CAPÍTULO 29

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Observo por la ventana de mi habitación la nieve caer a cantaros en la calle, el frio adentro del apartamento es iracundo aun cuando poseemos calefacción. April se encuentra paseando en compañía de Robert, Jeremy y Ashley. En los últimos días, la pequeña ha mejorado a pasos agigantados en las terapias y logra formular casi una oración completa.

Por otro lado, estaba el proceso de la obra a la mitad en su diseño interior, es decir, pintura, moldeado y decoración en general. Según lo hablado en reuniones actuales, el hotel se estaría inaugurando en aproximadamente mes y medio si todo salía como lo esperado.

Y, por último, el agobio estaba matándome debido a que la última vez que vi a Julia fue en aquel restaurante en donde nos encontramos y aquello pasó hace quince días, desde entonces no he tenido noticias de ella. He pasado noches enteras pensando que habrá sido de ella, días sintiéndome inquieto debido a su ausencia y el hecho de que no tenía idea que pasaría con nosotros, porque, aunque Julia no lograra recordarme, para mi aún existía un "nosotros". Impulsos desenfrenados para salir a buscarla a donde sea que se encuentre me han atacado, dado que, no ha respondido mis llamadas. Después del altercado con aquel sujeto que dice ser su novio he perdido todo rastro de discreción para llamarla. No obstante, comenzaba a plantearme la idea de que quizás ese hombre había dicho la verdad, era altamente probable que Julia estuviera ignorando mis llamadas porque no quería saber nada de mí, era muy probable que la chica tenga una idea equivocada de quien soy y se sienta asustada. Pero aquello, no me ha detenido en averiguar el lugar en donde vive aquel hombre junto a Julia y el sitio donde trabaja.

Apenas y he podido contestar los mensajes de Grace, he querido explicarle el porqué de mi inminente ausencia, pero de alguna manera termino declinando esa idea y reprimiéndola.

El timbre de la puerta suena y disipa el ensimismamiento en el que me hayo envuelto, me encamino hasta la entrada y giro la perilla de la puerta para encontrarme con la inesperada presencia de Martin Schulz en mi entrada.

—¿Dónde está Julia? —ingresa a mi piso sin siquiera ser invitado.

De manera desesperada el rubio invade cada espacio inspeccionando con la mirada toda la estancia.

—¿Julia? —articulo con extrañez confirmando que, Martin es quien está involucrado con todo este caos. —¿Osea que fuiste tú quien ayudó a Julia a salir de Canadá? —le acuso.

El rubio reacomoda sus anteojos y me mira con preocupación.

—Sí, así es —admite tragando saliva nervioso —Fui yo quien hizo todo esto, pero lo hice por su propio bien —asegura.

Me cruzo de brazos y lo miro de pies a cabeza —Más te vale que sea así, porque te juro que de la paciencia y el respeto que me quedan hacía ti, queda muy poco. —el hombre inhala una bocanada de aire —Ahora. Tu más que nadie debería saber en dónde se encuentra Julia ¿No has llamado al tipejo ese que dice ser su novio? —bramo entre dientes.

—Lo he hecho, pero no responde tampoco al teléfono —asevera—Mira, Julia me llamó hace días y la escuché un poco extraña, no sé qué pasó con ella, pero intenté comunicarme y no tuve éxito. Llamo a la casa y nadie atiende al teléfono y su amiga, Bren, me dice que la última vez que la vio fue contigo y que Phil había ido a preguntarle que sucedía contigo. Es por eso que estoy aquí —termina de relatar.

—No está conmigo, y si lo estuviera hace mucho estaríamos en un vuelo rumbo a su hogar, con sus verdaderos padres que es en donde debe de estar —le encaro —¿Tienes una maldita idea de lo que han sufrido ellos al pensar que su hija está muerta? ¿Tienes idea de lo que yo he pasado por creer que Julia estaba muerta? A duras penas he podido conseguir seguir con mi vida y no hubo un solo jodido día en el que no la pensara —mi voz se ensombrece un par de tonos mientras la mandíbula me tiembla —Pensar en el modo en el que creía que había muerto, en aquellas horrendas circunstancias... —mis ojos se aguan y siento la amargura sopesando entre mis recuerdos —Viví diez años sumido en un infierno —acoto con mis manos hecha puños —Me convertí incluso en un asesino. Todo por buscar a los verdaderos culpables —confieso con lamento.

QUEMA ESTE AMOR EN TUS LABIOS (COMPLETA ✓ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora