Nadie puede... [KHR]

VII

Fujioka Akane les había llevado hasta la ubicación de las pobres almas que habían osado hablar a Den como si fueran seres superiores que podían mantenerla en el cielo si lo querían.

Yamamoto se encargó de cubrir todo el lugar con llamas de la lluvia, la ciudad entera estaba teniendo una grandiosa lluvia imprevista.

—Tranquilo, si Gokudera pregunta por esto, le diré que Jun me envió— Akane estaba siendo positiva.

Yamamoto había intentado serlo, pero ¿cómo le decías a tu actual pareja que te habías visto guiado en Francia por tu ex en una visita a tipos que deseaban morir?

No había forma de explicarle eso, Hayato era su pareja definitiva y quería quedarse con el hasta que una infortunada misión o una enfermedad los separará.

A sus patéticos 14 años se había visto buscando a Akane para hacerla su novia y lo fueron por un corto periodo de año y medio. Agradecía que la rubia fuera comprensiva al momento de decirle que deseaba conquistar al chico explosivo de la familia Vongola, inclusive ella le había dicho a que de no haberse dado cuenta por si mismo.

Le habría dado un golpe con su propia katana.

Gokudera y ella habían pasado toda una hora en una sala de la mansión en Italia hablando sobre Reborn sabe que cosas.

De manera literal ya que Reborn había estado ahí.

—Ir por la puerta principal o simplemente destruir el lugar enteró— Den bostezó cubriendo su boca con su brazo.

—Si tienes que dormir iré yo— Yamamoto tomó a Shigure Kintoki de su funda, la espada de bambú fue afianzada en su mano.

Las dos jóvenes le miraron prepararse para entrar.

—Haz lo que quieras... Hermano mayor— Den se alejó tomando a Akane del brazo sin darle oportunidad a Yamamoto de reaccionar bien a sus palabras.

Cuando Takeshi procesó bien la información recibida, Den y Akane habían desaparecido de las cercanías del muelle.

Sonrió esperando encontrarla luego para escucharla decir hermano mayor nuevamente.

Yamamoto blandio suavemente su espada de bambú, haciendo que está se volviera una katana, la hoja entera se bañó de llamas de un color azul puro y sus ojos mostraron su sed de sangre oculta hasta el momento.

»«

Seina miró el asiento vacío de su mejor amiga, y al lado de este el asiento del hermano de su mejor amiga.

Tsunayoshi no parecía preocupado por la ausencia de su hermana y su hermano casi adoptado.

—La vida es guerra— Le oyó susurrar luego de un momento.

A la peliplata se le hacía bastante raro no ver a Gokudera como su perro faldero de siempre, en lugar de eso, el peliplata estaba sentado en su lugar con sus manos entrelazadas sirviendo de soporte para su mentón.

—Pero yo odio la guerra— Emma al escuchar a su mejor amigo escupió todo su jugo encima hacia el frente.

Shitt.P tuvo que acercarse al joven mafioso para secar un poco la parte mojada de su ropa y ayudarlo a no ahogarse con su propia saliva. Unas cuantas palmadas en su espalda sirvieron para mantenerlo vivo por el tiempo que al cuerpo de Emma le pareciera bien tenerlo funcional.

Los rumores iban y venían entre aulas sobre la repentina inasistencia de dos de los miembros del grupo del ángel de namimori, quién realmente no parecía muy preocupado por ello.