DÍA 28: OMEGAVERSE.

2.3K 203 126
                                    

Mientras Auron se apuraba a salir de su cuarto en su estancia, asistía a la academia U.A. una de las pocas academias en su ciudad que le permitía a los Omegas, como él, poder seguir estudiando y lograr entrar a una buena universidad. Mientras se apuraba en su edificio donde el resto de Omegas del mismo grado que él vivían bajo con rapidez por las escaleras sin siquiera querer esperar a tomar el elevador.

Estaba llegando tardea a su clase probablemente, se había levantado algo incomodo sabiendo de sobra que su temporada de celo empezaría pronto, pero se negaba a perder sus clases, así que esperaba que sus supresores funcionaran para evitar cualquier tipo de accidente que pudiera ocurrir en el día.

. - ¡Lolito! – Llamo a su mejor amigo quien parecía también estar yendo tarde a clases como él.

. - ¿Qué mierda haces aquí Raúl? – Le regaño el Alfa enseguida mientras paraba su caminata para esperar al Omega mayor,

. – Hombre que a mí también me alegra verte, tremendo gilipollas. – Se quejo con el ceño fruncido claramente ofendido por el recibimiento del contrario.

. – No es que no me alegre verte, pero que tu celo va a empezar pronto. – Recomendó mientras le daba una mirada preocupada. – Que, si te acercas a Rubius, de seguro se te adelantara. –

. - ¡Eso no es cierto! – Reclamo el catalán rápidamente mientras se sonrojaba levemente, aunque su propio aroma le delato al empezar a ser más dulce de lo común y de por si Auron ya olía a miel.

. – Claro, y a mí no me gusta como huele Mangel. – Menciono él más alto mientras le abrazaba por encima de sus hombros para que empezaran a caminar juntos. – Que así se encubre al menos un poco. –

Él chico más bajo no dijo nada más, con su rostro un poco más tranquilo siguió caminando con dirección a su salón de clases. El aroma de Lolito era suficiente para encubrir el leve aroma que aún quedaban en él, de tan solo haber pensado en Rubén Doblas.

Pero para empezar no era su culpa estar coladisimo por el Alfa noruego, era culpa de aquel cabello rubio, aquellos ojos que parecían cambiar de color con las temporadas, que fuera un puto poste de luz perfecto para rodearle entre sus largos y acogedores brazos, que su pecho estuviera a su alcance para escuchar el latir de su corazón y aquel aroma a lluvia y madera, que le volvían loco y calmaban cada que lo tenía cerca.

Era culpa de Rubén que estuviera enamorado de él, de cómo le trataba y cortejaba todo el tiempo y aun no daba ningún paso para pedirle una relación más sería o prospera, aunque Auron podría dar ese paso sabía que el contrario tenía ciertas creencias que trataba de respetar, aunque su paciencia no duraría para siempre.

Cuando entraron al salón de clase sus compañeros ya estaban en sus lugares esperando por ellos.

. – Se supone que te quedarías en cama. – Empezó Vegetta con el regaño a su primo mientras fruncia el ceño claramente disgustado de ver lo terco que era Auron, pero era algo de familia.

. – Que tú también vienes cuando estas a punto de entrar en ciclo. – Era la respuesta que le daba siempre que aquel sermón iba dirigido a su persona.

. – Cuando Willy no puede mantenerlo en la cama. – Completo Fargan con clara burla en sus palabras a sus amigos.

Vegetta se sonrojo algo molesto mientras se cruzaba de brazos, Willy en cambio solo levanto su mano para chocarla con el otro Alfa. Pero Fargan tenía razón, Willy y Vegetta se habían enlazado con tan solo catorce años, siempre habían estado el uno con el otro y no se veían con nadie más.

Y en su sociedad no se veía mal las mordidas y enlaces entre jóvenes, era algo respetado y que muchas familias anhelaban, saber que sus hijos no tendrían que buscar porque ya había encontrado a la persona con la que pasarían el resto de su vida. Auron lo había visto dos veces en su vida en su familia.

MÅNED RUBIUSPLAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora