04.

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Diciembre 2012.

- No sé como me convenciste de hacer esto. - me quejé mientras caminaba detrás de Yugyeom por uno de los amplios pasillos del hotel Paradise.


Mis tacones bajos de color rosa pastel repiqueteaban por mucho que me esforzaba por que no lo hicieran y la falda del vestido menos viejo que encontré en mi armario se sentía fuera de lugar en mi cuerpo. Pero Yugyeom había pedido explícitamente que me arreglara porque aquella noche habría una cena de gala en el hotel y necesitábamos "mezclarnos".

Esa palabra se me había quedado grabada. Él no necesitaba mezclarse, él pertenecía a ese mundo. Yo, por mi parte, necesitaba hacer un gran esfuerzo para no verme fuera de lugar en aquel increíblemente lujoso y resplandeciente lugar.


- Vamos, ¿no te parece divertido salir un poco de tu zona de comfort? - preguntó sin aminorar el paso. Sus zapatos de cuero café brillante repiqueteaban con cada paso que daba.


No respondí. En la última semana habían pasado suficientes cosas como para desear quedarme dentro de lo conocido.

Yugyeom volteó a verme para asegurarse de que estuviera escuchándole y cuando notó lo ensimismada que estaba en mis pensamientos, se detuvo de golpe. Sin pensarlo, mi cuerpo se detuvo también, como un reflejo, y le dirigí la mirada esperando que dijera o hiciera algo.

Él solo se quedó viéndome por un largo rato, como los primeros días luego de conocernos, cuando intentaba comprenderme. Solo cuando algo pareció conectar en su mente, soltó un suspiro y habló.


- También quería que te animaras un poco y salieses de ese aislamiento emocional autoimpuesto en el que llevas metida varios días. - confesó y como si se arrepintiera de haberlo dicho, apretó los labios gruesos y rosados, al instante.

- Yugyeom, sabes que no es...

- ¿Voluntario? - asentí, un tanto sorprendida de que hubiese elegido exactamente la misma palabra que planeaba usar. - Lo sé. Pero aún así te obligas a retraerte y alejarte de todos, como si te estuvieses castigando por algo que no estaba en tu control.


Sus palabras me obligaron a alejar la mirada de él. Estaba diciendo nada más que la verdad y tal vez era por eso que me dolía tanto escucharla.


- Puedes querer mucho a alguien y aún así no poder salvarlo. - continuó hablando, antes de capturar mi muñeca para obligarme a verle a los ojos. - Im Youngmin no hizo lo que hizo por tu culpa.


Su nombre. Últimamente, su solo nombre me traía escalofríos.

Cuando había regresado de la cena con Yugyeom, una semana atrás, mi madre me había esperado con una terrible noticia. Youngmin estaba en el hospital porque había intentado acabar con su vida.

Depresión. La depresión puede llegar a orillar a la persona que menos pensamos a hacer algo que jamás cruzó nuestra mente. Y ese había sido el caso de Youngmin. Al no poder soportar la decepción que se había llevado con sus resultados en el CSAT y la oportunidad perdida de entrar a una universidad SKY, había tomado una decisión fatal.


- Le veía casi todos los días, Yugyeom. - murmuré, como si le estuviera faltando el respeto al hablar más alto sobre él. - Sabía que algo no andaba bien y que debía buscar una forma de ayudarle, pero no pude hacer algo por él. Simplemente lo vi deteriorarse con los días, hasta que ya no pudo soportarlo más.


Los dedos de Yugyeom acariciaron el interior de mi muñeca, intentando opacar el sentimiento de culpa tan grande que sentía cada vez que recordaba lo sucedido, mientras yo libraba una batalla en mi interior por no echarme a llorar.

Unperfect Match | Kim YugyeomWhere stories live. Discover now