Nadie puede... [KHR]

IV

El oficial había regresado a casa luego de aquel interrogatorio, suspiro recostandose en su sillón en la sala de su apartamento.

Había interrogado a todos los sospechosos, sin embargó, Gokudera Hayato y Kanzai Yaya eran los únicos que parecían conocerla.

Entonces algo hizo click en su cabeza al recordar algo en específico.

"Nana-san nos invitó a cenar en su casa"

Revisó sus notas una vez más, según las palabras de la mejor amiga de la desaparecida, Nana era la madre de los hermanos Sawada y ella las había invitado a cenar a su casa.

¿En ese caso Sawada Tsunayoshi si conocía a la desaparecida? ¿Por qué mentir al respecto?

Aquello le dió curiosidad y comenzó a hacer teorías en su mente mientras releía las notas de la interrogación con el castaño. Había negado conocerla, alegando que no podía recordar cada rostro o nombre de las personas que conocía.

Kanzai Yaya les había dicho que conocieron a los hijos de Sawada Nana sin excepción alguna.

Sawada Den había dicho que solo la conocía por negocios sobre fotos de su hermano, se había enterado por parte de Kusakabe Tetsuya que eso no era mentira, entonces ella la conocía más que de rostro.

Chasqueo su lengua con molestia al darse cuenta de la gran pista que aquella joven le había dado, tenía aún más razón para sospechar de Sawada Tsunayoshi agregando el hecho de que la joven desaparecida había causado una lesión a su madre.

-¿Qué ganaba con mentir en ese momento?- Se Cuestionó a si mismo.

Leyó las notas de las conversaciones con los demás sospechosos, la de Gokudera Hayato había sido respaldada, sin embargó aún estaba la duda de aquellas palabras que había dicho.

-No debe causarle problemas al décimo... ¿Quien es ese décimo? Era más que obvio que alguien dudaría si cambias tu actitud de un momento a otro- Sonrió viendo cómo la noticia de el chico saliendo con el despistado Yamamoto le había descolocado.

No estaba en contra de aquello, solo no se lo había esperado.

-¿Acaso Sawada tiene que ver con qué Gokudera Hayato haya cambiado su actitud momentos antes de entrar?- El oficial hizo una mueca al pensar en algo para luego murmurar. -¿Por qué fuiste tan amable de dejarme pistas?-

Un sonido lo sacó de su línea de pensamientos, había sido un golpe en la ventana que daba hacía la calle.

Suspiró volviendo su atención a la libreta que contenía sus apuntes, mordió ligeramente su labio mientras seguía pensando. Un nuevo ruido le sacó de su concentración, miró a todos lados buscando la fuente, sin encontrar nada intentó regresar a su anterior acción.

Más sin embargó no esperaba ver un par de ojos azules mirándolo desde un punto oscuro en la habitación.

Una gota de sudor bajó por su frente al sentir la fija mirada de aquella persona sobre él, movió su mano hacia su cadera esperando poder tomar su arma y disparar a quien fuera que estuviera ahí. La persona sonrió y salió de su escondite, una linda joven rubia se mostró ante sus ojos.

-Es un gusto conocerle Oficial Tanaka Akio- El oficial paró su mano antes de rozar siquiera su arma.

-¿Quien eres tú?- Cuestionó con cautela mirando a su acompañante.

-Disculpe mi descortecia- La joven tomó parte de los volantes que poseía su vestido. -Teniente coronel y líder del segundo escuadrón de artillería del ejército inglés bajo el mando de Aaron, Fujioka Akane-