Veintiuno

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X-Men no me pertenece.

ADVERTENCIA TRISTE: Cosas tristes, sentimientos tristes, personajes tristes, historia triste, autor triste, ansiedad triste, depresión triste, clichés tristes porque me maman los clichés de todo tipo.





—¿Ororo va a seguir sin venir a aprender a leer y escribir con nosotros? — Charles no quería tocar ese tema, pero los niños no estaban acostumbrados a que se les impidiera convivir con otros, menos con una niña que les había agradado tanto, por supuesto que no podían simplemente dejar ir el tema, así como si nada.

—No, porque sus mamás no le dan permiso— Trató de explicar mientras pretendía que eso no era por un problema personal que tenían con Charles. Los tres menores hicieron un puchero. —Y tenemos que respetar que sus mamás no le den permiso— Ni Scott, ni Kurt, ni Jean lucían satisfechos con la respuesta, pero Charles no quería hablarles de porqué Ellie había actuado como lo había hecho, de lo que implicaba temerle a alguien por su mutación o peor, explicarles lo que él había hecho en... lo que había sido obligado a... que fue encerrado y su mutación fue usada contra otros mutantes durante la guerra.

"Ellie, la mamá de Ororo, está en un lugar nuevo y aún no se acostumbra bien, estuvo mucho tiempo en un lugar peligroso y por eso muchas cosas aquí la asustan y la preocupan" es la explicación que le había escuchado a Erik decirle a Jean (mientras se suponía que él estaba dormido) y sabía que algo similar habían acordado en decir Alex y Raven.

Sí, era suficiente decir que Ororo no tenía permiso y debían respetar eso.

Terminó por distraerse cuando un escalofrío recorrió su cuerpo al sentirse observado.

Al encontrarse con que Angel era la que lo miraba, una incompleta sensación de calma lo embargó. La mujer omega se paró frente a ellos, con una sonrisa apenas visible en su rostro que casi siempre se mantenía relajado, casi aburrido.

—Hola niños, Charles— Jean realizó su saludo habitual con su mano dominante, Kurt y Scott la imitaron.

—Hola, señora...— Scott había hablado con mucha confianza, para detenerse a medio camino. Charles suponía que, al no haber convivido mucho con la mujer hasta el momento, no debía recordar su nombre. Kurt alzó una mano con emoción como si él sí pudiera recordar el nombre, para finalmente lucir confundido, frunciendo un poco el ceño, pareciéndose demasiado a su madre de golpe.

Jean no había ofrecido un saludo con su mente, en su lugar transmitió algo diferente.

"Me gusta su cabello". Le permitió escuchar a Charles y es que la omega portaba un recogido de cabello trenzado que lucía elegante y laborioso. Les sonrió a los niños para proceder a recordarles el nombre de la mutante frente a ellos.

—Se llama Angel— Tomó la tarea en sus manos, porque, aunque Salvadore podía notar que algo raro estaba pasando, no parecía entender qué era lo que tenía a los niños en tal silencio.

—Hola, señora Angel— Lograron decir, finalmente, Scott y Kurt al mismo tiempo, aunque descoordinadamente. Charles fue testigo de la forma libre que la mujer omega tenía de reír.

—¿Ya se va a su casa? — Preguntó Kurt, animoso y conversador como solo él sabía ser. Salvadore asintió.

—Como ya terminé, voy a ir a mi casa a esperar a mi novio allá— Explicó con llaneza.

Charles no sabía si debía permitírselo, pero lo cierto era que estaba muy feliz por ella, por la facilidad con que decía que iría a "su casa", porque tenía a alguien especial a quien podía llamar su pareja, porque Angel se veía relajada y muy feliz.

Anhelo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora