Capítulo 22

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Alex despertó a un nuevo día, una vez más sentía la casa muy silenciosa y frunció el ceño, seguramente Frank habría salido de nuevo y lo habría dejado encerrado. Se levantó de la cama molesto, predispuesto a verse atrapado una vez más. Pero se llevó una sorpresa al ver que la puerta al huerto estaba abierta, se extrañó al principio, pues Frank había mencionado que no lo dejaría salir mientras el no estuviese ahí, pero no tardó en darse cuenta de que Frank estaba afuera, nadando en el río.

Frank estaba de espaldas a él sumergido hasta la cintura, aunque se podía ver su ropa interior negra. Alex lo observó en silencio, analizó con lentitud su gran espalda y como las gotas de agua resbalaban por esta zona desde su cabello, pero no lo observaba con una sonrisa, ni mucho menos, incluso tenía el ceño fruncido, no porque estuviese enojado, en absoluto no estaba enojado por tener semejantes vistas. En realidad estaba pensativo, confuso, Alex no solía sentirse atraído por los hombres, pero era aquello lo curioso de Frank, que le hiciese sentir débil e indefenso.

Por un momento no supo qué hacer, no sabía si quedarse en la casa y fingir que no lo había visto, o salir e ignorar su casi desnudez, aquel hombre realmente lo volvía un chico inseguro.

Luego de un debate mental, decidió salir al huerto a trabajar allí, sin embargo, apenas puso un pie fuera de la casa Frank se volteó.

-Hombre, Alex ¿Qué tal? –Saludó con una sonrisa carismática.

Alex sintió como una corriente eléctrica recorría rápidamente su cuerpo, volteó hacia Frank e intentó sonreírle.

-Hola Frank –Dijo sin más.

-Ven aquí pequeño –Llamó moviendo su mano.

-Eh... No lo creo –Intentó sonreír, nervioso.

-Venga tío, ven a nadar un rato.

-Otro día, iré a trabajar al huerto.

Alex no esperó respuesta, sólo se dirigió a la plantación, aún debía terminar de sembrar sus patatas. Caminó hacia el baúl donde Frank guardaba sus herramientas de jardinería y sacó una pala, al voltearse pudo ver a Frank acercándose a él, mientras pasaba una toalla por su rostro.

-¿Me das un abrazo? –Dijo divertido, extendiendo sus brazos hacia el menor.

-No tío, estás mojado –Respondió riendo.

-Alex... -Se acercó aún más, lenta y seductoramente.

-Frank, no me abraces.

Fue en ese momento en el que Frank hizo un rápido movimiento para envolver al menor con sus brazos, pero no contaba con que Alex fuese más rápido que él y lo esquivara.

-¡Eh tío! –Rió Frank.

Alex sonrió divertido, en cierto modo le gustaba que Frank fuese así, gracioso y travieso, juguetón y coqueto. Probablemente le molestaría que cualquier otra persona actuase de esa manera, pero era Frank.

-¡Frank, no! –Fue lo único que alcanzó a decir antes de que Frank se abalanzara sobre él y le abrazara por la cintura.

Sus pies se despegaron del suelo, y de un momento a otro Frank lo había sentado sobre la cerca. Alex por un momento sintió que se caería, pronto se dio cuenta de que lo que impedía que se fuese de espaldas era el agarre que mantenía el mayor desde su cintura.

-¡Joder macho! No quería mojarme.

Frank sólo río, Alex aprovechó para tomar la toalla que colgaba del cuello de Frank para intentar secarse un poco. Cuando creyó terminar, una vez más notó que Frank lo observaba de manera diferente, y desde una distancia demasiado corta.

-Frank... -Murmuró cuando notó que el mayor tenía intenciones de acercarse aún más- Frank, ve a vestirte, te vas a resfriar.

-¡Ah! Sí, claro –Volvió en sí, luego tiró de la cintura de Alex para bajarlo de la cerca.

-Ten –Alex le entregó la toalla, Frank la recibió poniendo sus manos sobre las de Alex.

-Ahora vuelvo, pequeño –Sonrió, para finalmente irse.

Fue sólo cuando Frank entró a la casa que Alex se dio cuenta que había estado sonrojado todo el tiempo.

Forastero | Staxxby en KarmalandWhere stories live. Discover now