Capítulo 3

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-¡Jimmy!

Fue lo primero que dijo Alex al despertar, estaba agitado y muy confundido. Miró a su alrededor, estaba en una cama desconocida, en el segundo piso de una casa de mármol que parecía ser bastante grande. ¿Dónde diablos estaba?

Se levantó confundido y levemente mareado, sentía que debía salir de allí, que tenía que encontrar a Jimmy, y que tenía que volver a su casa lo antes posible. Abrió la puerta de aquella habitación lentamente, sin hacer ruidos y se asomó por el umbral. No escuchaba nada, no había nada. Salió en silencio y se dirigió al pequeño ascensor. Al bajar se dirigió a la puerta, sólo ahí se dio cuenta de que era una puerta de metal con escáner de reconocimiento facial. ¿Qué clase de karmaliense construiría una casa tan apartada de todo?

Tenía que buscar otra salida, comenzó a recorrer la casa, revisando cada puerta y cada ventana que se encontraba, pero estaba muy bien resguardada. Alex llegó a la parte trasera de la casa, la cocina, y se acercó a la ventana alargada que esta poseía, pero apenas puso más atención en lo que había afuera se agachó rápidamente.

Alex se mantuvo quieto un momento, casi sin respirar, pensando en lo que había afuera. Lentamente volvió a asomarse discretamente, y dirigió su atención nuevamente a lo que había afuera, una persona que jamás había visto en Karmaland.

Era un hombre, estaba de espaldas trabajado en un huerto enorme. Tenía una espalda grande y unos brazos fuertes que movían una azada con destreza, al parecer había terminado de cosechar su plantación e iba a empezar un nuevo sembrado. Alex se obligó a dejar de mirar a ese hombre y a concentrarse en su objetivo, escapar de ahí. Vio que la cocina tenía una puerta que daba al huerto, ésta también poseía un escáner de retina, pero esta puerta estaba abierta. Alex se movió lentamente hacia ella, pero apenas puso un pie afuera de la casa, el extraño volteó. Ambos se miraron a los ojos sin decir nada, sin mover un solo músculo. Alex sentía la tremenda necesidad de correr, pero no sabía siquiera en donde estaba, por lo tanto, no sabía hacia dónde ir.

El chico le sonrió sin mostrarle los dientes y volvió a dirigir su atención a su huerto. Alex se sintió confundido ¿Quién era esa persona? Al parecer no quería hacerle daño y le era indiferente si lograba escapar de aquella casa.

Alex se acercó lentamente, fue en ese momento en el que se dio cuenta de que no tenía ni su arco ni su espada. Frunció el entrecejo y se acercó atento a cualquier movimiento amenazante que ese sujeto pudiese hacer.

-¿Dónde estoy? –Preguntó con una voz fuerte y clara a unos pasos del chico.

Él levantó la vista de nuevo, tenía una expresión tranquila e indiferente, Alex no le parecía la menor amenaza. Se puso de pie, dejó la azada a un lado y se puso de frente a Alex, quien se fijó más en aquel muchacho. Tenía una mirada profunda, su cabello estaba despeinado, y tenía el rostro libre de vello facial.

-En mi casa –Dijo sin más, caminando por el lado de Alex.

-Me lo imaginé –Dijo Alex molestándose- ¿Dónde está Karmaland?

-No sé de qué me estás hablando.

-¿Y quién eres tú? –Se puso frente al desconocido deteniendo su camino.

El chico levantó una ceja y miró detenidamente a Alexby. Sólo era un chico perdido y muy confundido.

-Me llamo Frank, un gusto, tal vez me conozcas por el nombre de "El tío que te rescató", ¿Siempre haces tantas preguntas niño?

-Tío, no me digas niño –Dijo firmemente.

-Mira, te encontré en el río, te traje a mi casa, y es donde estás ahora ¿Hay algo más que necesites saber?

-¿Dónde está Jimmy? Es un cockatrice con plumas amarillas y cola escamada verde –Preguntó rápidamente.

Frank se mantuvo en silencio un momento, mirando la expresión enojada pero preocupada de aquel malagradecido chico.

-No he visto nada así en mi vida tío, lo siento.

Alex comenzó a preocuparse, había perdido a su mascota, y se había perdido él. No sabía en dónde diablos estaba y no tenía idea de cómo volver.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí? –Preguntó de nuevo, siguiendo a Frank adentro de su casa.

-Te encontré una mañana en el río, hace dos días, llevas todo ese tiempo inconsciente, incluso llegué a pensar que no despertarías.

-¿¡Dos días!? –Exclamó- ¡Tengo volver a casa, chaval! ¡Necesito encontrar a Jimmy!

-¿Y cómo harás eso, macho? –Preguntó indiferente.

Alex se quedó en blanco, aquella situación comenzaba a exasperarlo, no sabía qué hacer.

Forastero | Staxxby en KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora