6. El mundo de cabeza.

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POV RAIZA.

Después de que Denver se fuera mis padres parecieron relajarse y yo me reí, sabía que no le habían dicho una sola mala palabra o algo que lo hiriera.

-¿Cómo te sientes?- preguntó mamá por milésima vez desde que habían llegado.

-tengo algo de malestar pero supongo que es normal- respondí encogiéndome de hombros sacando una cerveza del refrigerador.

-no señorita, nada de alcohol- dijo papá quitándome la lata de la mano y bebiendo la él.

-eso es trampa, tengo que pasar esto con algo y no puedo bailar o trotar o nada- me quejé descargandome en una silla junto a él.

- tú tampoco deberías- lo regañó mamá y se apoderó de la lata- entonces, para distraerte nos vas a contar cómo va la escuela.

-¿Cuál de las dos?- pregunté, mis notas en Calarts habían disminuido pero estaba más concentrada con Administración.

- las dos- respondió papá.

- no voy tan bien con la danza, el tiempo de práctica se redujo mucho... Con administración estoy bien, me gusta, es interesante- dije encogiéndome de hombros jugando con un vaso vacío que había sobre la barra- en que momento piensan echarme una bronca por quedar embarazada- pregunté viendo el vaso.

-¿Por qué lo haríamos? Dices que estabas tomando tus pastillas y ya estás grandecita para fastidiarte por tener relaciones- respondió mamá terminando de vacear la lata.

-¿Puros romperle un brazo por tocar a mi pequeña?- preguntó mi padre y mamá lo miró amenazadoramente, ellos eran como la pareja perfecta.

- Técnicamente lo toqué yo primero- contesté para fastidiarlo y el de inmediato me miró.

- RAIZA...

-ya está, los dos deben madurar- nos regañó mamá y yo reí.

Me lance al sofá a ver cosas en mi teléfono pero no podía concentrarme así que busque algo de información sobre lo que había ocurrido, encontré una foto de cómo se veía más o menos un feto a esa edad y sentí cómo se rompía mi corazón.

-no deberías torturarte así- comento mamá sentándome y poniendo mi cabeza en sus piernas.

- siento como si me faltará algo pero es absurdo porque ni siquiera sabía que había algo ahí dentro- expliqué tratando de encontrarle sentido a esa estúpida e incómoda sensación.

-recuerdo cuando perdí a tu hermano, tenía un poco más de tiempo que tú... Sentí como si mi vida se dividiera en dos, como si faltará algo dentro de mí, casi como si me hubieran sacado un órgano, me culpaba por ello, pensaba que pude haber hecho más, que pude haberme cuidado mejor- me contó acariciando mi cabello.

-tengo miedo de que sea mi culpa, estaba tan fuera de control con todas esas fiestas y las porquerías que le metí a mi cuerpo, no sabía que hacer, me sentía tan estresada y parecía tan normal- dije más para mí.

- a pesar de que no te hemos sobreprotegido eres una chica que desde niña ha mantenido su vida muy ordenada, eres muy centrada, imagino que Denver puso tu vida patas arriba.

Asentí, era cierto, si me ponía a pensarlo Denver con su actitud y su forma de tratarme me habían puesto en una situación en la que a diferencia del resto de cosas en mi vida no tenía el control.

- no puedo soportar pensar que yo lo maté- murmuré.

-escuchame bien, Raiza, tu no lo mataste, puede que no te hayas cuidado porque no lo sabías pero de ahí a matarlo o decir que fue por ti hay un trecho bastante largo y si ese médico te dijo eso lo demandaré- dijo seriamente.

-te voy a decir algo que me dijo un médico cuando pasó lo de tu hermano- se metió papá en la conversación y puso mis piernas en su regazo.

<<Las mujeres suelen sentirse responsables porque es algo que ocurrió en su cuerpo, ven a un feto como algo que ellas mismas están formando con su conciencia pero no es así, hay un millón de cosas que pueden salir mal y ellas no pueden controlar aunque estén ocurriendo dentro de su cuerpo. Seguramente pensarás que tú guapo padre está diciendo estupideces pero lo digo para que entiendas que hay cosas que no puedes controlar, no podías manejar cómo creció o lo que le pasó... Es algo triste pero al mismo tiempo es algo que ocurrió exactamente en la forma en que debía pasar.

Mamá y yo nos quedamos viéndolo, creo que en mis años de vida nunca había escuchado a papá hablar tan seriamente.

-mamá, creo que reemplazaron a papá por alguien diferente- dije mirándola.

-también lo creo ¿Estás bien cariño?- pregunto.

- no les vuelvo a decir nada en serio- se quejo sacándonos la lengua y reímos.

En realidad tenía lógica, las cosas pasaban exactamente como tenían que pasar y tal vez, solo tal vez el destino de esa cosa en mi vientre no era más que ese, no podía imaginar que objetivo tenía que sucediera así pero era lo que había y no había manera de cambiarlo.

Mis padres me tuvieron como si fuera una pequeña y frágil porcelana durante a una semana, mamá me llevo a un médico particular para revisar que todo estuviera en orden y me mandaron a visitar al psicólogo pero yo no necesitaba un psicólogo, necesitaba volver a clase, entrenar, bailar, tal vez empezaría con algún deporte de contacto, pasar los exámenes, volver a mi vida normal y no pensar en ello.

Empecé a convencerme de tomarlo solo como un descanso, un episodio pasajero de mi vida que me había forzado a descansar durante unos días y cuando retome mi vida no me daba tiempo de pensar con ello, no paraba en todo el día, no me daba un respiro para recordarlo.

Raiza #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora