Forastero | Staxxby en Karmaland

Capítulo 29

El río no estaba muy lejos, corrió siguiendo el sonido y no tardó en encontrarlo. Miró a ambos lados pero no halló nada, ni siquiera huellas u otras plumas

-¡Alex! –Escuchó a lo lejos.

Alex volteó pero el denso bosque le obstruía la visión, de igual modo, comenzó a correr, no podía ser nadie más que Frank, y aún no quería volver, algo le decía que Jimmy podría estar cerca.

-¡Alex! –Escuchó de nuevo.

Y no vio otra opción que atravesar el río, sin embargo había un problema, en aquel sector el río no era como en la casa de Frank, que corría más lento, en ese punto tenía un caudal más salvaje, además de que era bastante ancho. Fue por eso que Alex siguió corriendo por la orilla buscando algo que lo ayude a cruzar, y allí lo vio. Un grupo de rocas que sobresalían del río, Alex sonrió y se dispuso a cruzarlo con precaución.

-¡Alex vuelve!

Él se detuvo ya a medio camino de cruzar y volteó su cabeza un segundo. ¿Por qué de pronto huía de Frank? Alex sabía que tenía que buscar a su mascota, y aquella podía ser la oportunidad de encontrarlo, pero también sabía que Frank sólo quería protegerlo de lo que fuese que estuviese en el bosque, sabía que Frank se la estaba jugando, pues le había dicho que gritar en aquel lugar no era una buena idea.

Titubeaba, estaba teniendo un debate mental, aún podía regresar con Frank, él había estado siendo muy atento con él, apenas ayer le había confesado su amor. Pero no podía dejar a Jimmy solo, él había estado a su lado desde el principio, y si ya lo había preferido por sobre una chica, podría hacerlo por sobre un chico. Sí, Alex estaba prefiriendo a su amigo antes que a tener a la persona que siempre deseó, pues, aunque él no lo dijese, así era él, aún no confiaba lo suficiente en el amor como para dejar algo por aquello.

Devolvió su vista al frente y dio un paso a la siguiente roca, con dolor, un poco con ganas de llorar, pero lo haría por Jimmy, debía ser valiente.

Sólo faltaban algunas rocas para llegar al otro lado, pero él no lo lograría, y no fue por su culpa, había sido muy cuidadoso con poner sus pies en el sitio adecuado para no resbalar, y no lo hizo, sin embargo, no contó con la fauna del río, más específicamente, con la inmensas pirañas que ya les hacían la vida imposible en Karmaland.