59.

51 12 12
                                    

Julio 2020.


Vivir en Tokyo había sido una experiencia bastante interesante. Había tenido que aprender japonés años atrás, cuando empezamos a tener clientes extranjeros, y aunque no me consideraba una experta, al menos me ayudaba a tener cierta independencia en la ciudad. 

Conocí a algunas personas nuevas, también, personas que amenazaban con convertirse en amigos, y aunque aquello hacía la experiencia mucho más acogedora, me asustaba un poco. Una parte de mí todavía quería aferrarse a mis amigos, a mi grupo en Seúl o a lo que una vez había sido. Una parte de mí creía que, si construía algo nuevo afuera, ese debilitado vínculo con Seúl iría rompiéndose con mayor rapidez.  


- Le envié el reporte que me pidió a su correo. - anunció mi nueva secretaria, quien, coincidentemente, había nacido y crecido en Japón. 

- Gracias, Ayano-ssi. -  repliqué, caminando por los pasillos de JP Tech con ella a mi lado. 

- ¿Confirmo el almuerzo con el vicepresidente Wang? 

- Sí, por favor. Ha pasado un tiempo desde que nos vemos, será bueno poder conversar un poco. - Ayano asintió, haciendo que su cabello corto y negro azabache se moviera con ella. 

- La secretaria del presidente Park me escribió esta mañana para asegurarse de que hoy estuviéramos en la oficina. - añadió, haciendo que me detuviera de inmediato. - ¿Confirmo con ellos si necesitan una reunión con usted? 


No había hablado con Jinyoung desde la pelea en su oficina, habían pasado tres meses de ello. Yo había estado viajando entre Japón y Seúl, y él había seguido por su lado. No hubo intentos de comunicación de ninguna parte, ni conmigo ni con Jackson, y solo había recibido noticias suyas a través de su nueva secretaria, quien, coincidentemente, tenía el mismo nombre que su ex, la loca. 


- No creo que sea necesario. - respondí. - Por favor, solo confirma lo del vicepresidente Wang y si se vuelven a comunicar de la oficina del presidente Park, solo informa que estaremos en Seúl por dos semanas. Con eso será suficiente. - la joven asintió. 


Me gustaba eso de ella, no hacía más preguntas de las necesarias. Desde que había entrado a trabajar conmigo, ella sola había interpretado el ambiente y la situación entre los tres directores de la compañía. No había preguntado por qué, no había querido saber la razón por la que los únicos que salíamos a comer y conversábamos casualmente en la oficina del otro éramos Jackson y yo, no había querido entrometerse en la tensa relación que llevábamos con nuestro presidente. 

Eso me había convencido de mantenerla cerca. Era discreta y eso era lo que necesitábamos. 

Pero una parte de mí sentía algo de pena. Si Ayano hubiese entrado a trabajar con nosotros en una época diferente, habría gozado de tres directores que eran mejores amigos, que trabajaban juntos al punto que no había una oficina designada, las tres oficinas eran casi compartidas porque pasábamos más tiempo en la del otro que en las propias. Me gustaba pensar que a Ayano y a cualquier otro trabajador que había entrado luego de la pelea, les hubiese gustado esa época. Todos nuestros trabajadores antiguos lo murmuraban, cuando no estábamos cerca. Extrañaban a esos tres directores. 

Yo también los extrañaba. 


- ¡Eun Sang-ah! - aquel grito me sacó de mis pensamientos de inmediato y me obligó a poner una sonrisa en mi rostro. 

Unperfect Match | Kim YugyeomDove le storie prendono vita. Scoprilo ora