Capítulo 9

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Una vez se marcho Shiki de la casa Hitomi no lo pudo aguantar más y comenzó a sollozar como si fuera una niña pequeña, era cierto que lo había traicionado en el pasado pues le dijeron que al hacerlo ya no volvería a verlo... Y ahora temía por su hija, tenía que sacarla de esa escuela nocturna y pasarla a donde se encontraba antes sin que Shiki se enterara cosa que era bastante complicado. - Hay que sacarla de esa escuela... Sólo así estará a salvo. - Dijo ahora más tranquila pero aún con lágrimas en los ojos.
- Tu lo conoces, si crees que es la única solución... Eso haremos. - El padre no sabía nada de ese vampiro solo le habían dicho que era peligroso y que debían matarlo sin dudar.
-No, yo no lo conozco. - El hombre la miró sorprendido no parecía entender. - Lo conocí, pues seguramente ha cambiado y a peor me temo. - El hombre asintió y abrazo a la que era su mujer para calmarla.
La noche paso pero no tranquila precisamente para esa casa: Shiro se encontraba en vela mirando por la ventana temía que Shiki volviera a aparecer mucho más enfadado por no dejarle pasar. Hitomi no podía parar de temblar y pensaba cuidadosamente como decirle a Shiro que debía de dejar la escuela nocturna, la cual era su sueño. Y el padre de esta solo vigilaba las puertas y ventanas para asegurarse de que no hubiera nada afuera. Ya estaba empezando a amanecer así que los tres integrantes de esa casa respiraron tranquilos mientras se relajaban sus músculos que habían estado alerta toda la noche.
- Shiro... ¿Puedes bajar, por favor? - Shiro escucho la voz de su madre que la llamaba, dejó de mirar la ventana y se dispuso a ir al encuentro con su madre que estaba sentada en el sofá.
-¿Que sucede? - Pregunto ahora ya más seria..
La madre guardo silencio y le señaló un lado del sofá para que tomará asiento. - Se que ir a la escuela nocturna era tu sueño, y te esforzarte mucho para entrar... Pero de haber sabido que él estaría ahí nunca te hubiera dejado hacer las pruebas.- Decía la madre mientras miraba a su hija que no decía nada.
Pasaron unos segundos hasta que Shiro cayó en lo que su madre quería decir. - ¿Quieres que deje mi sueño? - Shiro no podía creer lo que estaba oyendo, no quería creerlo se había esforzado tanto... Y ahora sus padres le quería arrebatar su sueño.
-El es muy peligroso, créeme lo conocí y estoy segura de que ya habrá hecho alguna de las suyas. - Shiro recordó a Layla, el estado en el que se encontraba y se le revolvió el estómago. Tuvo que aguantarse a su madre para no caerse. - Shiro, se que es peligroso y más ahora que le hemos retado, no pienso perderte a ti también... -Se escucho la puerta cerrarse era el padre de Shiro tenía los ojos en blanco, como si mirara al horizonte.-Shiro, ve a tu habitación. - Está no podía moverse, no podía apartar la vista del cuchillo manchado de sangre que su padre tenía en sus manos. - ¡Shiro vete! - Shiro seguía sin reaccionar hasta que su padre intentó clavarle el cuchillo, estaba siendo controlado y al único que conocía capaz de hacer algo así era Shiki, pero no lo veía por ningún lado... ¿Qué estaba pasando?- ¡Cuidado! - Shiro no vio como su padre se puso a un lado con lo cual no le dio tiempo a esquivar el cuchillo que le fue clavado en el hombro.
Shiro grito mientras lloraba al mismo tiempo que el cuchillo era sacado de forma lenta, pensó de nuevo que sería Shiki pero recordó las palabras que le había dicho "Tranquila nunca te haré daño, como mucho te haré llorar" ahora estaba más segura, no era Shiki quien controlaba a su padre. - ¿Quién demonios... Eres? - Shiro cogió aire debía calmarse, su herida dolía horrores pero debía salvar a sus padres.
-Esa no es forma de hablar a tu papá. - Decía mientras levantaba de nuevo el cuchillo pero esta vez a la altura de sus ojos, estaban vacíos no había vida ni sentimientos, parecía estar muerto... - Soy Shiki y este es tu castigo por desobedecer... Pequeña humana. - Ahora si que estaba segura, no era Shiki, pero no sabía si alegrarse o preocuparse pues había alguien más igual de poderoso.
-No es verdad... Tu no eres Shiki, solo eres un farsante. - Shiro no sabía por qué pero no tenía miedo a ese ser.
-Lo admito, tienes agallas para hablarme así. - Poco a poco el cuerpo de su padre se dejaba caer de rodillas. - ¿Quieres saber quién soy? - Shiro no contestaba solo miraba a su padre como sangraba, sus heridas se estaban abriendo de nuevo y su madre no parecía reaccionar. - Pues entonces sal y charlemos un poco, prometo no hacerte más dañ...- Ese ser no termino de hablar pero el cuerpo del padre de Shiro cayó sin volver a moverse, Hitomi corrió hacia el que era su marido pero de nada sirvió.
-Eso fue raro... No vayas Shiro.- Shiro abrazo a su madre y se encaminó hacia la puerta vio las marcas que había dejado Shiki respiro con profundidad y vio una silueta sentada en el suelo que poco a poco se levantaba mientras se estiraba.
-Eres valiente, pequeña humana o tal vez estúpida ¿Quién sabe? - Dijo ese ser mientras caminaba despacio, sus ojos eran tan rojos como la sangre que caía del brazo de Shiro, sus colmillos eran blancos como la nieve y su pelo era del color de la luna. - no me temes, eso es raro... Mi nombre es Azazel. ¿Por qué no me temes? - Parecía enfadado con esa pregunta. Pero Shiro no podía dejar de mirar esos ojos eran rojos y cuando se cabreo se volvieron amarillos.
-¿Por qué te has hecho pasar por Shiki? - Ese demonio sonrió mostrando sus dientes.
-Conoces a Shiki por ello no me temes, bueno que lo conozcas no significa nada. - Ese demonio daba mala espina por como hablaba.
-Azazel... - Esa voz llena de burla y locura a la vez, no podía pertenecer a otro ser. Ese demonio se puso alerta, temblaba un poco pero Shiro no sabía si de miedo o de emoción. - Azazel...Azazel ¿Qué estas haciendo tú aquí? - El nombrado no decía ni media palabra. - Mi paciencia hoy no es muy alta que digamos, contesta. - Ordenó pero seguía sin aparecer. - Bueno primero contéstame a una pregunta ¿Le has hecho tu esa herida a Shiro?-Cuando Azazel escucho que Shiki la llamaba por su nombre se puso pálido y sus ojos volvieron a ser rojos. - Me lo tomaré como un si. - Y tras esas palabras Shiki hizo acto de presencia pero delante de Shiro. - ¿Ves lo que pasa por no dejarme entrar?-Shiro asintió llorando. - Mira lo que has hecho Azazel, ha roto su promesa por tu culpa. Y además te has hecho pasar por mi, eso está mal y lo sabes. - Shiki se giro para no ver a Shiro llorar no si el no era el causante de esas lágrimas.
-Yo... Solo me mandaron... No quería... Hacerme pasar por ti... - Ese demonio tenía miedo de Shiki, no era para menos lo había hecho enfadar.
-Hablaremos después, ahora desaparece de mi vista. - Dos décimas de segundo después así lo hizo. - ¿Dónde están tus padres?-Shiro sollozo no entendía nada. - Se que ahora estás confundida, pero tienes que dejarme entrar. - Hitomi se acerco a la puerta, tenía muchas dudas pero finalmente agarró a su hija del brazo y tiro de ella hacia dentro sin mediar palabra...
-Bueno mientras se calman, voy a castigar a un demonio. - Dijo con enfado para volver a desaparecer.
--Habla Shiki--
Tras caminar cerca de 30 minutos llegue a mi casa, lugar donde estaba Azazel seguramente temblando por mi sola presencia, no me gustaba que hirieran a Shiro pero mucho menos me gustaba que se hicieran pasar por mi...-Azazel... ¿Dónde estás? - Poco a poco visualice unos ojos rojos llenos de miedo, que al contrario de los míos estaban llenos de ira, me había hecho enfadar y mucho además. - Baja al sótano. - Le ordene con mi poder el sin poder evitarlo y con un miedo aún mayor obedeció.
-Shiki, no por favor... -  hice oídos sordos y me prepare para ir a clase después jugaría con ese demonio. Me puse feliz pues ahora Shiro estaría mucho más confundida y empezaría ha hacer preguntas las cuales su madre no respondería, así que vendría a mi.
La noche llego y con ella las clases mire y mire buscando a Shiro pero no la encontraba por ningún lugar, eso era raro supuse que estaría en clase así que me dirigí hacia ese lugar pero tampoco estaba, eso me preocupo y también me enfado iba a salir pero el profesor de historia me detuvo el paso. - Shiki, me alegra verlo en clase despierto ahora tome su asiento. - No tuve más remedio que irme al asiento, me resigne y pensé que igual vendría más tarde. Pero no fue así Shiro nunca llegó a clase. Al terminar en la escuela me dirigí a su casa todo estaba apagado y no escuchaba nada así que decidí irme a casa, estaba enfadado hasta que me acorde del juguete que tenía en el sótano... Entonces sonreí como el demonio que soy

juegos Sádicos {FINALIZADO} 😁Where stories live. Discover now