Anhelo por ti

Cuarenta

X-Men no me pertenece.

ADVERTENCIA: Chispitas de chocolate y depresión, saborizante artificial sabor menta y ansiedad, hermosamente envuelto en harina y montones de lágrimas de macho en proceso de deconstrucción, endulzado con pasados desgarradores llenos de tortura física y psicológica, una pizquita de vainilla y mención de uso de drogas de forma recreativa, cocinado a fuego lento entre cursilerías, faltas de ortografía y errores de dedo.

Charles lo tenía todo planeado.

En su vasta experiencia, las cosas siempre tendían a salir no exactamente como lo planeaba, planeo nunca ser atrapado por Shaw y falló, planeó no continuar viviendo y falló, jamás planeó enamorarse de Erik, amar tanto a Jean y finalmente volverse una familia y falló.

Sabía que en este punto de su vida debería haber aprendido que "planear" no era algo que... el universo le permitiera hacer, precisamente, sin embargo, necesitaba hacerlo porque le daba calma aparentar que todo saldría según lo esperado.

Inspiró profundo, centrándose un momento en Logan sentado frente a él.

—Ok— Exclamó Hank con entusiasmo y chocando sus manos, intentando liberar su energía nerviosa. —Entonces estaré afuera— Charles quería que Hank y Erik estuvieran presentes, McCoy tenía que estar cerca sí o sí, porque... si algo salía mal, él podría atenderlos de inmediato (y porque sabía que su amigo quería estar lo más presente posible en el entrenamiento de un telépata... por la ciencia) y Erik tenía que estar porque si alguien podría ayudarlo a controlar su telepatía si intentaba escapar de su control, ese sería su compañero vinculado.

En estos días, teniendo problemas con el control de su mutación, había notado que dependiendo de qué tan lejos o cerca estaban las personas de él, era más difícil o fácil acceder a sus mentes, sobre todo, tocarlos hacía el proceso mucho más sencillo... nunca había notado eso antes del anti-mutágeno.

Sumado a lo anterior, la compatibilidad que tenía con la mente de Erik era demasiado, no les había mentido ni a Logan ni a Erik, era demasiado sencillo conectarse con su compañero destinado y lo cierto era que el 90 por ciento del tiempo ni siquiera se daba cuenta. Por eso, Erik tenía que usar el casco para proteger su propia mente (incluso si después de la lógica explicación el alfa seguía sin estar del todo de acuerdo).

Hank tendría que estar fuera del laboratorio y Erik con el casco de Shaw protegiendo su mente, porque Charles no quería terminar lastimando a ninguno de los dos.

—Lo siento, Hank— Ofreció, mostrándole a su amigo favorito una sonrisa con toques de incomodidad. McCoy contestó con una sonrisa propia llena de amabilidad.

—No tienes por qué Charles, vamos Jean— Agregó ofreciéndole una mano a su adorada niña, aun sentada en su regazo. —Vamos afuera con Alex y Scott— La familia de Hank se había ofrecido a hacerle compañía al doctor y a cuidar de Jean mientras estaban ocupados con el entrenamiento de Charles.

Jean pareció controlar su reflejo de responder al gesto de Hank para verlo a él y luego a Erik, mostrando una sonrisa enorme.

"¡Quiero ver a Erik!" Soltó con exigencia infantil, ¿había sonado un tanto malcriada?, pero claro y eso a Charles no le importaba, su adorada hija llena de seguridad y exigiendo cosas porque sabía que sus padres, su familia lo cumpliría para ella.

La amaba mucho.

—¿Mhm?, ¿Quieres verlo? — Charles no terminaba de entender, incluso si él era el telépata.