CAPÍTULO TREINTA Y UNO

32 3 0
                                    

Ever estaba de vuelta. La misma Ever que yo conocía de casi toda la vida.

Intenté acercarme, pero me hizo un gesto de que no lo hiciera. Sus poderes debían estar inestables y quizás temía causar daño sin querer.

Meliber parecía genuinamente alegre, lo que me llamó la atención. Apenas pensé eso su rostro se endureció y me miró fijamente ocultando cualquier rastro de felicidad. ¿A caso su desagradable personalidad era fingida? La verdad, no tenía cómo saberlo. Quizás simplemente tenía una personalidad cambiante y eso era todo.

Lo que sí me molestaba era que pudiese leernos la mente a Ever y a mí. Me incomodaba demasiado.

Su sonrisa socarrona me dejó en claro que había escuchado cada palabra de lo que estaba pensando, y al parecer mi incomodidad con la situación le causaba cierta gracia que no lograba comprender.

De tener más confianza le hubiera dado un puntapié en las canillas.

El dragón levantó las manos en señal de rendición y se hizo a un lado. ¡Punto para mí!

Ever aún parecía confundida. Miraba de forma extraña a Meliber y a mí, como si ambos fuésemos parte de un chiste que no deseaba compartir, se veía cansada, y me daba la sensación de que quería decir o preguntar algo y que por alguna razón no podía o no encontraba la forma.

-¿Qué sucede Ev? ¿Te encuentras bien?

-Sí, es sólo que... Me siento como en un sueño sabes, mi cerebro no logra procesar todo, y esos...

-Es un proceso largo -añadió Meliber cortando lo que Ever iba a decir a continuación-. Cada uno lo experimenta de forma diferente. En especial la parte de entender que tienes dos vidas, o varias, si es que ya has viajado a varios mundos. Nuestros cerebros sólo absorben e intentan hacer encajar todo ahí dentro para nutrirse de las experiencias.

Al escucharle decir aquello recordé que Meliber había acompañado a mi abuelo Niguel a través de los doce mundos.

¿Cómo habrá sido eso? Doce vidas, doce realidades.

-¿Si quieres puedo compartir esa experiencia contigo? -preguntó una voz en mi cabeza. Era la voz de Meliber.

-¿A qué te refieres? -hablé mentalmente sabiendo que él podía oír lo que yo pensaba.

Al parecer mi pregunta le hizo meditar bastante porque tardó en responder. En ese tiempo Ever se levantó y salió de la parte trasera del auto. Se veía un poco pálida, pero fuera de eso visiblemente parecía estar bien.

-Tendrás que leer el diario de Niguel y buscar tus propias respuestas -rugió una voz en mi cabeza-. La información de cortesía ya se acabó niñita.

-¿Quién es el que habla? -pregunté mentalmente.

Pero Meliber sólolevantó sus manos en señal de que no diría nada y se fue.


Extremadamente corto, lo sé. Pero es necesario para el cap que viene a continuación. Prometo actualizar luego. (Gracias por seguir aquí) LOS AMODORO X MIL.

COVEN 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora