Ocho

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X-Men no me pertenece.

ADVERTENCIA: Uso de la palabra suicidio, lágrimas de macho ficticio casi todo el capítulo (no estoy hablando de las mías).




Definitivamente tenía que levantarse en ese momento, si no lo hacía no alcanzaría a realizar todas las actividades que debía llevar acabo cada mañana para iniciar un día normal de trabajo; pero hoy no era un día normal.

Las horas que llevaba despierto eran muy diferentes a otras que había vivido y no era que Erik no estuviera acostumbrado a que las cosas cambiaran de un momento a otro, sin aviso, como si el viento hubiera decidido soplar en otra dirección, justo como siempre ha imaginado su muerte. Sorpresiva.

A diferencia de él que ni siquiera intentó conciliar el sueño otra vez, Charles tenía unas dos horas dormido, más o menos. Erik honestamente creía que no había sido la intención del omega (que no había detenido su llanto desde que él le dijera que conocía su pasado), pero el peso del cansancio que venía cargando de años pudo con él y simplemente cerró los ojos con su estado consciente escapando de entre sus dedos, todo mientras de tanto en tanto soltaba un suspiro lleno de dolor, y que cada vez que pasaba hacía que Erik terminara cuestionándose si realmente era un dolor emocional y no físico, porque con el físico podía tratar de hacer algo y obtendría un alivio relativamente rápido, pero no podía hacer mucho por aliviar el dolor emocional del otro, ya ni siquiera hablar de hacerlo rápidamente. Así que al final lo único que Erik sentía que podía hacer era concentrarse en seguir respondiendo al abrazo en medio del cual llevaban desde que ambos comenzaron a tratar de ofrecer consuelo al otro.

Charles odiaba que Erik no hubiera cumplido con su parte del trato... ok, Charles odiaba a Erik no solo el acto de no cumplir su promesa, pero aun así le ofreció consuelo, cuando estaba herido, cuando tenía derecho de decirle cosas hirientes, cuando tenía conocimiento de cómo hacerlo hincarse de rodillas porque el dolor de los recuerdos era demasiado y sin embargo hizo todo lo que estuvo en sus manos para buscar hacerlo sentir... bien.

Un sonoro suspiro se le escapó (sin darse por enterado de que puso más fuerza en el abrazo que mantenía en el cuerpo de Charles).

Sintió sus ojos humedecerse, porque las palabras de Charles habían sido crueles, crudas, pero sobretodo, catalizadoras de una extraña paz que comenzaba a apoderarse de él en forma de una curiosa calidez que iniciaba en su nuca y se extendía lentamente por todo su cuerpo, pero aquello se entremezclaba con una sensación agria casi como tener ganas de vomitar al recordar a Charles decir que debería haberse suicidado cuando tuvo la oportunidad.

Percibió un poco de movimiento en el cuerpo que estaba contra el suyo, recordando cómo Charles reaccionaba cuando era tocado de repente, así que decidió darle espacio para lograr recuperar su estado de alerta en sus propios términos, buscando darle control de la situación, porque después de vivir como Charles lo hizo, claramente sentir que no tenía el control de algo era algo que lo aterraba.

Charles abrió los ojos, tallándolos un poco, su esclera estaba irritada y sus párpados se notaban un poco hinchados en los bordes, claro que debía sentirlos extraño, siendo su primera acción el tallarlos.

Tenía esta necesidad de hacerlo parar, de colocar sus manos sobre las de Charles y detenerlo o al menos poder decir algo, pero sentía que cualquiera de esas acciones no haría más que exaltar al telépata, por lo que se mantuvo callado e inmóvil incluso si podía sentir como una parte de él se removía con incomodidad en su interior.

Charles detuvo sus acciones el momento suficiente como para notar que Erik estaba sentado relativamente cerca. Podía sentir que Charles estaba buscando algo para decir, pero en su lugar volvió a tallar uno de sus párpados.

Anhelo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora