16. Solo cansada.

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Desperté acurrucada en la cama de Denver, con las persianas abajo y un par de pastillas con un vaso de agua en la mesa de noche.

"Fui a clase pero le dije a Sara que no te sientes bien, nos vemos más tarde"

Sonreí a la nota adhesiva y me estiré, tenía algo de dolor de cabeza y mi cuerpo dolía pero llevaba mucho tiempo sin dormir tanto como ese día así que me levante y bajé a la cocina, había dejado algo  de ropa en mi habitación pero no me duché, simplemente bajé a comer algo y me encontré con Tomas en el camino que me pregunto si estaba bien.

-solo pillé un virus o algo así- respondí aunque seguramente me veía como si estuviera convaleciente porque así era como me sentía. 

Él me miró y asintió antes de seguir su camino, llegué a la cocina y me aplasté en la barra mientras Sara me preparaba un autentico desayuno para enfermos, no paraba de decir lo enferma, delgada y pálida que me veía y no lo podía negar porque era consciente de todo el peso que había puesto sobre mí.

Los abuelos me llamaron y se quedaron un momento viéndome.

-Raiza... ¿necesitas ayuda con algo?- preguntó el abuelo y por mi cabeza pasaron muchas cosas, había tenido un aborto hacía un mes, me estaba acosando un mafioso y me había enfermado literalmente de cansancio. 

No tuvieron que decirme nada más, simplemente me eché a llorar, me sentí deprimida y encerrada, como si estuviera cayendo en un agujero negro en el que nunca en mi vida había estado.

La abuela me abrazó y yo lloré aún más, me sentía como una mierda, realmente jamás en mi vida me había sentido de esa manera, como si estuviera hueca por dentro a pesar de que sabía que mi vida era bastante buena, no tenía nada que pudiera reprochar.

- ¿tienes algún problema, hija? -preguntó la abuela pero yo no fui capaz de hablar, solo lloré mientras ella me abrazaba.

- ¿necesitas ver a un médico?- preguntó el abuelo pero yo negué, si me sentía mal pero no era más que un virus o algo que había pillado por el sobre esfuerzo.

- Raiza, nos preocupas, estás muy delgada y te ves apagada, triste.

me quedé callada y dejé que me abrazaran, necesitaba un abrazo de esos familiares que suben el animo porque sentía que el mío estaba en el centro de la tierra.

- solo me siento cansada- respondí sin mirar a ninguno de los dos.

- ¿Denver te ha lastimado? ¿ pasa algo en la escuela?- preguntaron tratando de llegar a la causa pero creo que no alcanzaban a imaginarlo.

El doctor con el que mamá me había llevado dijo que en realidad podría tener depresión pero inicialmente no lo creí.

- tu madre nos contó- soltó el abuelo y yo lo miré- somos tu familia y tus padres están lejos así que nos contó lo que pasó.

La abuela lo miró como si quisiera asesinarlo y yo me sentí morir de vergüenza, de tristeza, de veinte mil sentimientos que se anudaron en mi pecho.

- abuelo yo...

- no te juzgamos, en serio, nuestra opinión sobre ti no ha cambiado, solo estamos preocupados de que estés bien y creo que necesitas un psicólogo- finalizó y yo sentí el nudo subir a mi garganta.

-estoy bien, solo estoy cansada- respondí como si ese fuera mi mantra.

- Raiza, es normal, en su tiempo tu madre necesitó terapia, esa fue la razón de que se quedara con nosotros por un tiempo- explicó la abuela- podemos llamar al psicólogo que la ayudó, nadie tiene que saberlo.

Negué y me levante.

-estoy bien, nada pasó, todo está bien y solo necesito dormir un poco- solté saliendo de la biblioteca y me fui a la playa, como no, a trotar, necesitaba distraerme y que mi mente dejara de ir una y otra vez a ese mafioso de mierda, la escuela de danza y el montón de sangre que salía de mi cuerpo ese día. 

Estaba mareada, mis músculos ardían y empezaba a llorar pero seguí corriendo bajo el sol de la mañana, en algún momento todo se puso negro y sentí cómo mi cuerpo se golpeaba en la arena.

POV DENVER.

Cuando llegué a casa había un jaleo que nunca había presenciado, los padres de Raiza estaban sentados en la sala hablando con los abuelos y en cuanto me vieron me llamaron, había un hombre desconocido para mí sentado en el sillón restante y yo tomé asiento en una silla.

- ¿pasa algo? ¿Cuando llegaron?- pregunté a los padres de la chica que se veían realmente cansados. 

- Denver, ¿has notado algo raro en Raiza últimamente?- preguntó su madre con calma, se veía tensa y preocupada pero hablaba como si nada.

-Ha estado algo desanimada aunque no quiera que los demás lo noten... creo que no está durmiendo bien- respondí- ¿pasó algo? ¿está bien? anoche llegó muy tarde y no se sentía bien así que se después de tomar algo para el malestar.

-esta mañana tuvimos una conversación y se fue a correr, un rato después un vecino vino diciéndonos que estaba tirada en la playa, se desmayo- explicó su abuela y yo sentí que algo me oprimía.

-¿ella está bien?- pregunté nuevamente.

- está en su habitación, tuvieron que ponerle algo de líquido y le tomaron unos exámenes- dijo su madre. 

Asentí con entendimiento y nos quedamos todos esperando hasta que llegó un mensaje al teléfono del desconocido que de inmediato lo revisó. 

- son los resultados de la señorita Raiza, tiene anemia y un virus- explicó- probablemente no sea nada grave pero necesitamos aumentar sus defensas y que descanse.

- ¿cree que necesite ver un psicólogo?- preguntó su padre, parece que llevaban un rato hablando cuando llegué.

-creería que es necesario, parece que ha pasado por mucho en poco tiempo y se esta sobre esforzando, creo que no sería bueno que se quede sola, hay que ver cómo está durmiendo y su estado de animo, así sabremos si es necesario que reciba medicación.

Entonces entendí el trasfondo de todo, de su actitud, ese intento de seguir como si nada, el cambio de pelo, de armario, el animo extraño. Había que esperar a que despertara y ver qué quería decir y que le psicólogo la evaluara. Subí a su habitación y la vi con el rostro algo colorado, seguro se había quemado por el sol pero tenía los labios pálidos y ojeras, estaba tranquilamente dormida con una bolsa de líquidos conectada a su brazo.

Me senté a su lado y me pregunté cómo se sentiría, qué pasaría por su cabeza, si me ponía a detallarlo definitivamente había cambiado, se veía más apagada, triste pero yo me había tragado la explicación de que era simplemente cansancio. Ella se removió como si estuviera teniendo una pesadilla y vi una par de lágrimas salir de sus ojos cerrados. 

- Raiza- traté de despertarla.

-Hace un rato se despertó llorando y gritando así que el médico le puso un calmante, no creo que pueda despertarse- dijo su madre entrando y sentándose junto a ella mientras le acariciaba el cabello.

-¿cómo puedo ayudar?- pregunté frustrado por verla en esa situación. 

- Ya lo haces, Denver, ella me contó que has estado yendo a hacerla comer y a veces te quedas cuando pasa una mala noche- respondió y yo asentí- ve a dormir, todos estamos cansados y ella no despertará hasta mañana, creo que el sedante que le pusieron es bastante fuerte.

-si no le molesta me quiero quedar con ella- respondí y ella asintió.

-por favor avísame si despierta o algo pasa- dijo, se veía realmente cansada y podía imaginarlo si habían viajado de emergencia.

Raiza #2Where stories live. Discover now