Capítulo 81

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   POV ANASTASIA

    Dos Días Después

Estoy viviendo hace dos días con los Grey, ellos han sido unos verdaderos ángeles conmigo, Grace es un amor y Carrick es muy amable... Ellos y Mía, me tratan muy bien, con mucho cariño. Todo sería genial excepto que Christian, no me ha buscado ni me ha llamado, es como si yo no existiera para él, y me duele demasiado. Lo extraño mucho. Lo he llamado por teléfono, pero no responde, o lo envía al buzón de mensaje.  Me siento realmente desolada por culpa de la actitud de Christian. Cómo quisiera que estuviese, aquí conmigo.

¿Tanto era su ira, que no puede responderme una simple llamada? Creo que ya no me quiere y se excusa en su supuesto enojo. Seguramente ya encontró una sumisa adecuada a su estilo de vida.

Estoy en la habitación de Mía, parada en el balcón y mirando hacia abajo. Por un momento me siento tentada de tirarme hacia abajo, pero sé que no lograría suicidarme, solo me quebraría la columna y quedaría en silla de rueda.

Suelto un suspiro. Necesito hacer algo con mi vida. Sé que debería estar en la escuela, pero realmente ya no siento el mismo entusiasmo. Será mejor largarme de aquí. Toda la casa me recuerda a Christian, y lo único que hago es llorar. No puedo continuar así. Debo madurar de una vez por todas.

Tomo una hoja de papel, y le escribo una nota a Mía.

    ***

Tomo mi mochila, guardo algunas cosas necesarias y unas manzanas. Salgo de la casa de los Grey, en busca de una nueva vida para mí.

En la calle me planteo ir al terminal de autobuses para marcharme de ésta ciudad, pero no me atrevo.

Estoy deambulando por la calle. De repente veo un tipo entregando panfletos, me acerco a tomar uno. Son del ejército, están reclutando voluntarios.... Me pregunto que tal me iría a mi en el ejército.

— ¿Donde hay que inscribirse para entrar como voluntario al ejército?— Le pregunto al sujeto de los panfletos.

— ¿Te quieres unir a nosotros?

— Pues... Si.

— ¿Tienes donde anotar?

— Mmm, ¿Mi celular?

— Ok, anota la dirección.

Escribo la dirección en el celular, y sin más me voy hacia la dirección que me ha dado el sujeto de los panfletos.

   ***

Al llegar a la estancia del ejército, me encuentro con dos guardias, ambos me miran como si fuese un extraterrestre.

— Vengo para inscribirme de voluntaria— le digo

Ellos se miran y sueltan una risa.

Sé que no tengo un cuerpo atlético, pero no estoy tan mal.

— Deberían avergonzarse como tratan a los jóvenes voluntarios— les recrimino por su mala educación.

Ellos dejan de reírse y me miran avergonzados. Así está mejor.

— Te acompañaré a las oficinas para que te inscribas— me dice uno de ellos.

— ¡Genial!— No sé si estoy haciendo lo correcto, pero quiero intentarlo.

Si Christian no me quiere a su lado, tendré que arrancarlo de mi corazón y mi cabeza, aunque lo veo muy difícil.

Tal vez cuando Christian descubra que me fuí, me venga a buscar. ¿Lo hará? Ojalá tuviera la respuesta.

    POV CHRISTIAN

No soporto ésta distancia entre Ana y yo, he estado evitandola para no tener el impulso de llevarla a mi cuarto de juegos y castigarla. Pero realmente la extraño mucho.

Hoy decidí venir a casa de mis padres para hablar con ella. Me urge verla. Necesito verla. Abrazarla. Besarla.

Cuando estoy saliendo de mi coche, veo que Mía viene regresando, seguramente de la escuela, pero no veo a Ana.

— ¡Christian!— Chilla molesta — hasta que te dignaste en venir.

— Hola hermanita, me alegro de verte bien, yo también lo estoy— espeto sarcástico

— No seas idiota y dime a qué has venido— realmente suena molesta.

— ¿Dónde está Ana?¿Por qué no está contigo?—

— Ana no ha querido ir a la escuela... Está aquí en la casa— me responde poniendo mala cara.

Entramos discutiendo a la casa.

— Eres un menudo idiota, has hecho sufrir a mi amiga— me recrimina mi hermana.

— Estoy aquí para arreglar las cosas con ella— no sé porque estoy dándole explicaciones.

— Eso espero, porque si la haces llorar te juro que te castro—

— ¡Mía, ese vocabulario!— Estoy seguro que mamá y papá no les gustaría saber cómo hablas.

Ella hace caso omiso y empieza gritar llamando a Ana.

— ¡Ana ¿Dónde estás?!— Grita mientras subimos la escalera.

— Tal vez no te escucha.

— Tal vez está durmiendo— me dice.

Cuando entramos al dormitorio no hay nadie, la cama está perfectamente arreglada ¿Dónde se ha metido esa niña?

— ¡Ana!— Mía se va al baño

Me doy cuenta que hay una hoja de papel doblada encima de la mesita de noche, de inmediato me acerco a tomarlo y lo abro para ver su contenido.

Querida Mía, estoy muy agradecida contigo y tus padres, realmente han sido unos ángeles conmigo. Pero no puedo seguir abusando de su buena voluntad. Mientras miraba por el balcón y pensaba si tirarme de ahí o no, y finalmente decidí no hacerlo, he pensado que debo hacer algo con mi vida. Sé que tú hermano ya no me quiere en su vida, y realmente me duele demasiado. Quedandome en tú casa no ayuda mucho, toda la casa me recuerda a Christian... Debo olvidarlo, debo arrancarlo de mi corazón, pero para eso necesito irme, te prometo que cuando encuentre un lugar donde quedarme me comunicaré contigo.

Te quiero amiga, y dile a tus padre: gracias por todo.

Y a Christian, que lo amo mucho, fue un hermoso sueño mientras duró, pero tengo que olvidarme de él... Fue hermoso lo que viví con él, y siempre lo recordaré.
Adiós.

Suelto la hoja de papel como si quemara. Y de inmediato entro en pánico.

Por Dios, se ha ido.

— Ana, no está en el baño... Seguramente está en el jardín— dice mi hermana cuando entra a la habitación nuevamente.

— No la busque... Se ha ido— mi tono es apenas audible.

¡Maldita sea! Ana se ha ido por mi culpa. Soy un maldito hijo de puta que no merece nada de ella.

— ¿Cómo que se ha ido?

Joder necesito ir a buscarla.

Salgo corriendo de la habitación.

— ¡Christian... ¿Que sucede?¿Adónde se ha ido Ana?!— Grita Mía, pero yo no respondo.

Cuando llego a mi coche le marco su número. El celular suena pero ella no responde. Finalmente me envía al buzón de voz.

¡Maldición!¡Responde Anastasia... Por favor no te vayas!

Siento que estoy al borde de un peligro precipicio Se ha ido.

Le marco a Welch, para que pueda rastrear su móvil, mientras siento como la ansiedad se apodera de mi estómago.

Cinco minutos después Welch, me envía a la ubicación exacta en donde está Anastasia, y lo que me asombra es que está en un recinto del ejército ¿Que hace ahí?


Anastasia; Mi Dulce DesafíoWhere stories live. Discover now