50.

149 23 2
                                    

Diciembre 2019.


El cuerpo me dolía como los mil demonios y un constante pitido retumbaba en la parte posterior de mi cabeza una y otra vez. Pero por mucho que me esforzaba por abrir los ojos, no podía, mis párpados pesaban mucho como para hacerlo.


- Eun Sang, por favor. - escuché a Yugyeom llorar en mi oído.


¿Qué estaba pasando? Me esforcé por recordarlo, pero nada venía a mi mente. Lo último que había allí era el abrazo que le había dado a Yugyeom cuando había regresado a mí y la música que Jinyoung había puesto en su auto, mientras manejaba al almacén.


- ¡Eun Sang! - gritó otra voz.


Mi hermano Youngjae.

Quise llamarlos, quise extender mi mano, pero no podía moverme.

¿Dónde estaba?


- Eun Sang-ah, si algo te pasa... - otra persona más en mi oído, pero no pudo terminar lo que decía.


¿Era Jinyoung? ¿Park Jinyoung estaba llorando?

Intenté moverme una vez más, intenté gritar, llorar, hacer algo, pero mi cuerpo no parecía responderme... En realidad, no parecía estar allí en absoluto. Sentía que me había convertido en humo, humo que flotaba en el aire sin posibilidad de decidir a dónde iba o si se detenía.

¿Había muerto? No, no era posible.

Piensa, Eun Sang, me obligué, ¿qué fue lo que pasó?

Song Ji Sub. Él me había secuestrado porque quería el código de Love Match.

Los recuerdos llegaban a mí como destellos de luz dolorosos, como si cada uno de ellos fuesen navajas que cortaban mi ser cada vez que aparecían.

La azotea. Recordaba una azotea, gritos como los que estaba escuchando en ese momento y luego, un disparo.

¿Me habían disparado? Quise mirar mi cuerpo, pero no veía nada. Todo a mi alrededor era un vacío absoluto, era la nada.

Un nuevo destello se hizo presente, pero duró más, tanto que pensé que no lo soportaría, tanto que me provocó gritar con todas mis fuerzas. Tuve apenas un par de segundos para recuperarme, antes de que otro más llegara. Pero a diferencia de los anteriores, no trajeron recuerdos consigo.

Me estaban llevando de vuelta.


x


Desperté. Desperté como quien despierta de un mal sueño. La respiración acelerada, los ojos viendo a todos lados, intentando reconocer donde estaba y mis manos intentando moverse frenéticas.

Una sola cosa era familiar, el pitido que tenía retumbando en mi cabeza se seguía escuchando. Venía de una máquina a mi lado izquierdo, un monitor que medía la actividad de mi corazón.

Estaba en un hospital.


- Sang-ah. - escuché, antes de que unos brazos me rodearan con suavidad y me transmitieran su calor.


Mi corazón se tranquilizó en el segundo que le sentí cerca, en el segundo que comprobé que no era solo una voz retumando en el vacío, sino dos brazos fuertes y firmes que podía ver y tocar.


- Yugyeom. - le nombré, aunque mi garganta dolía, y me permití disfrutar de su tacto, de su fragancia envolvente y de la firmeza con la que me abrazaba.

- No tienes idea de cuánto miedo tuve de perderte. - empezó a llorar.


Quise decir algo más, pero no pude, mi garganta dolía mucho como para hacerlo, así que en su lugar, empecé a dar palmaditas a su brazo.

Unperfect Match | Kim YugyeomWhere stories live. Discover now