Lengua suelta || Shaka x Mu

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Sinopsis: Hay muchas cosas que pueden arruinarse en un plan. Especialmente si se cuenta con un pupilo que no sabe quedarse callado.

Shaka empujó el plato hacia adelante, sintiéndose extrañamente lleno. Cuando le comentaron que Aldebarán vendría a Aries a cocinar para Kiki y él, no se había hecho ilusiones. No era que no le gustara la comida de Tauro (aunque siempre había declinado a todas las invitaciones de comilona en el segundo templo), pero era más el riesgo de intentar algo nuevo lo que le repelía. Se imaginó que su plato rebosaría en carne y su estómago quedaría vacío, pero no pensaba amargarse.

Sin embargo, grata fue su sorpresa al no encontrarse con hamburguesas o filetes, sino con cuatro deliciosas Samosas. Aquellas empanadas rellenas de patatas que solía adorar de pequeño. Las recordaba con mucha nostalgia, pues varias cosas importantes en su vida sucedieron comiéndolas. Una de ellas fue la primera vez que habló con Mu. Gracias a las Samosas que ese día comía Aries, Shaka se animó a hablarle. Atesoraba cada segundo de esa memoria. En especial cuando el niño de ojos verdes le comentó que esas empanadas le recordaban a casa. Ese día aprendió que tal como Tíbet y la India, Mu y él también tenían muchas cosas en común.

—Esto está delicioso, señor Aldebarán.—exclamó Kiki, tras dar un gran mordisco.—Siento que puedo comerme una bandeja entera.

El hombre soltó una gran carcajada, mientras tomaba asiento.

—No creo que eso le agrade a tu maestro, Kiki. ¿Tú qué opinas, Shaka?

—Pienso lo mismo —contestó, y se disponía a dar un sorbo a su infusión cuando notó que Tauro no tenía plato—. ¿No comerás con nosotros?

—Honestamente, no soy muy fan de estas empanadas. Las preparé porque Mu no quería que Kiki estuviese triste ahora que no está y las Samosas siempre lo ponen de buen humor.

—¿Pero mi maestro no le dijo que las preparase porque eran las favoritas del señor Shaka?

Al escuchar aquello, Aldebarán abrió los ojos con alarma. La risa nerviosa que soltó hubiera despertado las sospechas de cualquiera.

—¿Qué cosas dices, Kiki? Claro que Mu me las pidió que las preparara solamente por ti.

El niño lo miró extrañado. Él había escuchado la conversación de su maestro con Tauro y jamás dijo nada de eso. El pequeño, quien había sido criado con la enseñanza de decir la verdad en todas las instancias, estaba a punto de poner su honestidad en práctica.

—Pero yo recuerdo al señor Mu pidiéndole que le preparara las Samosas a Shaka porque es San Valentín y no iba poder pasarla con él por ir a su misión.

Sin poder dar crédito a lo que oía, el Santo de Virgo estuvo a un paso de abrir los ojos. Kiki se encontraba calmado, como alguien que decía la verdad. Al contrario que Aldebarán, cuyo cosmos estaba empezando a alterarse.

—Kiki, debes estar muy confundido —exclamó Tauro, mientras rodeaba los hombros del pequeño con su brazo y trataba, de engañar al hombre más cercano a Dios con su sonrisa más convincente—. Los niños son muy imaginativos, ¿no crees, Shaka? Especialmente a esta edad. Les encanta inventarse cosas.

—Pero yo no estoy inventándome nada, señor Aldebarán. Mi maestro estaba muy frustrado porque justo hoy tuvieron que darle una misión y él quería pasar todo el día con el señor Shaka.

—Estoy muy seguro que nunca dijo eso.

El pequeño comenzó a sentirse ofuscado. ¡Él recordaba todo con mucha claridad! Había sido ayer por la tarde cuando su maestro le pidió al señor Aldebarán que fuera a Aries y le preparara Samosas al señor Shaka, que se encargaría de cuidarlo. ¡Por supuesto que no estaba en un error! Justo había estado lavando platos cuando los escuchó hablar (y desde la cocina siempre se oía todo)

—¡Claro que sí! Y usted le contestó que retendría al señor Shaka  y así él y mi maestro pudieran pasar el resto de la noche juntos.

—¡Kiki!

Para Virgo fue fácil atar cabos. Aldebarán movía sus manos frenéticamente e inventaba un montón de excusas que ambos hombres sabían que eran inútiles. Sí que le sorprendió que Kiki, sin la menor pizca de maldad, dejara al descubierto las verdaderas intenciones de Mu para elegirlo como su niñera, así como sus planes para más tarde. Sin embargo, aunque Tauro se considerara el peor mejor amigo del mundo al no poder detener a ese angelito sin filtro, Shaka luchó para retener la sonrisa que ya se formaba en sus labios. Después de todo, él también deseaba pasar la noche junto a Mu. Y gracias a Kiki, planeaba hacerle una pregunta de la que ya sabía la respuesta.




Sé que he estado anunciando este libro desde hace varias semanas, pero quería reunir los mejores escritos que tenía para presentárselos. Me ha gustado como me han quedado, aunque no sé si seguiré pensando lo mismo la próxima. Ruego que sí :c

Este ya es un one shot que subí a un grupo de Facebook de Saint Seiya, aunque este tiene una mejor edición. Ojalá que alguien lea esto, y si es así, ¿de qué pareja les gustaría que escribiera?

Por si acaso, si alguien conoce el nombre del artista, déjeme saber en comentarios. Gracias!

Cambio y fuera.

-Afinadora de versos

One shots de Saint SeiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora