Capítulo 53

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Vegetta tuvo que convencer a Rubius de que se montase en su caballo, pues si bien no tenía fracturas, se había doblado un tobillo, además de tener alguno que otro moretón o dolencia. El punto era que Rubius no podía caminar bien, cojeaba y tenía que mantenerse sujeto a algo mientras estaba de pie. Él quería convencer a Vegetta y a sí mismo de que estaba bien y que no era nada grave, y tenía razón, no lo era, pero ahí estuvo en argumento de Vegetta.

-Sí tío, no es grave, pero si lo fuerzas sí se va a poner grave.

Omitiendo lo difícil que fue hacer que Rubius se subiera al caballo con un pie frágil, ahora Rubius iba sentado en el lomo de Vicente y Vegetta caminaba tirando de las riendas. Vegetta estaba algo decepcionado, pues todos los chicos dijeron que habían encontrado objetos tras cruzar el río, y ellos se habían apresurado para llegar ahí esa misma mañana y encontrar cosas, pero aún no veían nada.

-Qué raro, seguro ese sujeto raro tiene algo que ver –Comentó en voz alta-, al menos cubriremos más acres desde aquí ¿Has visto algo?

Vegetta se volteó a mirar a Rubius, pero él se había quedado dormido sobre Vicente, Vegetta suspiró negando con la cabeza. Rubius no era de esas personas que se dormían justo cuando se metían a la cama, era de los que se quedaban haciendo cualquier otra cosa en lugar de intentar dormir, peor aún fue el hecho de que ambos se fueron tarde a dormir, pues Lolito y Mangel llegaron ya de noche, y que al día siguiente debían madrugar. Luego estaba el susto del árbol, con todo eso Rubius estaba indudablemente exhausto.

Vegetta siguió avanzando en silencio, mirando atentamente a su alrededor, pues ahora era él solo quien buscaba objetos. Sin éxito alguno y así hasta que el atardecer los alcanzó.

Horas después habían logrado avanzar mucho, el río ya había quedado atrás, así como el día. Vegetta se detuvo, ya cansado, en un lugar que consideró seguro para dormir y dejó que Vicente bebiera algo de agua, mientras él ayudaba a Rubius, quien ya había despertado hace horas, a bajarse del caballo.

-Nada tío –Vegetta suspiró, tendiendo su saco de dormir-, ni de Alex ni del sujeto ese.

-Calma, los chicos no encontraron todo el primer día –Dijo, también tendiendo su saco y sentándose sobre él.

-No, pero sí fue por estos sectores, estoy muy seguro de haber seguido la ruta correcta, tal vez nos dejamos algo en el camino.

-¿Me estás escuchando? Calma, probablemente ellos ya se hayan llevado todo lo de por aquí y si se nos quedó algo lo veremos cuando regresemos, relájate ¿Sí?

Vegetta volvió a suspirar, tal vez estaba siendo algo paranoico. Ahora sólo les convenía dormir.

-¿Sí sabes que estamos buscando a Alex y no sólo sus cosas?

-Pero claro que sí, pero ya viste que hallar sus cosas nos puede decir qué pudo haber pasado con él.

-Bueno sí, en eso tienes razón.

Suspiró por tercera vez, su cabeza estaba llena de pensamientos de todo tipo, algunos que necesitaba retirar de allí, y Vegetta no era tonto, sabía que la mejor forma de sacarse un pensamiento, de esos que no te dejan dormir, era hablándolo con alguien, expulsándolo a través de la boca. Pero Vegetta tenía miedo, era un tema que Rubius posiblemente odiaría, pero pensó, él tendría que escucharme.

-Sé que no te gusta que hable de Willy, pero creo que tengo que decirle a alguien lo que pienso, y creo que esa persona tal vez debas ser tú.

-¿Está todo en orden? –Preguntó, dejando el tono travieso.

-Sí, lo está, pero necesito una opinión externa.

-De acuerdo –Dijo. Vegetta tomó aire.

-No me gusta que Willy esté con Fargan, porque he notado que él es muy coqueto con Willy, pero también con Alex, le tengo miedo a que sea un canalla y termine haciéndole daño a Willy.

-No hables así de Fargan tío, él no es así, Alex me comentó de eso una vez, no es que sea un seductor, es sólo que... -Se detuvo.

-¿Qué? –Preguntó Vegetta. Rubius suspiró.

-A ver... -Se acomodó- desde un principio Fargan fue muy cercano a Willy, pero él siempre quiso volver contigo, así que Fargan se dio por vencido, por eso después lo vimos con Alex, pero él me contó que no funcionó.

-Pero Fargan sigue muy protector con Willy.

-Igual que tú, ambos quieren lo mejor para él, ninguno quiere que el otro le haga daño... tiene una suerte el cabrón...

Ambos se quedaron en silencio, Vegetta reflexionando sobre los datos que acababa de darle su compañero.

Forastero | Staxxby en KarmalandWhere stories live. Discover now