rojos. Sujete las dos manos de Rena y apoye mi barbilla en su hombro derecho, mis colmillos ya estaban expuestos aunque solo Shiro era capaz de verlos. - vamos Rena. - Le ordene y como si fuera una muñeca así lo hizo iba justo tras de mí, abrí la puerta y paso sin mediar palabra.- Entra en el comedor. - Ella seguía sin ver mi rostro así que simplemente no entendía que pasaba.
-¡Rena! - Grito una Shiro asustada mientras corría hacia la nombrada la cual parecía una estatua. - Por favor... Liberala... Por favor... - Me divirtió que suplicara por algo que iba a hacer.
- Vale, Rena liberada. - Rena pestañeo varias veces y volvió en sí.
- ¿ Que ha sucedido? - Pregunto mientras ponía una mano en su cabeza.
- Rena debes marcharte, corre por favor... - Sonreí de nuevo mientras muy despacio cerraba la puerta dando un leve toque para que la cerrarán. - la has liberado... - Sonreí de nuevo pero esta vez de forma sádica mientras relamía mi labio superior.
- Si es cierto... Pero de mi poder, nada más ya que no especificaste. - Dije caminando hacia mi sillón para sentarme dejando a esas dos humanas medio llorando.
-¿Que esta pasando aquí? - Sonreí y mire a Shiro, para ver su reacción.
- Igual se lo quieres contar tu, Shiro. - Dije con malicia y burla a la vez. - Oh se lo puedo decir yo, personalmente me da igual. - Dije cruzando mis piernas y apoyando mi barbilla en mi puño.
Shiro no decía nada solo abrazaba a su amiga y eso me desespero... - Bueno te lo contaré yo Rena... Resulta que vas a morir siendo mi juguete. - Dije ahora si cambiando de aspecto; mis ojos eran rojos, mi cabello negro como la noche y mis colmillos ahora totalmente expuestos clamando por sangre. - Pero tranquila... Tu amiga Shiro te acompañará hasta el final. - Las dos humanas empezaron a temblar mientras lloraban como niñas pequeñas.
-Shiro. - Al nombrarla su cuerpo se tenso en ese mismo segundo. - Rena, me van a seguir las dos. - Les ordene y así lo hicieron caminaban tras de mí como si de dos sombras se tratarán.
Abrí la trampilla que daba al sótano y muy despacio baje y aunque me moría de ganas por ver sus caras al ver lo que tenía preparado me tuve que aguantar las ganas. - Bienvenidas a mi sala de juegos. - Dije lleno de orgullo y lo admito algo de locura.
- Deja que nos vayam. - No deje terminar hablar a Rena.
Cállate, solo se te permite gritar. - Su boca se cerró herméticamente y no dejó salir ningún sonido a partir de ese momento. - Y ahora ven, Shiro tu quédate ahí quieta. - Encadene a Rena a una especie de rueda doble siendo donde estaba ella móvil y la de atrás fija en la cual se encontraban varios sobres cerrados y entre sobre y sobre unas barras de metal que hacían frenar a la rueda móvil.- Esto será divertido, por lo menos para uno de los tres... - Dije cerrando los grilletes de las piernas.- Y ahora... Comencemos. - Dije levantándome y mirando fijamente los ojos de Rena que estaba húmedos de tanto llorar. - Bueno Shiro... Te voy a contar cual es tu cometido en mi juego. Vas a hacer girar a Rena y si te portas bien solo será eso. - Dije sentándome en la mesa esperando una respuesta, Shiro solo miraba a su amiga y a los sobres.
-¿Que quieres decir con " portarme bien"? - Pregunto sin perder de vista a su amiga.
- No me hagas usar mi don contigo, es decir obedéceme. - Dije frío pero sonriente como el Demonio que era.
- ¿Qué hay en los sobres? - Sonreí ante aquella pregunta pues no me la esperaba.
- Vamos a averiguarlo, hazla girar Shiro. - y muy despacio casi a cámara lenta se acerco y la hizo girar un par de veces. - Trae el sobre que coincide con la cabeza de Rena. - y así lo volvió a hacer. - Bien... Voy a leer. - Dije recibiendo el sobre y abriéndolo. - Dice así " Quitar un sentido" - Dije arrugado la hoja y tirándola por algún lado.- ¿Cuál debería quitar...? - Dije de forma divertida haciendo temblar a Rena. - el oído, así no podrás escuchar lo que pasará después... - Dije con una vara fina y larga de metal, movía si cabeza de un lado a otro pero no podía huir de mi. - Quieta. - Y acto seguir se convirtió en una estatua. - No queremos que me pase en la perforación y acabe matándote, por lo menos aún no. - y fue en ese mismo instante que comencé a perforar haciendo que Rena soltara un grito tan desgarrador que perforo mis oídos y eso que solo estaba empezando. - Y ahora el siguiente oído, pero antes... No te resistas, solo puedes gritar y suplicar. Pero nunca moverte de tu posición actual. - Y tras esa orden le perfore el otro oído y me giré con la vara manchada de sangre cosa que lamí. - Vuelve a girar a tu amiga Shiro. - Ella me miraba con terror, no se atrevía a pronunciar palabra alguna pero tampoco se atrevía a moverse. "Eres horrible." Era lo único que pensaba una y otra vez... - Y voy a serlo aún más, así que hazla girar ahora, ¿O acaso quieres que use mi don? - Dije mirándola directamente a los ojos. Aún más despacio que antes se acerco a su amiga y la hizo girar. Y cuando esta paro cogió el sobre y me lo trajo. - No es tan complicado tenerme contento. ¿Verdad? - Dije abriendo el sobre y leyendo de nuevo en voz alta. - " Ojos fuera pero no extirpados." - Sonreí y deje el papel sobre la mesa. - Lástima que ya no veré esa mirada llena de dolor y miedo... - Dije con dos cucharas en la mano y dejándolas sobre los ojos de Rena para que intuyera lo que pasaría.- Antes no te he dicho que miraras, se me olvidó pero esta vez... Mira pequeña Shiro. - Oí como su corazón se aceleraba y de reojo vi como levantaba su cabeza para mirar a mi espalda. Los ojos de Rena seguían cerrados pero no por mucho tiempo... Golpee su estómago no con demasiada fuerza y en el mismo segundo que abrió los ojos clave las cucharas y los arrastre hacia fuera, colgaban hasta la nariz y sangraba como dos pequeñas fuentes... Tire las cucharas al suelo y me gire para ver a Shiro la cual lloraba desconsoladamente pero yo quería seguir jugando. - Hazla girar. - Shiro no se movía solo lloraba espere varios segundos pero nada cambiaba. - Te lo diré de nuevo... Haz que gire, humana. - Fue en ese momento que mi mente se nublo y perdí el control...

juegos Sádicos {FINALIZADO} 😁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora