Forastero | Staxxby en Karmaland

Capítulo 8

Frank le propuso a Alex que para hallar a Jimmy podrían hacer una búsqueda de algunos días, pues Frank había terminado de plantar su huerto y poco había que hacer más que espera para la cosecha. Esa era la razón de ahora ambos estuvieran preparándose para salir.

-Frank, cuando me hallaste en el río... ¿Tenía mi espada de casualidad? –Preguntó de pronto.

-No tío, todo lo que encontré en el río fue a ti, no traías nada contigo.

-Joder... creo que la perdí en el bosque –Se maldijo.

-Puedo prestarte una –Dijo Frank, metiendo la mano en su cofre y sacando una espada de diamantes-, toma, usa esta.

-Gracias –Alex sonrió.

Ambos salieron de la casa y se sumergieron en el inmenso bosque que rodeaba la casa por kilómetros. Alex no sabía por dónde empezar a buscar, sentía que podría estar en cualquier parte, sin embargo, siguió adelante.

Buscó durante horas con la ayuda de Frank, pero no hallaron nada que les ayudara a encontrar al animal. La noche cayó, Frank comenzó a dirigirse a una cueva en una pequeña colina, era una pequeña cavidad que no llevaba a ninguna parte, se notaba que Frank había estado ahí antes, pues tenía cofres, hornos, y algunas reservas de comida, de agua y algunos otros recursos. Él volteó para invitar a Alex a entrar, pero se sorprendió al darse cuenta de que el menor se había quedado observando el cielo nocturno. Frank sonrió con ternura y se ubicó a su lado.

-Eh Alex ¿Estás bien? –Preguntó suavemente.

-Sí, sí, es sólo que... esto no se puede ver en el pueblo, contaminación lumínica asumo –Sonrió-, no había visto algo como esto en mi vida, qué bonito.

-Es algo bonito, sí... pero no es lo más bello –Dijo volteando hacia Alex y poniendo una mano en su espalda baja. Alex lo miró sorprendido.

-¿Siempre eres así de coqueto? –Preguntó Alex levantando una ceja y sonriendo.

-Sólo cuando rescato a chicos guapos de un río –Ambos rieron y luego se mantuvieron en silencio, Frank aún sosteniendo la espalda de Alex.

-Espero que Jimmy esté bien –Suspiró cambiando el tema.

Frank notó que los monstruos empezaban a salir y a acercarse a ellos, así que con la mano que tenía apoyada en el cuerpo del menor comenzó a atraerlo suavemente a la cueva y cerró la entrada con piedra para no tener que preocuparse por los monstruos. Él bajó su mochila de su hombro y comenzó a hacer una pequeña fogata que los mantenga con luz y sin frío, y puso unos pedazos de carne a asarse. Una vez desocupado Frank dirigió su mirada hacia Alex, estaba muy preocupado por su mascota, tenía una expresión muy pesarosa en su rostro. Frank se sentó a su lado.

-¿Estás bien? –Alex asintió- Macho, no te preocupes, lo encontrarás, no creo que esté muy lejos.

-No sé qué le pudo haber pasado como para que se fuese de esa forma tío, él no es así.

-Anda, distráete un poco, toma, come algo, debes estar cansado –Dijo ofreciéndole uno de los trozos de carne.

-Estoy bien, no tengo hambre.

-Alexby, come algo, macho.

-¿Qué dijiste? –Alex se volteó atónito. Frank guardó silencio un momento.

-Que tienes que comer algo, tío, mira lo delgado que estás.

-No, no, no, antes de eso.

-No te estoy entendiendo –Alex no insistió pero quedó con una extraña sensación.

Frank volvió a acercar el pedazo de carne a Alex y él, luego de dudarlo un poco, finalmente lo recibió.