7. Desmejorado.

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Cuando volví a clases sentía que había perdido la forma, mamá me había alimentado como nunca antes alegando que había perdido mucha sangre y me veía bastante delgada, incluso llevo a papá a hacer la compra y llenaron las alacenas y el refrigerador por primera vez desde que me había mudado.

- Raiza- me llamo mi profesor, el que había visto charlando con mamá, había hecho una pequeña investigación sobre él y descubrí que en realidad tenía una gran carrera que lo precedía.

-¿Señor? Si es porque estoy fuera de forma en serio lo siento, tuve que darme de baja por un asunto médico y mamá me lleno de la comida y no pude entrenar ni ejercitar ni nada- me excusé- le prometo que lo haré mejor.

- he notado que has desmejorado desde hace un tiempo... ¿Está todo bien?- preguntó, se escuchaba sinceramente preocupado.

- bueno, empecé a estudiar Administración en Berkeley... Estoy en ambos lugares al tiempo& expliqué pensando que me iba a regalar, lo primero de lo que te hablan al ingresar es de la dedicación y rigurosidad necesarias para diferenciarte de cualquier persona capaz de bailar.

- ya veo... Quería proponerte algo pero no estoy seguro si podrías hacerlo con otra carrera a cuestas- comentó desilusionados.

-¿Algo cómo qué?- pregunté interesada planeando en mi cabeza cómo sacar tiempo.

- es un papel en un recital que estoy dirigiendo, no es algo muy grande pero necesito bailarinas y me parece que eres bastante buena... Mandaré los horarios de ensayo a tu correo, piénsalo y avísame, es una buena oportunidad para que te des a conocer desde ahora.

Dicho eso me palmeó el hombro y se fue, asentí aunque no me viera y me emocioné lo suficiente para pegar un pequeño grito y brincar en el lugar, mis compañeros que aún no habían salido me miraban un poco extraño pero yo estaba demasiado feliz.

Me distraje tanto mientras almorzaba pensando en el recital y esperando el correo que se me hizo tarde y casi choco a alguien conduciendo a Berkeley. Llegué corriendo a clase y cuando entre el salón estaba vacío así que busque en mi correo un mensaje que hablara sobre un cambio de aula o que la clase de cancelaba o cualquier cosa similar pero no había nada.

Empecé a caminar por el pasillo en busca de algún chico de los que se encargaba de abrir los salones para que me dijera que carajos había pasado con mi clase pero alguien me detuvo.

- eres de administración I ¿No?- pregunto una chica que iba con otras dos personas.

- eh si- respondí tratando de guardar la compostura.

- la semana pasada el maestro dijo que no habría clase, algo sobre su mujer siendo operada... ¿Nadie te lo dijo?- preguntó.

- eh no... Yo no tengo el número de nadie- dije, la semana pasada, la semana pasada estaba en casa mirando al techo. Entonces sin planearlo me puse a llorar, el doctor me había dicho que algo así podía pasar, algo sobre hormonas fuera de control pero ahí frente a esas tres personas me puse a llorar- yo... Lo siento- me disculpé limpiandome las lágrimas pero ellas seguían saliendo.

-no... No te preocupes ¿Está todo bien? Te puedo agregar al grupo de WhatsApp pero no llores por favor- dijo la chica pensando que lloraba por la clase.

-lo siento, en serio lo siento- me disculpé anotando mi número en su teléfono- muchas gracias por la ayuda- dije empezando a retroceder en el pasillo.

- espera ¿Cuál es tu nombre?- gritó.

- Raiza, soy Raiza- respondí- soy un fracaso- dije mirándome al espejo del baño limpiandome el rostro con agua.

Escuché que alguien venía así que me seque la cara y me hice la idiota.

-si, ya ves, es alguien interesante- dijo una voz levemente conocida y vi cómo Sabrina entraba hablando con una amiga, la detalle y estaba igual de perfectamente arreglada como siempre con su bonito maquillaje y ropa perfectamente combinada. Trate de ignorarla y me mire en el espejo, con el cabello un poco revuelto por la carrera que había pegado para llegar a una clase que todos excepto yo sabían que no iban a dar, el rostro levemente pálido y con ojeras, mi ropa que tampoco dejaba mucho que desear y pensé qué estaba haciendo con mi vida.

Cómo si lo hubiera planeado ella me atrapó mirándola por el espejo pero no me saludó y yo como idiota me puse a llorar otra vez, pero a llorar en serio.

-¿Estás bien?- preguntó secándose las manos, su amiga me dijo que la esperaría afuera y nos dejó solas.

-Si, si claro, lo siento- respondió tratando de calmarme por segunda vez, ni siquiera entendía por qué seguía llorando por estupideces.

- perdón por no ir al hospital, estaba ocupada con algo importante así que llamé a Denver- dijo y con la mencion del hospital y Denver y el recuerdo de la cosa lloré aún más- Raiza ¿Pasa algo?- preguntó preocupada y yo asenti pero no dije nada.

A la mierda con el pensamiento del descanso en ese momento solo podía pensar en que era un fracaso de persona en todo sentido.

-lo siento mucho, en serio siento mucho no haberte dicho nada, es solo que eres tan amable y buena persona que pensé que no merecías eso- dije entre las lágrimas.

-¿Por eso estás llorando?- preguntó.

-no se por qué estoy llorando, soy una imbécil y una fracasada y mala persona- me quejé intentando en vano que las lágrimas se detuvieran.

-¿Quieres hablar de ello? A veces es bueno hablar con alguien, estoy libre- comentó apretando mis antebrazos como si me quisiera dar ánimo.

Asentí y fuimos a la cafetería por un te que insistió en que tomara para que me calmara y después nos sentamos en un jardín.

- estás diferente desde la última vez que te vi- comentó.

-han pasado algunas cosas desde entonces... Me mudé fuera de casa- le conté y ella asintió.

- supongo que Denver y tú terminaron.

- en realidad nunca tuvimos una relación real- respondí tirandome en el pasto, iba a tener un bebé con alguien con quién ni siquiera tenía una relación seria.

Las lágrimas empezaron a cortar en silencio otra vez.

-las noche que te llame, estaba en la sala de urgencias, creo que te dije por qué, no lo recuerdo. Me hicieron varios estudios y un rato después de que Denver llegara el médico entro con los resultados- empecé y sentí que ella me miraba con atención- estaba embarazada, de unos tres meses y ni siquiera lo sabía...

- ¿Cómo está el bebé?- preguntó y sentí un nudo en mi garganta.

-tuve un aborto... Ese día la sangre y el dolor era porque estaba teniendo un aborto. Me di de baja una semana en la que traté de convencerme de que estaba bien pero aquí estoy pensando en qué demonios estoy haciendo con mi vida y llorando por cualquier estupidez- termine de contarle.

- no puedo decirte que se cómo te sientes pero imagino que es algo realmente pesado de  procesar, ¿Por qué no buscas ayuda? Tal vez si haces terapia pueda ayudarte... No creo que la mejor forma de superarlo sea intentar seguir con tu vida como si nada hubiera pasado- comento poniendo su mano en mi pierna a modo de ánimo.

-siento que estoy pagando con creces cualquier cosa que hice mal, y había planeado hablar contigo, no de esta manera pero si quería que habláramos, quería contarte qué pasó y en realidad y que sepas que nunca fue mi intención herirte, cuando llegaste a mi casa ese día y supe que eras su novia me alejé, te prometo que me alejé- dije un poco apresurada, enderezandome y limpiandome el rostro.

- lo estuve pensando, en la forma en que te comportaste conmigo y llegué a la conclusión de que no era posible que tuvieras malas intenciones... Ese día todos estábamos muy borrachos y aunque no quiero ver a Denver se que no eres la mala del cuento- respondió con una sonrisa- y si necesitas a alguien estaré ahí para ti, eres una buena chica así que no serías una mala amiga.

Raiza #2Where stories live. Discover now