Prólogo

581 39 1
                                    

Todo el mundo ve a Sawada Tsunayoshi como la encarnación de la amabilidad y la ternura extremas. Su primer día en el instituto Namimori llamó la atención de todos, sus notas eran un poco encima del promedió.

Una persona que ayuda a los demás sin pedir nada a cambio, un ángel cuya sonrisa te alegra el día. A su alrededor siempre había alguien cuidándolo, desde su mano derecha y guardian de la tormenta hasta la mitad menor del guardian de la niebla, así como alguna que otra de sus amigas y amigos cercanos.

Nadie sabía que él era el próximo jefe de Vongola, su apariencia lo hacía ver cómo alguien incapaz de dañar a los demás.

Pero...

¿Porque a pesar de estar rodeado de tantos no parecía satisfecho?

Muy a pesar de llamar la atención de todos, parecía querer la atención de alguien en específico, fallando en varias ocasiones.

El bajo mundo sabía algo de él que podría perjudicar varias cosas en su vida.

Sawada Tsunayoshi no tenía un Guardian de la Nube.

Los demás puestos estaban ocupados por sus amigos:

Gokudera Hayato como la Tormenta.
Yamamoto Takeshi como la Lluvia.
Lambo Bovino como el Rayo.
Sasagawa Ryohei como el Sol.
Chrome Dokuro como la Niebla menor.
Rokudo Mukuro como la Niebla mayor.
Yabuki Misa como el Viento.
Hitoshi Mako como la Nieve.
Katsuki Dakari como la Luna.

Pero le faltaba la Nube.

Aquella que siempre está con el Cielo.

Tenía al candidato perfecto para ser su nube, aquel sujeto había captado su atención desde su ingreso al instituto.

Temido y admirado por muchos, conocido como el terror de Namimori y quién más amaba esa ciudad.

Hibari Kyoya.

Quería tenerlo como su guardian y algo más, pero por más que intentará acercarse no podía. Siempre estaba Kusakabe Tetsuya o algún otro miembro del comité disciplinario junto a él.

Además Hibari era demasiado guapo y atractivo como para ignorarlo, siempre había una o más tipas detrás de él.

Y eso le causaba una molestia horrible.

Nadie más que el podía mirarlo.

Nadie más que el podía hablarle.

Nadie más que el podía tocarlo.

Nadie podía tener a Hibari Kyoya... Porque era suyo.

Aunque él no lo supiera.

No aún.

Nadie puede... [KHR]Where stories live. Discover now